EL CAMBIO DE FERROVIAL

El Gobierno no espera que otras grandes empresas emprendan el camino “poco patriótico” de Ferrovial

Rafael del Pino, presidente de Ferrovial, el 24 de febrero de 2022.

“El 18 de diciembre de 1952, Rafael del Pino y Moreno fundó Ferrovial en un ático del centro de Madrid. Como indica el nombre, nuestro origen era puramente ferroviario: nacemos a raíz de un contrato con Renfe para cajear las traviesas de madera que asientan los raíles de las vías. En 1958, Renfe nos adjudicó la construcción de los tramos de los enlaces ferroviarios de Madrid, el trayecto Las Rozas-Chamartín”.

Así explica Ferrovial en su web cómo nació esta empresa, una de las compañías icónicas del país que se hizo grande gracias principalmente a las adjudicaciones de obras públicas, sufragadas con los impuestos de todos los ciudadanos durante décadas. Ahora ha decidido trasladar su sede social a los Países Bajos y pedir la entrada en bolsa en Estados Unidos. 

Esto ha provocado un enfado mayúsculo dentro del Gobierno español. La propia vicepresidenta primera, Nadia Calviño, habló por teléfono con Rafael de Pino, presidente ejecutivo de Ferrovial, para expresarle “claramente” su rechazo ante la decisión. Y es que en el Ejecutivo consideran que se trata de una empresa que “debe todo a España” y no resulta aceptable que muestre este falta de compromiso con su país y los ciudadanos después de décadas creciendo por la inversión pública.

"Ha crecido a los pechos del erario público"

El Gobierno, apuntan fuentes del Ejecutivo, va a seguir muy de cerca toda esta operación y hará “un seguimiento” estos días. Y recuerdan que Ferrovial es hoy una gran empresa porque “ha crecido a los pechos del erario público”. Recuerdan, en este sentido, que la propia compaña avanzó que espera materializar proyectos con fondos europeos por una cuantía de unos cinco mil millones de euros.

Es, como indican fuentes de la Vicepresidencia económica, un gesto “poco patriótico”, aunque remachan la idea de que esto “no tendrá un efecto fiscal demoledor”. Insisten las fuentes del Gobierno y repiten esa expresión continuamente: “Poco patriótico”.

¿Y esto puede llevar a que más empresas grandes españolas abran esa vía y muden sus sedes sociales? Desde el Gobierno rechazan esa posibilidad. “No nos consta”. Lo señalan explicando que tiene contacto con empresarios “constantemente”. Apostillan que este caso contrasta precisamente con un momento dulce de la inversión extranjera española. El cálculo que tiene el Ejecutivo precisamente es que el país atrajo el año pasado proyectos de inversión exterior por valor de 30.000 millones de euros. “Un récord histórico”, lo llegó a definir Pedro Sánchez durante su intervención ante el foro de Davos en enero.

De hecho, el Ejecutivo se está empeñando en potenciar todavía más esa inversión extranjera y señalan que España creció un 5,5% el año pasado, superando todas las previsiones. Además, en La Moncloa siempre defienden que es una de las economías que mejor está superando esta situación de inestabilidad, atrayendo cada día más los fondos extranjeros. 

Se ha puesto el foco durante este tiempo en muchos campos, desde el audiovisual hasta las telecomunicaciones pasando por gigafactorías, centros de datos, ciberseguridad y el plan de hidrógeno. Con una imagen internacional bastante buena, defienden en el Gobierno, como también se evidenció en el artículo de The Economist sobre la economía española.

"Compromiso con el país"

La vicepresidenta económica lanzó en público este miércoles este mensaje a todas las grandes empresas españolas: "Tienen que demostrar ese compromiso con su país en todo momento, pero aún más cuando estamos en un contexto internacional como el que tenemos en el que es el momento de que todos arrimemos el hombro y que todos contribuyamos justamente al interés general de nuestro país".

La decisión de Ferrovial llega, además, en un contexto preelectoral. Y la derecha salió en tromba precisamente este miércoles para atacar al Gobierno por la decisión de Ferrovial. Para Calviño, esta actitud de los populares evidencia los intereses que defienden en Génova 13. 

Según afirmó la número dos del PP, Cuca Gamarra, hay que “respetar” la decisión de Ferrovial, en tanto que centró sus críticas contra Calviño, lanzando la pregunta de si el Gobierno ha hecho algo “para empujar” a la empresa a irse fuera de España ante la falta de “seguridad jurídica”. Vox fue en la misma línea, con Iván Espinosa de los Monteros achacando la marcha al “infierno fiscal y administrativo” del Ejecutivo de coalición. Ciudadanos fue también muy crítico con el Gobierno, acusando Inés Arrimadas a la coalición de “expulsar” a las compañías.

El mundo de las grandes empresas ha tensado las cuerda en las últimas semanas con el Gobierno. La punta de lanza fue el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, quien criticó la subida del salario mínimo interprofesional y plantó incluso al presidente en la cumbre con Marruecos en Rabat, haciéndose al día siguiente una foto en una reunión con el PP y fichando a figuras de la derecha como José Luis Ayllón, exjefe de gabinete de Mariano Rajoy. 

El principal motivo de indignación en el Gobierno es precisamente esa falta de patriotismo ahora en la compañía y en los partidos de las derecha. Desde Podemos se pide ir más lejos: que no se den obras públicas a la empresa. Así lo expresó su portavoz en el Congreso, Pablo Echenique: “Si Ferrovial se va a Países Bajos para pagar menos impuestos, entonces, que sea Países Bajos y no España los que les den contratos de obra pública, ¿no? El dinero público español mejor invertirlo en contratos con empresas que respetan a nuestro país y pagan sus impuestos aquí".

La decisión del consejo de administración de Ferrovial debe pasar ahora por los accionistas y la compañía puede echarse para atrás si más del 2,57% de sus accionistas se opone a la operación. El mayor poseedor de títulos de Ferrovial es su presidente, Rafael del Pino, que controla el 20,4% del capital, seguido de María del Pino (8,2%); el fondo británico TCI (6,4%), fundado por Christopher Hohn, un británico multimillonario que aparece en el puesto 273 de la lista Forbes de las mayores fortunas del planeta; Leopoldo del Pino (4,1%) y los fondos BlackRock (3,18%) y Lazard (3%), según figura en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

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