Eduardo Vasco se refugia en el jazz de Avishai Cohen

El poder de evasión que destilan los conciertos se intensifica, si cabe, cuando se celebran en una noche de verano. “En este momento mi lugar ideal para el verano es un concierto que ofreció el contrabajista de jazz Avishai Cohen en Madrid hace cosa de un mes”, confiesa el dramaturgo Eduardo Vasco, “todavía estoy ahí”.

Avishai Cohen es de esos músicos de película. De origen israelí, se traslada a Nueva York siendo joven para tomar contacto con los músicos del momento. Tras tocar en el metro, en calles y pequeños clubs, Cohen comienza a llamar la atención de músicos como Chick Corea, junto a quien permanece hasta que en 2003 decide dar rienda suelta a su propia banda. Con una quincena de discos a sus espaldas, Cohen ha conseguido alzarse como uno de los contrabajistas más importantes en el panorama del jazz. “Quizá mi lugar ideal sea estar en el escenario con esa pedazo de banda”, explica Eduardo Vasco. “Tocar con ellos, aunque fuese una nota, podría ser mi mejor refugio".

Vasco se pierde para dejarse atrapar por la intensidad envolvente de las cuerdas, graves, rotundas, de un contrabajo siempre acompañado por la sutileza del piano y el vigor de la batería, que llenan de jazz los recintos madrileños y las escapadas estivales. El dramaturgo recuerda el “maravilloso disco que es Gently disturbed”, y temas como Lo Baiom Velo Balyla para prolongar aquel concierto y revivirlo a su antojo.

“Me transportaría de nuevo a uno de los momentos más bellos del año: cuando la organización cortó la luz y tocaron sin amplificación Alfonsina y el mar para un público devoto que se acercó lentamente al escenario, en silencio”, relata Vasco. El dramaturgo reconstruye aquel momento íntimo y a la vez compartido con un público que “entendió que la música es, definitivamente, lo más cerca que nunca estaremos del paraíso”, concluye.

Daniel Albaladejo se escapa a Hill Valley para viajar a través del tiempo

Ver más

Y en la vida real…

Eduardo Vasco asegura estar “ocupado en mi compañía Noviembre, con la gira de Hedda Dabler, de Ibsen, preparando la entrada en el Las Naves del Español de El mercader de Venecia, de Shakespeare, y montando una versión teatral, interpretada por Arturo Querejeta de La ruta de don QuijoteLa ruta de don Quijote, de Azorín”, explica el dramaturgo. Además, asegura que también está escribiendo “un libro sobre actores de principios de siglo, haciendo música y disfrutando de la vida”.

El dramaturgo dirige en la actualidad la compañía de teatro Noviembre, actividad que interrumpió durante siete años al ser nombrado director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, entre el 2004 y el 2011. Ha dirigido obras como Otelo o Noche de Reyes, y ha trabajado con actores de la talla de Daniel Albaladejo o Cayetana Guillén Cuervo.

El poder de evasión que destilan los conciertos se intensifica, si cabe, cuando se celebran en una noche de verano. “En este momento mi lugar ideal para el verano es un concierto que ofreció el contrabajista de jazz Avishai Cohen en Madrid hace cosa de un mes”, confiesa el dramaturgo Eduardo Vasco, “todavía estoy ahí”.

Más sobre este tema
>