Presupuestos Generales Estado

Sánchez admite que sin Presupuestos no podrá agotar la legislatura

Fernando Varela

Por primera vez desde que asumió la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, admitió este martes que si no tiene apoyo parlamentario para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado para 2019 no podrá agotar la legislatura, como era su propósito.

Sánchez no quiso poner fecha a la convocatoria, aunque sí subrayó que cuando lo haga su único criterio será “el interés general del país” y no de de los partidos que le reclaman elecciones, como el PP y Ciudadanos. “No lo voy a a hacer ni en aras del interés de mi partido ni por supuesto porque lo indique mi partido u otro”, aseguró. Pero “si no logramos esos Presupuestos, mi vocación de acabar la legislatura se acorta”, reconoció en un acto organizado en Madrid por The Economist.

No obstante, Sánchez aseguró que su intención sigue siendo intentar llegar a acuerdos con “todos los grupos”. Por eso  lamentó que PP y Cs no quieran saber “absolutamente nada” de las cuentas públicas y que los partidos independentistas planteen “exigencias que nada tienen que ver” con los Presupuestos y que son “imposibles de asumir por un presidente del Gobierno de cualquier estado democrático de derecho”.

El PNV "no cierra la puerta" a los Presupuestos de Sánchez

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El plan del presidente se había trazado pasaba por involucrar a los independentistas en la gobernabilidad de España negociando con ellos los Presupuestos para 2019 mientras daba tiempo a que el diálogo abierto entre su Gobierno y la Generalitat permitiese abrir la puerta a una reforma constitucional y estatutaria capaz de reconducir el conflicto en Cataluña. Pero el juicio del procés y la demanda de una intervención sobre el Poder Judicial para evitar que los acusados sean condenados a durísimas penas de prisión lo han hecho imposible. El propio Sánchez reconocía este fin de semana, en rueda de prensa desde la Cumbre Iberoamericana de Guatemala, que PDeCAT y Esquerra ni siquiera se quieren sentar a negociar con el Gobierno y que no está en su mano ni en su voluntad intervenir en el procedimiento judicial abierto contra los responsables del intento de declaración unilateral de independencia de Cataluña.

La opción de convocar elecciones en otoño es, en principio, la favorita de Sánchez por varios motivos. En primer lugar, porque aunque no consiga aprobar los Presupuestos le da un año para intentar completar algunas medidas sociales de gran calado (la subida del salario mínimo interprofesional, la revalorización de las pensiones y la recuperación de las ayudas a la dependencia, entre otras) y hacer realidad algunas con una enorme carga simbólica, como la exhumación de ls restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos. Esperar a otoño ofrece además al PSOE la oportunidad de acudir al superdomingo electoral de 26 de mayo desde el Gobierno, algo que muchos socialistas consideran un elemento clave para impulsar un buen resultado, sobre todo en las municipales y autonómicas. El presidente cuenta además con que un buen resultado en los ayuntamientos y las elecciones autonómicas refuerce al PSOE, debilite a PP y a Ciudadanos y le sirva de palanca para ganar a la derecha después del verano.

La otra alternativa, el 26 de mayo, también tiene partidarios dentro del PSOE, pero entre ellos no están los barones del partido que ese día se juegan la continuidad de varios gobiernos autonómicos y no quieren, bajo ningún concepto, que el debate político en sus comunidades quede condicionado por la batalla nacional.

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