La corrupción asedia al PP

Rajoy defiende a Mato pocas horas después de sacrificarla

Cinco años y medio después del estallido del caso Gürtel y cuando para el juez Pablo Ruz, el PP, el partido del Gobierno, "es partícipe lucrativo" de los tejemanejes de los cabecillas de este escándalo de corrupción, Mariano Rajoy se subió a la tribuna del Congreso de los Diputados para, según él, liderar la iniciativa de su Ejecutivo en materia de política anticorrupción. Da igual que los conservadores lleven un mes negro en lo que a este tipo de escándalos se refiere. Da igual que algunos de los que fueron destacados miembros de sus filas estén en la cárcel. Da igual la mujer que escogió ministra de Sanidad, Ana Mato, ya no sea ministra después de que el magistrado que instruye la Gürtel la considere beneficiaria de los tejemanejes de su exmarido, Jesús Sepúlveda, en el marco de este escándalo. El presidente del Gobierno desplegó un discurso de 45 minutos sin apenas novedades en el que hizo un llamamiento al resto de partidos a sumarse a sus dos iniciativas legislativas para lanzar a los ciudadanos un mensaje claro de tolerancia cero con la corrupción. "Se está creando un clima que, a ratos, se hace irrespirable, porque siembra una desconfianza generalizada hacia los instrumentos de la convivencia democrática", dijo de forma solemne.

En más de una ocasión, el PP ha utilizado como argumento de fuerza de la necesidad de un pacto de Estado en esta materia el hecho de que la corrupción es algo que trasciende de los partidos, que casos hay en todas las filas y en todos los colores políticos.

Esta fue también la idea que quedó como fondo de su primera intervención. "Señorías, no añadamos a la corrupción el infundio. Y no lo digo sólo porque sea injusto o porque confundimos el objetivo. Lo digo porque es peligroso, porque siembra una desconfianza generalizada que acaba cargando la culpa, no sobre la corrupción, sino sobre la democracia", dijo.

No es un secreto que Rajoy acude al Congreso acorralado por la corrupción pero, sobre todo, por el malestar ciudadano que ello conlleva. Por la caída en picado que sus siglas experimentan en las encuestas. Por el ascenso de Podemos. Y el partido de Pablo Iglesias fue uno de los protagonistas ausentes del pleno: "Se comienza generalizando la corrupción, se culpa a los políticos, se sigue con la propia política y se acaba señalando al sistema. A partir de ahí no queda espacio más que para los salvapatrias de las escobas, cuyo único programa político consiste en barrer, con las consecuencias de todos conocidos".

El día que asumió el liderazgo de Podemos, Iglesias usó la imagen de la escoba para describir a su partido: “Nosotros somos algo muy modesto; Podemos es una escoba, una escoba para barrer la sociedad, y una escoba que funcionará en la medida en que esté en manos de los ciudadanos”.

"Destabilizar a las instituciones"

Siguiendo con su discurso, el presidente valoró que sería "un contrasentido" que los partidos que se han propuesto regenerar la democracia utilizasen "la lucha contra la corrupción, no parta fortalecer las instituciones, sino como coartada para desestabilizarlas".

Rajoy trufó este mensaje de alusiones a la política como una actividad noble. "Me importa mucho la injusticia. No puedo aceptar que se extienda la sospecha de corrupción a todos los políticos españoles", dijo. En este sentido, sostuvo que entendía la "irritación ciudadana", pero que si se ha de generalizar "será para sostener, con orgullo, que la mayoria de nuestros representantes políticos son personas decentes". 

Pese a que Ana Mato, que seguirá siendo diputada, se ausentó del pleno para evitar ser el foco del día, Rajoy no pudo evitar que los grupos le plantearan qué tipo de autoridad moral tiene para vender regeneración el presidente de un partido que ha sido considerado "partícipe lucrativo" de las actuaciones de un red de corruptos.

No fue hastasu turno de réplica cuando el presidente del Gobierno mencionó a la ministra dimisionaria. Dijo que, a diferencia del resto de formaciones intervinientes, él no iba a caer en criticar al adversario. Y que se iba a centrar en su compañera de partido. Su escaño no estaba vacío. La silla que ocupó hasta este miércoles había sido retirada por los ujieres de la cámara baja puesto que, al ocupar Soraya Sáenz de Santamaría las funciones de titular de Sanidad, el puesto no está vacante. 

Rajoy sostuvo que Mato no está imputada

. Para ello tiró del sumario del juez Ruz. "Queda fuera de duda que el señor juez establece que ha ignorado la comisión de varios delitos", añadió. Lo que no quedó claro entonces es por qué permitió que dejara el ministerio.

Pese a que había dicho que él no iba a entrar en el 'y tú más', no pudo moderse la lengua y lo hizo en la última de sus intervenciones para culpar al socialista Pedro Sánchez de escasa contundencia en el tema de los ERE. Una vez más, se preguntó si es la presidenta andaluza la que no le deja tomar medidas. Antes había reconocido que el PP ha tenido "problemas serios e importantes" en materia de corrupción. Pero que, pese a lo que digan el resto de partidos, los conservadores han tomado "decisiones y están en vigor".Sin apenas novedades

La cosa iba de vender dos proyectos de ley que llevan en el registro de la Cámara desde el pasado mes de marzo. A saber: la Ley Orgánica de control de la actividad finaciera de los partidos politicos y la reguladora del ejercicio del alto cargo. Rajoy aportó poca novedad. No en vano, lleva vendiendo su mismo discurso en esta materia desde el debate del estado de la nación de febrero de 2013. El principal anuncio de este miércoles estribó en que los conservadores quieren que los estatutos de los partidos obliguen a que cada cuatro años se renueven los órganos de dirección. Y que en este proceso participen todos los militantes. Los partidos que incumpliesen estos preceptos podrían enfrentarse a ser dados de baja en el registro de partidos políticos.

Además, la idea del Gobierno, como ya se adelantó hace unas semanas, es concretar el momento en el que un cargo público imputado abandona su puesto: en el momento en el que se enfrente a juicio oral.

No pasa inadvertido que estas medidas para homogeneizar algunas de las normas internas de los partidos ya figuran, con mayor o menor concreción, en los estatutos de gran parte de ellos. Y que para que un partido cambie sus estatutos no es necesario legislar. Es decir, que Rajoy puede implementar estas iniciativas a las reglas de funcionamiento interno de su partido cuando quiera.

"Quiero que quien la haga, la pague", llegó a decir mostrando su disposición a negociar con el resto de grupos pero avisando de que su intención es que esto quede cerrado antes de fin de año y que el PP cuenta con la mayoría suficiente para sacar adelante el grueso de su paquete de medidas de regeneración democrática.

Desde el XVI Congreso Nacional del PP, celebrado en junio de 2008, los estatutos del Partido Popular no son accesibles en su página web. 

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