Cuando ha terminado el interrogatorio en el Supremo, Alberto González Amador ha pedido un minuto al tribunal y el presidente, Andrés Martínez Arrieta, se lo ha concedido. "Quiero que quede constancia de que todo esto me ha destrozado la vida". Después ha añadido: "O me voy de España o me suicido". Martínez Arrieta, al ver por dónde iba su alegato, lo ha cortado con sentido del humor: "No le recomiendo ninguna de las dos cosas. Hable con su abogado, que es quien mejor le puede asesorar en esa duda".
La anécdota resume bien la declaración de Amador. Ni rastro de sus delitos fiscales cometidos a través de su compañía Maxwell Cremona por los que en los próximos meses será juzgado en un juzgado de lo penal de Madrid. De esos delitos él se considera inocente. La única razón por la que accedió al seguir el consejo de su abogado, Carlos Neira, de que alcanzara un pacto con la Fiscalía es que este le aseguró, según ha declarado este martes, que sería la vía más rápida y sin ruido para acabar con todo, una vez que le notificaron que su inspección había terminado en denuncia penal.
González Amador ha reconocido que su abogado le informó de que esa conformidad implicaba necesariamente confesar los delitos, incluso que le advirtió en algún momento de los términos del acuerdo que pretendía negociar con el Ministerio Público y de que este le informó de la marcha de las conversaciones. También le explicó que el pacto implicaba la suspensión de las posibles penas de prisión. El novio de Ayuso aseguró que, a partir de ese momento, se puso en manos de Neira, que actuó autónomamente.
La pareja de la presidenta madrileña ha asegurado que, desde entonces, no tuvo más noticias del caso, hasta que el 12 de marzo de 2024 eldiario.es publicó la noticia de la denuncia que se había presentado contra él. Ese mismo día, González Amador habló con Neira y este le confirmó que las conversaciones con la fiscalía para llegar a un acuerdo y evitar la cárcel seguían adelante y que la fiscalía estaba dispuesta a llevarlo a cabo. Neira, además, le envió el mensaje que había recibido del fiscal del caso, Julián Salto. Se trata del correo que dio lugar al bulo difundido ese mismo día por el jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez (MAR).
Amador también ha contado cómo MAR se comunicó al día siguiente para preguntarle si podía atender a un periodista de El Mundo. Se trata de Esteban Urreiztieta, que publicó por primera vez la noticia distorsionada que dio lugar al desmentido del Ministerio Público: que había sido la Fiscalía la que había ofrecido un pacto al novio de Ayuso para que reconociera sus delitos. La realidad era la contraria: que la propuesta de pacto había partido de Neira, el abogado de Amador.
Las noticias que desmintieron esa información durante la noche del 13 de marzo –con posterioridad a la de El Mundo– incluían una referencia al correo inicial enviado por Neira al fiscal del caso, en el que se decía textualmente: "ciertamente se han cometido dos delitos contra la Hacienda Pública". A la mañana siguiente, la del 14 de marzo, también aparecieron otras informaciones en el mismo sentido en las que se mostraba el textual del correo. Ese mismo día, la fiscalía envió a los periodistas una nota de prensa que, con una relación cronológica de las comunicaciones entre el fiscal y Neira, desmentía el bulo que circulaba.
Pese a haber reconocido que sabía que la conformidad implicaba reconocer los delitos por los que será juzgado próximamente, Amador ha asegurado ante el tribunal que la publicación de ese email y el desmentido oficial del Ministerio Público le causó grandes perjuicios. El novio de Ayuso ha asegurado que el banco ha cortado la financiación con la que contaba su sociedad y también ha afirmado que se ha encontrado con problemas para contratar personal. "Gracias a la nota de la fiscalía y la publicación del email pasé a ser el delincuente confeso del reino de España", ha asegurado. Luego señaló como culpable a García Ortiz. "Me ha matado públicamente", ha dicho.
Que existían negociaciones de conformidad –lo que implica necesariamente el reconocimiento de los delitos– ya estaba en la información de El Mundo firmada por Urreiztieta y que González Amador le había ayudado a elaborar con su testimonio. En esa noticia se recogían datos concretos del pacto contenidos en uno de los correos intercambiados entre su abogado y el fiscal, pero González Amador aseguró que él no había sido quien se lo había proporcionado. Ese día, ese correo ya estaba en manos del MAR, el jefe de gabinete de Ayuso. Los jefes de prensa de la Fiscalía General y de la Fiscalía Superior de Madrid, que han declarado en la mañana de este martes, coincidieron en que varios periodistas les avisaron a lo largo de ese día que el jefe de gabinete de la presidenta lo estaba distribuyendo.
El propio González Amador, que se expresó en términos tan dolorosos sobre los perjuicios que supuestamente ha sufrido, no tuvo ningún inconveniente en facilitar los propios datos que tenía a su alcance sobre la marcha de las negociaciones de su conformidad, una conformidad que él sabía que implicaba confesar los delitos. El 13 de marzo, MAR le preguntó sí podía usar ese correo con los periodistas con los que estaba en contacto. Amador, según ha reconocido durante su declaración, ha asegurado que le dio permiso: "Haz lo que veas", le dijo.
Cuando ha terminado el interrogatorio en el Supremo, Alberto González Amador ha pedido un minuto al tribunal y el presidente, Andrés Martínez Arrieta, se lo ha concedido. "Quiero que quede constancia de que todo esto me ha destrozado la vida". Después ha añadido: "O me voy de España o me suicido". Martínez Arrieta, al ver por dónde iba su alegato, lo ha cortado con sentido del humor: "No le recomiendo ninguna de las dos cosas. Hable con su abogado, que es quien mejor le puede asesorar en esa duda".