Los abusos de las farmacéuticas

'Sick, Sick, Sick', el concurso en el que los participantes compiten por el fármaco que salvará su vida

Raquel Maluenda

La fundación sin ánimo de lucro Salud por Derecho, que defiende el derecho universal a la salud, lanzó este martes la campaña Sick, Sick, Sick ('Enfermo, Enfermo, Enfermo'). Un falso concurso de talentos en el que tres concursantes competirán por conseguir "el fármaco que salvará su vida". El jurado será el responsable de elegir quién puede acceder a los medicamentos que necesita y quién no. Solo puede ganar uno.

El objetivo de la campaña es "sensibilizar sobre cuáles son las consecuencias del actual sistema de investigación y desarrollo de fármacos", explica la directora ejecutiva de la fundación, Vanessa López. "Queremos poner de manifiesto lo injusto, lo insostenible y el sinsentido" del actual sistema y mostrar que "la salud no debería ser un juego, aunque hoy lo esté siendo", arguye.

El "inmoral" e "injusto" concurso es "una parodia del modelo actual de I+D de fármacos", que "juega con las vidas humanas" y prioriza el beneficio económico frente a los derechos de la gente. “Es un modelo basado en proteger la propiedad intelectual por encima del derecho a la salud, muy opaco y secuestrado por los intereses privados de las grandes compañías”, asegura López. 

Un sistema que provoca que, a día de hoy, una de cada tres personas no tenga acceso a los medicamentos que precisa. Y, según la fundación, las razones son varias. Por un lado, la industria farmacéutica "se orienta solo por el beneficio económico" y deja de investigar y desarrollar otros fármacos "relevantes desde el punto de vista de la salud pública", expone la directora, que pone como ejemplo el caso de los antibióticos: "En los últimos 30 años se han desarrollado algunas clases nuevas, pero están habiendo problemas de resistencias tremendos y no tenemos los antibióticos". Pero, desgraciadamente, no es un caso aislado. También sucede con la "tuberculosis, la enfermedad del sueño o con las enfermedades raras", por poner algunos ejemplos.

Además, muchos de los nuevos medicamentos salen al mercado con precios desorbitados: “En España, pese a que las cifras no son públicas, se estima que se pagan unos 40.000 euros de media en fármacos para el cáncer o 20.000 en el caso de la hepatitis C. Estos precios ponen en peligro la sostenibilidad del sistema de salud y, por lo tanto, la vida de miles de personas que dejan de recibir fármacos que existen y que, en muchas ocasiones, son fundamentales para la vida”, afirma.

Del mismo modo, Salud por Derecho denuncia el modelo actual basado en un sistema de patentes, que "permite la existencia de monopolios" y "facilita a las compañía el establecimiento de precios exorbitantes ante la ausencia de competencia". Lo que agrava la falta de transparencia, que impide conocer el coste real de desarrollar un fármaco: “Este sistema favorece que, para poder obtener patentes, no se comparta la información ni los resultados que generan las investigaciones. Así, éstas se duplican y prolongan más de la cuenta, despilfarrando millones de euros y retrasando avances científicos importantes”, relata López.

Por ello, la fundación demanda "precios justos y asequibles" y que dejen de ser "secretos" y que "se haga pública la inversión destinada al desarrollo de un producto farmacéutico". Así como que se "dejen de emplear prácticas para demorar la entrada de medicamentos genéricos", más baratos, y se pongan en marcha "modelos alternativos al actual sistema de patentes", que permitan el desarrollo de fármacos más accesibles manteniendo "un beneficio industrial razonable". 

Recogida de firmas

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Igualmente, con la campaña Salud por Derecho quiere recoger firmas de la ciudadanía que apoye la carta con la que la organización pedirá a Farmaindustria, la patronal de las farmacéuticas en España, que abandone "las prácticas que impiden el acceso a los fármacos" y que, de alguna manera, "sea partícipe en el cambio de modelo que muchos actores están pidiendo". 

“Este falso concurso pretende generar un debate entre la ciudadanía que es importantísimo y urgente. Muchas de estas cuestiones son desconocidas por una gran cantidad de gente a la que esto le afecta de manera muy directa”, defiende López, que argumenta que “la salud no es un juego, ni debería serlo. Es un derecho humano que está siendo vulnerado constantemente”.

 

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