El Gobierno de España dice sí a la Guerra
Y la excepción española fue breve. El Gobierno de Pedro Sánchez levanta el veto para que la Unión Europea participe en las aventuras bélicas de Estados Unidos sin importar el riesgo de escalada. Si se confirma esta decisión será un horror para todos. Tanto para los que se preocupan por el cumplimiento de los derechos humanos en el exterior como para los que temen que los derechos en España se vean recortados por la oleada reaccionaria.
Es un tiro en el pie y hay que decirlo. No hay cierre de filas que valga. Es una medida que desmovilizará al espacio progresista tal como ocurrió con Melilla. No puede ser que la única coalición militar que se forme sea para proteger nuestros intereses económicos.
Además, todo ese argumentario es falso. No se protege tampoco ningún derecho, sino que se incrementa el riesgo de guerra regional que supondría otro desastre económico. No hay un motivo económico, sino más bien un motivo mafioso porque en Occidente las democracias liberales acostumbran a tener este comportamiento para disciplinar a los países más pobres.
Realizar un cierre de filas en favor de los planes estadounidenses significa ignorar la opinión de las voces expertas que alertan del peligro de que esto se convierta en una escalada incontrolable. Ahora que todo el mundo es experto en Yemen (nótese la ironía) se debería escuchar por ejemplo a lo que dice Helen Lackner, la mayor experta en Occidente que lleva escribiendo sobre el Yemen y geopolítica desde los años 70.
Desde el plano económico también es una medida irracional e incomprensible, dado que una escalada militar supondría una subida de precios aún mayor de la que se quiere evitar. Y para evitarla sigue habiendo una solución muy sencilla: dejar de apoyar a Israel porque sin apoyo occidental no podría continuar con la guerra.
Desde el punto de vista político es una decisión absurda y mezquina que convierte a España en cómplice de las futuras atrocidades estadounidenses
Desde el punto de vista político es una decisión absurda y mezquina que convierte a España en cómplice de las futuras atrocidades estadounidenses. Después de una amnistía que ha sido difícil de explicar para el Partido Socialista y que desmoviliza a una parte, lo menos que necesita el Gobierno es que la otra parte que se mantiene fiel se desmovilice.
Tengamos esto claro: a día de hoy es probable que el PP arrase en Galicia a pesar de no tener un candidato fuerte. Si miramos más allá, el panorama no es muy halagüeño, ya que en las europeas es probable que el golpe sea muy fuerte, debido a que será muy difícil apelar al muro de Sánchez contra la extrema derecha. En ambos casos una derrota aplastante volverá a tener un efecto terrible en un Gobierno débil y al borde de romperse por fricciones internas.
Hay que decir que el nivel de hipocresía es demasiado alto. Occidente no puede tolerar una pequeña subida de la inflación por las acciones de los hutíes que se presentan en los medios de comunicación como meros títeres de Irán. Aparte de que esto es falso, también olvidamos que las sanciones contra Rusia han puesto patas arriba el mundo occidental.
De nuevo tenemos hechos que derivan de esta causa para comprobarlo: la extrema derecha alemana está segunda en las encuestas por el desastre económico que el Gobierno alemán se ha encontrado. En cualquier caso, me pregunto por qué en un caso son medidas de disuasión y en otro no. Las medidas de disuasión de los hutíes son ridículas e ínfimas si se comparan con las medidas de disuasión que hemos aplicado a Putin.
Este no es el único horror que ha apoyado el Gobierno de España. Pedro Sánchez decidió recientemente no apoyar la iniciativa de Sudáfrica a pesar de los sólidos argumentos que ha dado Sudáfrica para demostrar que efectivamente Israel está cometiendo un genocidio.
Ignoro quién ha diseñado esta estrategia, pero tengo serias dudas de que sepan explicar en este año electoral cómo es posible que se apoye las aventuras bélicas de Estados Unidos mientras no se hace nada de verdad para evitar el genocidio de Israel contra el pueblo palestino. En mi caso puedo decir que se me quitan las ganas de volver a pedir de manera enérgica el voto para un Gobierno que ha terminado por convertirse cómplice de esta barbarie.
Sánchez, pare este horror y rectifique.
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Isa Ferrero es investigador especializado en cambio climático y meteorología y autor del libro “El futuro del liberalismo”.