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28A | Elecciones generales

Dudas en el PP sobre el protagonismo de Aznar en la campaña: ¿combate a Vox o moviliza a la izquierda?

José María Aznar, en un acto de campaña en Barcelona.

José María Aznar eligió a Mariano Rajoy para que le tomase el relevo al frente del Partido Popular. Pero la relación entre ambos no terminó nada bien. El distanciamiento fue creciendo hasta el punto de que ninguno de los dos se esforzó en disimular esa brecha. El líder de Faes, que nació como laboratorio de ideas del PP, llegó a desvincular su fundación del partido. Pero el momento más grave fue cuando, en diciembre de 2016, devolvió a Rajoy el título de presidente de honor del partido. presidente de honor

La llegada de Pablo Casado a la presidencia del PP supuso un punto de inflexión a estos años de distanciamiento entre la dirección nacional de la formación conservadora y el expresidente del Gobierno. Aznar fue una de las primeras visitas que recibió el líder del PP en su despacho de la séptima planta de Génova. Pero la recuperación de los puentes rotos fue más allá de la recomposición de la relación entre la cúpula del partido y uno de sus expresidentes. Este proceso fue acompañado del aterrizaje en el partido de perfiles muy próximos a Aznar. Y de una contundente declaración de intenciones del líder de Faes: "Los votos que España necesita para responder a este desafío son los votos que deben ir al PP y que desde ahora pido para el PP", diría en la convención que el partido celebró a mediados de enero en Madrid. Ahora, Aznar pide de forma activa el voto para Casado porque ha aceptado participar en la campaña, un gesto que no todos ven con los mismos ojos en el PP. 

Representante del ala más dura del PP, Aznar es visto por algunos dirigentes del principal partido de la oposición como un importante elemento movilizador del sector del electorado más próximo a Vox. Pero hay sectores del partido que consideran que más que robar votos a la ultraderecha logra el efecto contrario: movilizar a la izquierda.

Aznar estuvo acompañando a Cayetana Álvarez de Toledo, número uno del PP al Congreso por Barcelona, en el arranque de su campaña. Y ya estuvo en actos de precampaña en Elche (Alicante), Valencia y Murcia. Salvo cambios de última hora, el expresidente del Gobierno hará un parón estos días de Semana Santa para volver en la recta final de campaña.

Con más del 40% de quienes dicen que van a votar sin tener clara cuál será la papeleta que van a escoger, los conservadores creen que los últimos días de campaña van a ser claves. Primero, porque están más próximos a la votación. Y segundo, por la "desconexión" que puede conllevar el parón vacacional.

Aznar ha protagonizado uno de los momentos más tensos del enfrentamiento entre PP y Vox de las últimas semanas. Fue en Valencia el pasado 27 de marzo, cuando, dirigiéndose al partido de ultraderecha, dijo que a él "nadie le dice a la cara derechita cobarde" porque "no le aguanta la mirada". El de "derechita cobarde" es uno de los calificativos que Abascal suele dedicar al PP de Casado, formación en la que militó durante años.

Dos diagnósticos diferentes

Estas posturas enfrentadas puertas adentro del PP descansan sobre dos diagnósticos diferentes respecto a la situación que vive el partido: quienes creen que la formación, con Rajoy al frente, empezó a apartarse de sus principios y valores tradicionales, algo que empezó a ser castigado por los electores y que es el germen del crecimiento de Ciudadanos y del nacimiento de Vox. Y quienes creen que, en un momento como el actual, el crecimiento del PP sólo pasa por ensanchar la base electoral dirigiendo los mensajes a los votantes más identificados con el centro.

"Por pensar tanto en Vox, hemos abandonado el centro. Y es en el centro donde más electores podemos convencer", señala un dirigente regional. "Ya se criticó a Casado en Andalucía por hacer una campaña dura y surtió efecto", defiende un parlamentario que cree que la estrategia de la dirección nacional del PP es la que tiene que tener alguien que quiere liderar el bloque de centroderecha. Además, recuerda que Aznar está acudiendo a aquellas circunscripciones en las que se ha reclamado su presencia para movilizar al electorado, como ha ocurrido en el caso del expresidente Rajoy, al que se le ha podido ver acompañando a su amiga Ana Pastor, número uno por Pontevedra.

También recuerdan que Aznar participó en algunos actos de campaña en las autonómicas y municipales de 2015. Precisamente, en uno en Ávila, dejó una frase casi premonitoria: "Si alguna vez me tiene que renovar alguien, que sea Pablo Casado". Pero no era el Aznar de los primeros años de Rajoy al frente del PP, cuando gente de su máxima confianza ocupaba puestos relevantes. Ángel Acebes era secretario general, Eduardo Zaplana portavoz en el Congreso. O Cayetana Álvarez de Toledo jefa de gabinete de Acebes. Ahora, en círculos del PP de la impresión de que está recuperando esa influencia que perdió y ahí están, por ejemplo, Javier Fernández-Lasquetty e Isabel Benjumea en el gabinete de Casado, ambos relacionados con Faes.

La noche del 28A, Casado podrá comprobrar si esta estrategia ha sido la acertada. De momento, en Génova están convencidos de que así va a ser y de que van a ser capaces de dar la vuelta a las encuestas moviéndose en el entorno de los 100 diputados en el Congreso. Sería el peor resultado de la historia del PP. Pero las fuentes consultadas consideran que también permitiría a Casado "salvar los muebles"

Los rivales del PP hurgan en la herida

Este mismo lunes, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, cargó duramente contra el Partido Popular y lo que considera una "radicalización" de su líder durante los primeros días de campaña. La dirigente socialista aseguró que le resulta "increíble" que "el ideólogo de la política de Casado sea José María Aznar, que tiene a su exgobierno en la cárcel o en los tribunales". Una situación que "está llevando al PP a perder el rumbo", en palabras de la también ministra de la Presidencia, según informa Europa Press.

 

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En un acto de campaña en el Parador de Turismo de Zamora, donde se reunió con colectivos feministas, la vicepresidenta subrayó que "hay que hablar de lo que ellos no quieren poner en la agenda", en alusión al principal partido de la oposición. "Lo que ocurre es que el PP está trufado de corrupción y sus cargos están constantemente en los tribunales", dijo. "Y de eso debe responder ante los españoles, de eso hay que hablar en campaña, por mucho que el PP hable de cualquier otra cosa para distraer", añadió.

Por su parte, el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, también recurre a las críticas al expresidente del Gobierno como si José María Aznar fuese el elemento cohesionador de las bautizadas como "tres derechas".

El domingo, en un acto en el frontón Astelena en Eibar (Gipuzkoa), el líder de la formación morada señaló que una de las opciones tras el 28 de abril es que gobiernen "los hijos de Aznar", haciendo alusión a Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal. Llegó a definirlos como "un híbrido extraño de Don Pelayo y Margaret Thatcher", y apuntó que a pesar de decir que son patriotas no lo son, son "patrioteros".

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