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Ocho médicos para 30.000 pacientes: la marea blanca "sigue en pie" contra el deterioro de la sanidad

Miles de personas se manifiestan contra el desmantelamiento de la sanidad pública en Madrid. Imagen de archivo del 12 de febrero de 2023.

Para no tener que esperar una cita durante meses. Para que los médicos que atienden en los centros de salud no sean diferentes en cada visita. Para que en las urgencias de la atención primaria haya algún facultativo. Para que las de los hospitales no estén colapsadas. Y para que no haya niños sin pediatra. Este domingo, la madrileña Plaza de Cibeles volverá a ser el escenario de una nueva manifestación contra el deterioro de la sanidad pública.

Convocada de nuevo por Vecinas y Vecinos de Barrios y Pueblos de Madrid, esperan reeditar el éxito que cosecharon con sus dos movilizaciones anteriores: la celebrada en noviembre de 2022 y la repetida en febrero de 2023. Porque los motivos para salir a la calle, dicen, siguen intactos. "Ha continuado el desmantelamiento y el estrangulamiento de la sanidad. Esas movilizaciones no consiguieron que la Consejería solucione nada. Siguen haciendo caso omiso", señala Jorge Aranda, perteneciente a la coordinación de la marcha.

Por ahora, lo que sí es seguro que se reeditará será la estructura de la manifestación. Al igual que en las dos citas anteriores, habrá cuatro columnas —Nuevos Ministerios (zona norte), Plaza de España (zona oeste), Hospital de La Princesa (zona este) y Atocha (zona sur)— que avanzarán por las calles del centro de la ciudad desde las 12.00 horas para confluir en una gran concentración en la Plaza de Cibeles bajo el lema Madrid sigue en pie por la sanidad pública. Hay un "clamor" ciudadano, señala Aranda, lo importante es que se vea en la calle.

En los barrios y pueblos de Madrid ha sido evidente. En Carabanchel, por ejemplo, llevan meses acudiendo todos los jueves al Centro de Salud Abrantes, uno de los ambulatorios considerados "caídos" por el sindicato Amyts. "Debe atender a más de 30.000 personas con 17 médicos, pero es raro llegar a los ocho. Ha habido días, incluso, sin ningún facultativo en todo el centro. Y ha llegado a estar dos meses sin dar citas", denuncia Aranda. Del mismo modo, los vecinos y vecinas de Villaverde también han protagonizado concentraciones similares, llegándose incluso a encerrar en el Centro de Salud Los Ángeles, donde los pacientes llevan tiempo denunciando, también, falta de médicos. Y el cierre de sus urgencias.

La situación crítica no se queda ahí. Según Amyts, alcanza a 18 centros de toda la Comunidad, afectando así a casi medio millón de madrileños y madrileñas (son, en concreto, 483.774 personas). "Detrás de ellas hay un dolor y un sufrimiento difíciles de imaginar. Al final se les está negando su derecho fundamental a la salud", denuncia Aranda, que detalla también que hay 300.000 niños y niñas sin pediatra asignado. "Es una tremenda irresponsabilidad", lamenta.

La primaria, en el centro

Es este, el "abandono" de la atención primaria, el principal motivo para salir a la calle este domingo, según los organizadores y las asociaciones que los apoyan. Tras la pandemia, se hizo patente la crítica situación que ya sufría este área, que no ha hecho si no empeorar. Y en Madrid de manera particular.

En primer lugar porque sus urgencias desaparecieron tras la crisis del covid. El cierre que en un principio era circunstancial, para enviar a sus profesionales a aquellos servicios donde más falta hacían, se convirtió en definitivo, lo que derivó en una reestructuración que, avisaron y han comprobado los profesionales, no funciona. ¿El principal motivo? Que en la mayoría no hay facultativos, como confirma la secretaria general de Amyts, Ángela Hernández.

Vayamos al detalle. Antes de la crisis sanitaria había 78 centros —37 SUAP en la ciudad y 41 SAR en las zonas rurales— que se acabaron convirtiendo en 2022 en los llamados PAC (puntos de atención continuada). Se dotaron con 210 médicos de los 360 que atendían en el modelo anterior, por lo que tan sólo se pudieron mantener 50 con el equipo completo —medicina, enfermería y celador. Los otros 28 trabajan sin médico.

Pero no es sólo eso. La atención primaria no urgente también sufre una situación similar que no han conseguido corregir todos los planes que se han ideado para solucionarlo. El año pasado, los sanitarios de la primaria madrileña protagonizaron una huelga indefinida que duró, con decenas de protestas en las calles, hasta 123 días. Consiguió acabar con ella la firma de un documento que, entre otras cosas, fijaba una limitación de agendas para frenar la sobrecarga asistencial. Pero tampoco ha servido. "Muchos médicos se están dando de baja por la presión asistencial y no hay tasa de reposición. Es un auténtico descalabro", lamenta Vicente Losada, de Audita Sanidad, una organización que estará presente en la movilización de este 19 de mayo.

¿El resultado de todo esto? El último barómetro sanitario del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), correspondiente a 2023, reveló que un 28,7% de los madrileños tuvo que esperar más de 11 días en conseguir cita en atención primaria.

"El efecto dominó que está teniendo todo esto es que la población va directamente a las urgencias de los hospitales, que están absolutamente colapsadas", señala Losada. Según el documento del CIS, el 31,3% de los ciudadanos y ciudadanas que no pudieron contactar con su centro de salud por un problema grave optó por esta solución.

Lo que no es urgente tampoco goza de una mejor situación. Según los datos oficiales de la Consejería de Sanidad, a cierre de marzo de 2024 ya había más de un millón de madrileños en lista de espera para ver al especialista, someterse a una operación o pendientes de realizar una prueba diagnóstica. Son un 16,4% más que hace un año y un 15% del total de la población de toda la Comunidad.

Falta de presupuesto y privatización

Detrás de todas estas cifras, para los convocantes hay una causa clara: la falta de inversión. En primer lugar, la que se produce en el ámbito sanitario en general; en segundo, la que sufre la atención primaria en particular.

La Comunidad presidida por Isabel Díaz Ayuso es la autonomía que menos fondos destina a la sanidad en relación con su Producto Interior Bruto (PIB). En concreto, y según la última Estadística de gasto sanitario público disponible en la web del Ministerio de Sanidad —correspondiente a 2022—, Madrid tan sólo dedica el 4,2% de su riqueza a sanidad. Por habitante son 1.625 euros al año, una cifra que la sitúa también a la cola del resto de España, sólo siendo superada por Andalucía, que destina 1.533.

En cuanto a la atención primaria, si la directriz de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cifra en un 25% el porcentaje del presupuesto sanitario que debe dedicarse a la primaria, el que anota la comunidad se sitúa, tan sólo, en el 10,03%.

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En paralelo, denuncia Losada, Madrid se erige como paraíso de la privatización. También lo certifica la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), que la semana pasada concluyó en un informe que es la autonomía que más fondos públicos destina a la sanidad privada, un ránking que lidera desde hace una década gracias a lo que dedica a conciertos (un 12,3%) o al porcentaje de camas hospitalarias privadas que tiene (un 30,2% sobre el total).

Responde a una política histórica madrileña, diagnostica Losada, que se remonta a la ley 15/1997 que abrió la puerta a la privatización y que ahora precisamente pretende revertir el Ministerio de Sanidad de Mónica García. "Ese fue el punto de partida" de un proceso privatizador, lamenta, en el que se volcó el mandato de Esperanza Aguirre y que ha sido continuado por Ayuso.

La marcha de este domingo ha sido apoyada explícitamente por distintas personalidades del mundo de la cultura, que han grabado vídeos llamando a la movilización en defensa de la sanidad pública. Algunos han sido el director del Instituto Cervantes y columnista de infoLibre Luis García Montero, la escritora Rosa Montero, la actriz Marisa Paredes, el director de cine Benito Zambrano, las periodistas Olga Rodríguez y Maruja Torres, la cantante Rozalén o el actor Pepe Villuela. "La mayor falta de respeto al futuro es un niño sin pediatra. La mayor falta de respeto al pasado es un anciano o una anciana sin atención médica digna. Estamos en una situación alarmante de precariedad en los centros de salud, en los hospitales y en los servicios de urgencias extrahospitalarias", señaló García Montero.

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