La fatiga post-covid y la falta de campañas lastran la vacunación que pudo frenar la 'tridemia' en toda Europa

El cartel publicitario de la vacunación en el centro de salud Isla de Oza, en Madrid.

Hemos llegado al pico de la llamada tridemia que antes de navidades empezó a infectar a media España. A partir de ahora, toca doblegar la curva. Al menos eso es lo que se desprende de los datos que este jueves publicó el Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (Sivira) del Instituto de Salud Carlos III, que recoge datos de la primera semana del año, la que va del 1 al 7 de enero. Como refleja, por primera vez en cuatro semanas los casos de gripe, covid y virus respiratorio sincitial (VRS) han comenzado a descender. Sin embargo, no han azotado únicamente a nuestro país, en el resto de Europa se ha vivido una situación similar. Y la caída en la vacunación es una de las responsables. De gripe se han vacunado 10 puntos menos que hace un año. De covid, 12,2. El objetivo que se marcó el Ministerio de Sanidad y la OMS ha quedado lejos de cumplirse. ¿Qué ha pasado?

La Comisión de Salud Pública aprobó el pasado de 12 de septiembre la actualización de las Recomendaciones de vacunación frente a gripe y covid-19 en la temporada 2023-2024, y ahí el Gobierno fue claro. "Los objetivos para la vacunación [...] son alcanzar o superar coberturas de vacunación del 75% en mayores y en el personal sanitario y sociosanitario, así como superar el 60% en embarazadas y en personas con condiciones de riesgo", reza el documento. El plan, añade, está "en consonancia" con lo establecido por la Organización Mundial de la Salud y por la Comisión Europea.

Pero nos hemos quedado lejos. En cuanto a la gripe, a falta de datos oficiales sobre la campaña actual, el Ministerio de Sanidad apuntó en el documento sobre la vuelta a la obligatoriedad de las mascarillas en centros sanitarios que el estudio Gripómetro es el que sirve como referencia. Se trata de un informe basado en entrevistas telefónicas a una muestra de más de 40.000 personas coordinado por la empresa Sanofi Pasteur. Según sus datos, de media en toda España hay un 65,1% de mayores de 65 años vacunados. El año pasado ese porcentaje era del 68,8%, 3,7 puntos más. Sólo Navarra y La Rioja se encuentran en ese objetivo del 75%. Otras como Canarias (50%), Baleares (52%) y Cataluña (54%), sin embargo, se encuentran muy lejos.

Algo parecido ha sucedido con la vacuna contra el covid. Según los datos que ofrece el Ministerio de Sanidad, en la campaña de otoño-invierno de 2023 se vacunó al 43,3% de los mayores de 60 años, un porcentaje que un año antes fue del 55,5%. Aun sí, desde la cartera de Mónica García piden interpretar los datos con prudencia. "Los datos deben compararse con cautela, teniendo en cuenta que las circunstancias epidemiológicas son diferentes", señalaron en un documento. "Esta es la primera temporada fuera de la pandemia por SARS-CoV-2", añadieron.

Aun así, desde el Ministerio señalan que ya están planificando estrategias para llegar el próximo año a las personas mayores de 65 años que aún no se han vacunado. Y que tampoco hay que tomarse estas cifras como un fracaso frente a los objetivos establecidos antes de la campaña, puesto que en cualquier caso todavía se mantienen las tasas de inmunización que superaron a las que se veían antes de la crisis sanitaria. En 2019, por ejemplo, la tasa de mayores de 65 vacunados contra este virus fue del 57,6%, según los datos que aporta el estudio Gripómetro, que refleja que en 2020 ese porcentaje escaló hasta el 70,2%.

El 'cansancio pandémico' y la falta de campañas preventivas

La caída en picado de ese porcentaje desde entonces hasta ahora es relativamente normal, según explica Fernando Moraga-Llop, pediatra y portavoz y vocal sénior de la Asociación Española de Vacunología. Según explica, tradicionalmente, y de forma general, "la vacunación del adulto es muy deficiente". "Todavía es un reto, algo que por ejemplo no ocurre en el caso de los niños. La mayor cobertura vacunal frente a la gripe se dio en el año 2020 y porque la gente estaba asustada. Una vez acabó la emergencia sanitaria se vuelve a las cifras habituales, también en el personal sanitario", explica. A este respecto, el Ministerio de Sanidad cifra en un 13% la inmunización de este colectivo entre septiembre y diciembre de 2023, 18 puntos menos que en 2022 (31,3%).

¿Y por qué ocurre esto? Los expertos consultados por infoLibre coinciden: el cansancio pandémico y la falta de campañas insistentes lo explican. "Hay una fatiga después de la crisis del covid que ha hecho pensar a muchas personas que ya tienen suficientes vacunas, pero lo que hay que hacer es recordar que la inmunización frente a la gripe y al covid debe ser anual", señala el epidemiólogo y exdirector de Acción Sanitaria en situaciones de crisis de la OMS Daniel López Acuña.

Ahí entra el segundo factor: "Ha habido una falta de información de las autoridades sanitarias a la hora de decirle a la población que hay que vacunarse. No ha habido campañas informativas, sino que se ha seguido una estrategia pasiva en la que se ha esperado que sean los propios pacientes los que pidan cita para vacunarse", lamenta. Lo que habría que haber hecho, corrige, es contactar directamente a la población diana y recuperar los vacunódromos. "Habría que haber inducido la vacunación", apunta.

Así lo espera para la próxima temporada, igual que lo hace Moraga-Llop. Como tarde, ambos expertos señalan el mes de septiembre como la fecha límite para tener listo un "plan de contingencia" que, además de apostar por la vacunación, dibuje los escenarios que se podrían producir, así como medidas para minimizar su impacto en la población. Ponen de ejemplo la vuelta a la obligatoriedad de las mascarillas. "Reintroducir su uso es algo que se puede hacer y deshacer. En invierno y con incidencias altas, lo lógico es que vuelvan", señala Acuña, que celebra en este sentido la decisión que este miércoles adoptó el Ministerio.

No es una cosa sólo de España

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La situación no sólo ha ocurrido en España, sino que ha sido generalizada en Europa. Tanto la de la tridemia como la bajada en las coberturas vacunales. Advirtió de ello precisamente el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) que ya el pasado 15 de diciembre instó a los países de la Unión Europea y el Espacio Económico Europeo a reforzar las campañas de vacunación y a considerar una serie de medidas de salud pública para reducir el impacto de los virus respiratorios.

"Se espera que varios patógenos respiratorios virales y bacterianos continúen cocirculando a niveles variables durante los próximos meses y contribuyan a aumentar la morbilidad y la mortalidad durante este período", advirtió el organismo a través de un documento. Hablaba del covid, la gripe y el VRS, los mismos que han atacado este invierno en España. E insistía en la vacunación. "La promoción activa de las vacunas contra la gripe estacional, el covid-19 y el VRS de conformidad con las recomendaciones nacionales ya está en curso y debe continuar en todos los Estados miembros. La vacunación sigue siendo la medida más eficaz para prevenir que el covid-19 y la infección por influenza (gripe) pasen a enfermedades graves", señaló el ECDC.

Pero apuntó a más medidas como aumentar la capacidad de los servicios de urgencias y UCI. O sensibilizar a los profesionales sanitarios para garantizar el diagnóstico oportuno de los casos y mejorar la preparación de los hospitales para gestionar el aumento de pacientes. O realizar pruebas rápidas para facilitar el diagnóstico precoz y las decisiones de gestión, el tratamiento adecuado y las medidas de salud pública cuando proceda. Pero, según lamenta Acuña, Europa obvió estas medidas.

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