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La nueva legislatura

El PP lo apuesta todo a una investidura (fallida) para forzar a Sánchez a pactar en dos meses o ir a elecciones

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante la LXXI Festa do Albariño celebrado en Cambados, Pontevedra.

Alberto Nuñez Feijóo está dispuesto a fracasar si consigue que Pedro Sánchez también caiga con él. El líder del PP está decidido a presentarse a una investidura pese a no contar con los apoyos suficientes para alcanzar La Moncloa, ni siquiera tras el sí de Vox sin condiciones, que se ha saldado con un nuevo portazo del PNV. Así lo ha manifestado este lunes el coordinador general de los populares, Elias Bendodo, en una entrevista en Onda Cero: "No vamos a renunciar a dar ninguna batalla", ha asegurado, insistiendo en la idea de que "a día de hoy el PP tiene más apoyos que el PSOE".

Con el voto afirmativo de la extrema derecha, Feijóo se garantiza 170 escaños, a seis de la mayoría absoluta necesaria. Al no contar con más aliados, salvo el del diputado de UPN y un posible apoyo de Coalición Canaria, el líder del PP se queda sin opciones tanto en primera como en segunda votación, en la que necesita recabar más síes que noes. Con todo, en el PP creen que esta investidura fallida no será en balde, porque obligaría al candidato socialista a cerrar un acuerdo con fuerzas como ERC, Bildu, PNV y Junts en el plazo de dos meses. De lo contrario, España estaría abocada a una repetición electoral, lo que supondría el último balón de oxígeno para Feijóo.

Hace apenas unos meses el expresidente de la Xunta describió las elecciones del pasado 23J como su única oportunidad para derrotar a Pedro Sánchez, pero si nadie logra la investidura tendrá otra ocasión el próximo invierno. Con esta hoja de ruta, Feijóo ha conseguido, de momento, evitar que su fracaso desencadene una nueva crisis interna y salvar su liderazgo. Todos los barones han avalado la estrategia de proceder a la liturgia de buscar apoyos, si bien la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, la ha considerado completamente inútil al dar por seguro que el PSOE pactará con los independentistas y conseguirá gobernar.

Lo que busca Génova es despejar cuanto antes el escenario para poner todo el foco sobre Sánchez. Por un lado, le acusarán de no respetar la regla de la lista más votada, un supuesto que no está recogido en el ordenamiento constitucional español y que sólo se puede aplicar por acuerdo privado entre partidos o mediante una muy difícil reforma de la Carta Magna. Por otra parte, le pondrán una fecha límite para llegar a un acuerdo, lo que añadirá más presión sobre los socialistas pero también sobre Junts y ERC.

El apoyo sin condiciones de Vox no mueve al PNV, que da su segundo portazo a Feijóo

La amenaza de la repetición electoral obliga a tomar posiciones y nadie quiere ser percibido —quizá a excepción de Junts— como el responsable. Con ese escenario encima de la mesa y sin que Feijóo tenga opciones de gobernar en solitario, Vox ofreció los votos de sus 33 diputados en el Congreso para investir al líder del PP sin exigir nada a cambio. "Vox no será la excusa de nadie ni el impedimento para evitar un Gobierno de quienes pretenden destruir los fundamentos de la Constitución”, reza el comunicado de la formación ultra publicado el pasado domingo.

La reacción de Feijóo fue casi inmediata. En declaraciones desde la Festa do Albariño en Cambados (Pontevedra), se congratuló del ofrecimiento de los de Abascal, que defendió como un “avance”, y abogó por un "Gobierno en solitario del PP basado en un acuerdo amplio y constitucional", frente a un "Gobierno de 24 partidos", en alusión a Sánchez. Pese a que Feijóo llevaba sin hablar públicamente desde el pasado 25 de julio, el líder del PP afeó que hubiera "políticos desaparecidos" y que el PSOE no le haya "felicitado" después de ganar "más de ocho millones de votos en las urnas”.

Sin embargo, el apoyo sin condiciones de los de Abascal no ha cambiado nada. Después de que el PP haya emplazado al PNV a reconsiderar su negativa, los de Antoni Ortuzar se han reafirmado en su no y han recordado que el 24 de julio ya comunicaron a Feijóo el rechazo a entablar conversaciones para facilitar su investidura, sin citar siquiera a Vox. La formación de Abascal aseguró que su objetivo pasaba por impedir que el futuro gobierno de España estuviera "en manos de sus enemigos", entre los cuales situaba al PNV, pero el PP planteaba meterlos a ambos en la misma ecuación.

Los jeltzales han querido zanjar cualquier posibilidad de pacto “ante las especulaciones surgidas en medios políticos y mediáticos de Madrid y Euskadi de construir una realidad alternativa": "Estimamos oportuno y conveniente refrescar su memoria", señalaba la formación, al tiempo que recordaba la posición que adoptó el día posterior a los comicios y que zanjaba entablar siquiera conversaciones con los de Feijóo. El PP constata, así, su soledad en el Congreso, una institución que busca presidir pese a la falta de apoyos y socios.

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La constitución de la Mesa del Congreso el próximo 17 de agosto servirá para medir qué fuerza tiene cada candidato y será la primera prueba para el PSOE, que ya busca un acuerdo con Junts y ERC— a cambio de facilitar que ambos tengan grupo propio— para hacerse con el control del órgano de gobierno de la Cámara. Tener la presidencia implica poder impulsar o congelar iniciativas y gestionar un presupuesto que en 2023 superó los 110 millones de euros. Tras constituirse el Congreso, la persona elegida para estar al frente de la Cámara acudirá al Palacio de la Zarzuela para informar al rey Felipe VI de la composición del parlamento.

Es entonces cuando el rey deberá realizar una ronda de consultas con los representantes de los grupos parlamentarios para, "a través del presidente del Congreso", proponer un candidato a la Presidencia. Se puede dar una situación inédita: que dos candidatos se ofrezcan al rey para tratar de lograr la investidura, lo que dejaría en manos de Felipe VI la decisión. La Constitución española en su artículo 99 no especifica qué criterio tiene que seguir en el caso de que dos candidatos quieran ir a la investidura en la misma ronda de consultas.

Si Feijóo es el elegido pero no obtiene los apoyos suficientes, el rey podría proponer a un nuevo candidato hasta un plazo de dos meses a partir de la primera votación. Si transcurre ese plazo y no se logra conformar un Gobierno, tanto el Congreso como el Senado quedarán disueltos y al día siguiente se publicará el real decreto de convocatoria de elecciones, que deberán celebrarse en un plazo de 47 días.

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