Daniel Bernabé: "La derecha ha tramado una invención en torno a Sánchez para que sea considerado una figura oscura y peligrosa"

El escritor y columnista Daniel Bernabé (Madrid, 1980) acaba de publicar Todo empieza en septiembre (Planeta). Se trata de una novela que narra la historia de Jaime Peña, un periodista que se ve envuelto en un complicado conflicto tras recibir un misterioso correo electrónico en el que le cuentan que hay un grupo de gente muy poderosa, cercana a la ultraderecha, que va a intentar alterar el resultado de las próximas elecciones. Tal y como explica Bernabé, el libro se mueve "entre dos líneas: una fuertemente generacional y otra política, que pretende plantear la pregunta que sobrevuela en nuestro ambiente, que es si tiene la ultraderecha capacidad para alterar la democracia".

Clima político

"El clima político en España está enrarecido. Pero habitualmente se dice que estamos en un momento de polarización, cosa que a mí no me parece cierta. Polarización es cuando ambos lados del espectro político se radicalizan. En este caso, en España, eso no está ocurriendo porque no contamos con una izquierda radicalizada. Sin embargo, la derecha, toda la derecha, sí se ha radicalizado. El efecto que ha tenido la aparición de Vox en la política española ha sido precisamente que determinadas ideas y, sobre todo, determinadas formas de hacer oposición se empiezan a ver como normales. A Pedro Sánchez y al Gobierno de coalición no se le critica habitualmente diciendo que es un mal Ejecutivo, cosa que me parece totalmente lógica y previsible, sino que se afirma que no es legítimo cuando ha ganado unas elecciones. Esto puede crear unas condiciones sociales realmente explosivas porque hay una parte de este país que piensa que vale todo para echar al Gobierno de coalición de La Moncloa".

Pedro Sánchez

"Pedro Sánchez es objetivamente un buen presidente. Por ejemplo, en la escala Internacional está muy bien considerado. Se ha enfrentado a unas condiciones dificilísimas al principio de su mandato cuando España y el resto del mundo fueron golpeados por una pandemia. Ahora estamos ante una guerra en Europa con unas consecuencias económicas muy importantes y su Gobierno ha respondido con bastante efectividad. Tendrá sus errores, como todo presidente, pero es un político que no tiene esta especie de maldad intrínseca que la derecha le ha echado encima. La derecha no está haciendo política, no está criticando a Sánchez por lo que hace sino por una invención que han tramado en torno a su persona para que una parte de la sociedad española le considere una figura absolutamente decadente, oscura y peligrosa a la que hay que expulsar a cualquier precio de las instituciones. Esto es antidemocrático".

El PP de Feijóo

"Al PP de Feijóo lo veo con un enorme problema de autonomía política. Feijóo no puede elegir la política que quiere hacer porque está enormemente influido por la presión que ejerce sobre su autoridad nacional Isabel Díaz Ayuso. En el PP ha surgido una opción que podemos, sin duda, calificar de populismo derechista, algunas veces muy cercana a la ultraderecha, que es la que encabeza Ayuso. Feijóo llegó a la dirección nacional de su partido después de que Casado fuera expulsado en febrero del año pasado, incluso con manifestaciones frente a la sede de Génova. Feijóo llega así a la dirección del PP con una hipoteca, sabiendo que su autoridad se la debe a una situación de anormalidad y que, constantemente, va a tener que maniobrar. Le estamos viendo fingir un centrismo, pero a la vez intenta compensar y hacer declaraciones para congraciarse con los sectores de este populismo. Noto que la dirección del PP actual no tiene ni el mando de todo el partido, ni una dirección clara hacia la que ir".

Vox y el aborto

"La cuestión de Vox y el aborto es muy significativa porque demuestra que los ultras no siempre ganan sus batallas culturales. Para ellos, el aborto ha sido una manera de volver a situarse en primera línea, intentando crear un incendio en torno a un tema que ya estaba absolutamente asentado en la sociedad española. Esto ha provocado que ni siquiera los medios de comunicación que habitualmente les apoyan hayan podido situarse a favor de Vox. Han aparecido como lo que son, una anormalidad en nuestra democracia, que tienen muy poco que hacer y muy poco que aportar. Pero tenemos que tener en cuenta que la ultraderecha en España, y esto es muy importante, no es sólo un partido: es una conjunción, una trama de intereses presente en instituciones públicas, en el poder privado del dinero, en los medios de comunicación y en aquellas partes del Estado en las que ha habido menos renovación democrática desde hace 40 años".

El declive de Ciudadanos

"Ciudadanos es un partido que está en horas muy bajas, tanto que, muy probablemente, tras este año electoral pueda desaparecer. Es una formación que se planteó como la respuesta a Podemos, en un momento determinado, por parte de algunos poderes económicos. Ciudadanos contaba con una imagen de marca muy potente, con una serie de figuras carismáticas, pero luego no había nada detrás, de ahí que su capacidad de influencia y poder ha ido disminuyendo. Este partido se ha disuelto como un azucarillo en café caliente. La situación es que Ciudadanos lo tuvo todo a su favor y estuvo muy bien tratado por los medios de comunicación, y constantemente se hablaba incluso de que Albert Rivera, su líder, era prácticamente uno de los grandes reformadores del país. Luego se vio que era todo un bluff, que detrás de todo esto había muy poco".

A la izquierda del PSOE

"La izquierda vive ahora mismo un momento complicado, en el sentido de que tiene que volver a articularse orgánicamente en torno a una opción electoral. En este proceso ha surgido un conflicto alrededor del liderazgo de esa organización. Desde mi punto de vista, Yolanda Díaz es buena candidata. Además tiene algo importante que es que su labor en el Ministerio de Trabajo: sus políticas concretas, útiles, la hacen una figura muy relevante en la política española. Podemos, por su parte, quiere tener una posición más relevante de la que al parecer ahora se le otorga. Lo único que espero es que al final lleguen a un acuerdo porque, si se presentaran por separado en las elecciones generales, sería desastroso para los intereses de la izquierda".

El sí es sí

"Creo que la ley del sí es sí es una ley cuyo corazón era totalmente necesario. Es decir, situar en el centro la cuestión del consentimiento. Antes había diferentes tipos penales y dependiendo de si la mujer se había resistido o no se consideraba que había recibido violencia o no. Cuando tú juntas dos tipos penales, obviamente las horquillas bajan. Esto ha provocado que haya una serie de revisiones de condenas y de excarcelaciones, puesto que la ley si es más beneficiosa siempre se tiene que aplicar a favor del reo. Lo que está claro es que esta serie de rebajas de penas y de excarcelaciones, aunque no creo que estén poniendo en riesgo ahora mismo el panorama social en España, sí han creado alarma social lógica. Con lo cual, ha habido un error. La situación ahora es muy complicada porque aunque la ley se reforme no va a tener efectos retroactivos, con lo cual este goteo de revisiones de penas se va a seguir dando en un año electoral".

El efecto péndulo 

"Cuando hablo del efecto péndulo en la política española es que parece que en los últimos meses nos hemos visto inmiscuidos en una situación donde se cometen grandes errores que rápidamente son respondidos por un error mayor que tapa lo que ha ocurrido. Por ejemplo, durante los meses de noviembre y diciembre, la respuesta pública que se dio a la ley del sí es sí no fue una respuesta correcta. Cuando el debate llega al Congreso, los ataques que recibe Irene Montero son totalmente exagerados y hacen que el péndulo gire y se mueva en la posición contraria. Casi se crea una ola de solidaridad con Montero, porque los ataques que había recibido estaban fuera de lo que es la mera actividad política. Ahora mismo, no hay ninguna opción política con capacidad de imponerse al resto. Y, por tanto, sobre todo un año electoral, empiezan a surgir los nervios y esto les hace cometer errores de bulto". 

Empresarios y Gobierno

"La subida del salario mínimo se acerca a un 50% en estos últimos cuatro años, con especial relevancia desde que Yolanda Díaz es ministra de Trabajo. También los sindicatos CCOO y UGT han tenido mucho que ver. Se puede hablar de un naciente nuevo laborismo en España que sitúa las políticas del trabajo en un primer plano. Sin embargo, la capacidad del Gobierno de influir en los salarios no es total porque evidentemente son una elección, más allá de los mínimos que se establecen por ley, que se fija en los convenios colectivos de los empresarios. Esto provoca que en el sector privado estén subiendo muy poco los sueldos en un momento de un alza inflacionaria muy notable. Esto puede crear un descontento de muchos trabajadores que, aunque la responsabilidad sea de sus jefes, al final acaben mirando al Gobierno. Es una situación con la que hay que tener cuidado". 

Apaciguar Cataluña 

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"Algunas veces creo que en política hay que tomar decisiones más allá del efecto electoral que tengan. En Cataluña había un problema enorme con un intento independentista que era responsabilidad, en primer lugar, de los que lo llevaron a cabo, es decir, de los partidos independentistas catalanes, pero también de las condiciones que se dieron. La derecha española utilizó el conflicto catalán para provocar una situación de enfrentamiento que les diera rédito electoral en toda España. Todo esto ha seguido siendo beneficioso para la derecha. El nacionalismo español desaforado que hemos visto en estos últimos años ha sido, sin duda alguna, un aspecto que electoralmente las derechas han aprovechado. El Gobierno de Pedro Sánchez se ha tenido que enfrentar a esta situación y cualquier rebaja de la tensión y encauzamiento de la situación hacia los límites de la política convencional es positivo".

Panorama mediático

"En el panorama mediático español hay mucha gente trabajando en medios que hace su trabajo lo mejor posible, de una manera honrada e intentando contar de la mejor forma lo que sucede. Pero, a la vez, hay muchos medios que han adoptado unas posturas que no les corresponden, que son las de intentar influir en el panorama político hasta tal punto que piensan que su labor es quitar y poner Gobiernos. Dicho esto, creo que, además, tenemos otro problema y es que hay determinados entes comunicativos que tienen la apariencia de medios, pero que no lo son. Y hablo de los pasquines, de los panfletos de la ultraderecha que parecen periódicos, se asemejan a las televisiones o intentan parecer radios, pero no lo son. Utilizan esas herramientas para introducir en nuestra sociedad unas determinadas ideas de odio y de quiebra social que son terriblemente peligrosas".

Todo empieza en septiembre

"Sabemos que grupos de gente con poder traman alterar determinadas instituciones en su beneficio de forma opaca. Y esto sucede en nuestra sociedad. Hay grupos de poder que pugnan, que hacen lobby, que incluso se saltan las leyes para obtener una serie de réditos. Justo cuando esto está sucediendo, hay una creencia cada vez más fuerte en la conspiranoia, es decir, en amenazas totalmente fantasiosas, absurdas y desaforadas que, sin embargo, mucha gente las da como ciertas. Yo en Todo empieza en septiembre planteo que hay una correspondencia entre ambas que, cuando hay gente que tiene unos intereses no confesables, intenta utilizar todos sus resortes de poder para beneficiarse y en la sociedad empiezan a aparecer este tipo de conspiranoias absurdas. En el libro me apetecía que Jaime Peña, el protagonista, tuviera que enfrentarse a ambas".

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