¿Era tan de izquierdas Andalucía? El viejo "fortín" del PSOE da síntomas de derechización acelerada

El futbolista Joaquín y el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno (PP), en una corrida de toros.

Tras perder más de la mitad de sus votos en diez años, el PSOE ya no tiene en Andalucía su "fortín". Además, las encuestas pronostican el fortalecimiento de una mayoría derechista completada por un Vox en pleno auge. Andalucía se sitúa ya más a la derecha que el conjunto de España en autoubicación ideológica. Hay menos andaluces que consideran al PSOE su partido más próximo que españoles que lo ven así. Lo contrario puede decirse del PP y Vox. ¿Qué ha pasado en la que era presentada como el dique de contención de la derecha? Los datos apuntan a cambios profundos, el tiempo dirá si reversibles a medio plazo. El CIS indica que el PSOE ha sido sustituido por el PP como partido de referencia. Los datos dibujan nubarrones para los socialistas en dos electorados cruciales: los mayores y los urbanos. La clase media-media, allí donde se sitúan más de la mitad de los andaluces, prefiere abrumadoramente al PP. Incluso quienes se consideran "proletarios" creen que el PP defiende mejor los intereses de Andalucía. "La excepcionalidad andaluza ha ido desapareciendo", señala el sociólogo Jaime Aja.

Retroceso electoral

El retroceso de la izquierda es más evidente cuanto más larga es la secuencia que se mira. En las autonómicas de 1982, entre el PSOE, el PCE y el PSA sumaban cerca de un 67%. En 2018 PSOE y Adelante se quedaron en menos de un 45%. No hace falta ir a 1982. Hace sólo diez años, en marzo de 2012, PSOE e IU sumaron más del 50% cuatro meses después de la mayoría absoluta de Mariano Rajoy. Fue una de esas ocasiones en que se dio por hecho aquello de que en Andalucía jamás llegaría la derecha, porque su ADN era de izquierdas.

La teoría era más o menos esta: la conciencia de atraso, el estigma del señorito que arrastraba la derecha, el recuerdo de la represión, la emigración y el analfabetismo hacían imposible el cambio en una tierra que vinculaba la libertad con la autonomía y la autonomía con el PSOE, el partido de Felipe González. "Andalucía es de izquierdas porque es más sabia y conoce lo que es la derecha", afirmaba José Antonio Griñán en 2013. Y lo llegó a parecer. Al menos, hasta 2008. Desde entonces hay una cuesta abajo. El PSOE perdió en diez años (2008-2018) más de 1,1 millones de votos, es decir, más de la mitad. Y con esa sangría se dejó el poder el camino.

Los sondeos auguran que esa pérdida de liderazgo se agrava. Es más, en Vox logró en las autonómicas de 2018, sin tener representación previa en ninguna autonomía, un 11,14% de los votos. En ninguna comunidad logró superar aquel resultado hasta las recientes elecciones en Castilla y León. Todas las encuestas apuntan ahora una fuerte mejora de sus resultados.

El PP ocupa el lugar del PSOE

Tras perder el poder, los socialistas más optimistas compartían una reflexión, quizás un deseo: aquello era un paréntesis, como le pasó al PSOE en Extremadura (2011-2015) o al PNV (2009-2012). Pero lo cierto es que se amontonan síntomas que indican que el viraje hacia la derecha está consolidado. Y de que en poco más de tres años el PP ha pasado a ocupar el espacio de referencia que durante 37 fue del PSOE. Cabe preguntarse: ¿Era Andalucía tan de izquierdas? ¿O más bien seguía al partido del poder?

El barómetro del CIS de esta semana pronostica a los partidos de derechas hasta 73 diputados, 18 por encima de la mayoría absoluta. Los números sonríen a Juan Manuel Moreno (PP). Un 44% prefieren que sea el presidente, frente a un 13,4% de Juan Espadas. La nota a su gestión supera el 6. Pero las tripas del CIS cuentan una historia más profunda que un simple efecto Moreno. He aquí algunas preguntas y la evolución de las respuestas.

– ¿Qué partido defiende mejor los intereses de Andalucía? En el barómetro preelectoral de 2012 un 32,6% respondía que el PSOE y un 19,5% el PP. Ahora las tornas han girado: 13,8% el PSOE, 35,6% el PP. El tercero es Vox, con un 6,2%. El cambio ha sido acelerado. Todavía en 2018, el 24,5% respondía que el PSOE y el 8,1% que el PP.

– ¿Qué partido le inspira más confianza? La dinámica es similar. La evolución 2012-2022 del PSOE ha sido pasar del 30,6% al 16,2%. Y no es una confianza que se haya ido a otras izquierdas. La segunda marca progresista que más confianza inspira es Por Andalucía, 5,4, menos que IU en 2012 y que Podemos en 2018.

– ¿Qué partido está más capacitado para gobernar? El PSOE ha pasado en diez años del 30,9% al 15,6%.

En todos estos apartados el PP es el preferido. En todos Vox es el tercero, por delante de cualquier marca de izquierdas que no sea el PSOE, que sólo aguanta primero como el partido que suscita más "simpatía". Eso sí, tras bajar del 37,2% al 18,4%.

Más a la derecha que España

Hay una pregunta que merece comentario aparte: "¿Qué partido considera más cercano a sus propias ideas?". En 2012, la suma de PSOE e IU era del 46,3%. El PP se quedaba en un 20,9%. Ahora PSOE, Por Andalucía y Adelante suman un 38,9%. El PP ha subido al 25,2%. Y hay que añadir a la ecuación a Vox: 10,7%.

Un dato ilustra hasta qué punto el "fortín" del PSOE ya no es tal. Hay menos andaluces que españoles en su conjunto que ven al PSOE el partido más próximo a sus ideas (25% frente a 19,1%). Por el contrario, hay más andaluces que ven así al PP (25,2%-19,1%) y a Vox (10,7%-6,6%). Hay que repetirlo: Menos de 7 de cada 100 españoles ven a Vox como el partido más próximo a sus ideas; en Andalucía, más de 10. ¿Andalucía de izquierdas? Dudoso, también si miramos la autoubicación ideológica. En una escala del 1 al 10, en la que 1 es extrema izquierda y 10 extrema derecha, los españoles están más a la izquierda (4,84) que los andaluces (5,15). En menos de cuatro años, los andaluces se han movido desde un 4,55 a un 5,15. El dato español es más estable: de 4,7 a 4,84.

Cambio demográfico y mitos rurales

Un responsable socialista admite dos problemas. El primero es que cada vez queda menos votante con memoria de la dictadura. Mengua el segmento en el que el PSOE es más fuerte: los mayores. Los tramos 65-75 y 75-más siguen siendo los dos con más intención de voto al PSOE, por encima del 22%. Pero están lejos de los guarismos de hace diez años: 36%. El segundo problema es que en esos segmentos el PP tiene ahora un liderazgo claro. En realidad, el partido de Moreno es el que disfruta de mayor intención de voto en todos los tramos desde los 18 años. En 2018, no lo era en ninguno. La mayor diferencia a favor del PSOE, hace menos de cuatro años, estaba en el tramo de 65 y más años: 39% frente a 16,8% del PP. También era la franja con mayor diferencia a favor del PSOE en 2008 (36% frente a 24,3%). Ahora el PP domina por más de 10 puntos de 65 a 74 y por más de 15 de 75 en adelante. Todos esos votantes, ya mayores, ¿van a regresar al PSOE? A priori, no parece fácil.

Ver la profundidad del giro conservador obliga a descartar ciertas imágenes tópicas. La primera, que es una tierra rural. No. Andalucía es urbana. El 83% de la población se concentra en el 36% del territorio. Sólo el 17% vive en lo que el Instituto de Cartografía llama "zonas rurales". Esto no es producto de ninguna revolución. Andalucía ha sido –en parte gracias a ayudas como el subsidio agrario– de las comunidades que mejor han conseguido fijar población en el entorno rural. Apenas se habla de "Andalucía vaciada". El porcentaje de población que vive en municipios de menos de 10.000 habitantes no alcanza el 20%. Y por poco supera el 30% en los de menos de 20.000. Es a partir de los municipios de más de 20.000 cuando aparecen las tres franjas con más porcentaje de población: 20.000-500.000 (18%), 50.000-100.000 (15,22%) y más de 100.000 y capitales (35,45%).

Los problemas para el PSOE estriban en que en esta Andalucía mayoritaria, es decir, la urbana, los socialistas han perdido pie. Ese es el segundo problema al que apunta el responsable socialista. Sólo en los municipios de menos de 10.000 habitantes el PSOE es el partido del que más personas responden que es el más cercano a sus ideas. La mayor diferencia a favor del PP se da en las ciudades de más de 400.000. ¿Alguien piensa que es en los pueblos pequeños donde más gente se siente próxima a Vox? Se equivoca. Es en los municipios de entre 10.000 y 400.000. Los andaluces que se autoubican más a la izquierda son los de los pueblos de entre 2.000 y 10.000. Son los únicos por debajo de 5. Es decir, los andaluces de pueblos pequeños son los únicos que según esta escala se siguen considerando "de izquierdas". Hace diez años, en todos los grupos estaban por debajo debajo del 5.

Todas las clases prefieren al PP

Los socialistas no tienen más intención de voto que el PP entre los votantes de ninguna ocupación. Ni "directores y gerentes", ni "profesionales, científicos e intelectuales", ni "estudiantes". Hay 16 categorías. Pues en ninguna. Los problemas del PSOE se agravan cuando vemos que las ocupaciones en que es más competitivo –como trabajadores de industrias manufactureras y ocupaciones elementales– han perdido peso porcentual en la última década, según datos de la Encuesta de Población Activa. El único segmento de formación en el que el PSOE está a menos de 10 puntos en intención de voto del PP es "sin estudios" (3,4 puntos). Las ventajas para el PP son superiores entre los votantes con Primaria (12,1), Secundaria (entre 12,4 y 16,3), FP (14) y estudios superiores (19,2).

Los ciudadanos autoubicados en todas las clases (baja-pobre, trabajador-proletario, media-baja, media-media y media alta-alta) consideran que el PP defiende mejor los intereses de Andalucía que el PSOE. El problema es singularmente grave entre los votantes de clase media-media. ¿Por qué? Porque son muchos. Un 56,2% de los andaluces se ven así. De ellos, un 40,6% cree que el PP es el partido que mejor defiende a Andalucía, frente a un 13,3% del PSOE. El tercero es Vox (6,4%). Todo este debilitamiento del PSOE no es a costa de otras izquierdas más fuertes.

El fin de la "excepcionalidad"

"La excepcionalidad andaluza ha ido desapareciendo. Andalucía está más cerca políticamente del resto de España", señala Jaime Aja, profesor de Sociología de la Universidad de Córdoba, que cree que se están combinando factores coyunturales con otros más profundos. Entre los primeros, cita la falta de una oferta competitiva en la izquierda, planificada con tiempo y que llegue rodada a la campaña. Entre las corrientes de fondo, Aja se refiere a un problema que ha sufrido la socialdemocracia en Europa las últimas décadas: "Hay una disminución cuantitativa de la clase obrera tradicional, tal y como la entendíamos, que es un electorado fundamental de la izquierda, especialmente de la socialdemocracia", señala. Esto no es exclusivo de Andalucía, "pero aquí el peso del obrero agrícola era fundamental a comienzos de los 80 y ya no es tan importante". Además, "la izquierda no está pudiendo complementar esta base por un electorado nuevo", añade. En Andalucía desde los 90, añade, el PP se hizo con la mayoría de las grandes alcaldías, especialmente de las capitales y la costa, algo clave en una comunidad eminentemente urbana, señala el sociólogo. En la comunidad del sur el problema se agrava porque se ha producido la salida del único partido que había presidido el gobierno, el PSOE, siendo sustituido por un Moreno que "ha sabido vender una imagen de moderado", lo que ha neutralizado el tantas veces usado "discurso del miedo".

"Es verdad que el eje ideológico se ha movido, pero no radicalmente. Está por ver si los cambios son profundos, tengo mis dudas. Me inclino a pensar que el PP ha ocupado el lugar que ocupaba el PSOE. O, más que el PP, Juan Manuel Moreno", explica la politóloga Ana Salazar, que llama la atención sobre cómo el candidato del PP está realizando una campaña "dirigida al votante socialista". ¿Estamos ante un cambio coyuntural o a un cambio de fondo? Salazar es cauta. Por un lado, la CEO de Idus3 afirma que la política –más aún en tiempos de volatilidad– tiene siempre un componente reversible. En este sentido, recalca que el protagonismo del marco nacional, con un Gobierno central desgastado, favorece al PP. Por otro, Salazar apunta a un factor que sí puede reforzar al PP más a largo plazo: "Si ya has votado al PP, si el PP está gobernando y el PSOE ha perdido el poder, reajustas tu propia visión de las cosas y tus opiniones a esa realidad. Es también una cuestión de coherencia vital propia".

La inevitabilidad cambia de bando

Hay datos que apuntan a una extendida interiorización de discursos de derechas. La inflación, usada como ariete por PP y Vox contra el Gobierno, es vista por los andaluces como el principal problema, según una encuesta de 4BD para El País. La solución preferida para combatir la inflación es una "bajada masiva de impuestos", según el sondeo oficial del Centro de Estudios Andaluces, una visión alineada con la del PP.

El PP se beneficia además de lo que podría llamar un cambio de bando de la inevitabilidad. Durante décadas, elección tras elección, la idea instalada era que el PSOE ganaría seguro. Eso ya marcaba toda la campaña. En el barómetro preelectoral de 2018, a la pregunta "¿quién quiere que gane?", un 27,3% respondía que el PSOE; a la pregunta "¿quién cree que va a ganar?", la respuesta socialista alcanzaba el 65,1%. En menos de cuatro años es el PP el que parece inevitable. Hasta un 69,6% cree que va a ganar. Hay un dato curioso en el último barómetro, que muestra hasta qué punto PP se han convertido ya en las siglas de poder: es el partido que más gente recuerda haber votado, un 28%, aunque lo votó un 21, más de 7 puntos por debajo del PSOE.

Luis Navarro, responsable del Área de Sociología de la Universidad Pablo de Olavide, cree que la propia pérdida del poder del PSOE ha evidenciado que el aparente carácter izquierdista de Andalucía encubría una permeabilidad a valores conservadores. Navarro observa una "radical derechización" que a su juicio estaba latente y ahora se ve "no sólo en las encuestas, también en la calle". "Nunca se puede generalizar, pero el tono y la conversación han cambiado", afirma Navarro, para quien desde la oposición el discurso "idealista" del PSOE sobre "grandes valores" como "cohesión, igualdad o integración" acaba "chirriando en contacto con la realidad", que es difícil ahora como lo era cuando gobernaba el PSOE. Navarro cita un factor de derechización más: el electorado del PSOE que se fue a Cs ha sido pilotado hacia opciones derechistas. Ahora que Cs parece extinguirse, pocos regresan al PSOE.

La visión de los partidos de izquierdas

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¿Cómo encaran las formaciones de izquierdas estos cambios? infoLibre ha rescatado impresiones en el PSOE, Por Andalucía y Adelante Andalucía. En el seno de la formación socialista, hay dos visiones. Una es optimista. Los malos datos de la encuesta son "coyunturales" y un "acontecimiento movilizador" puede cambiar las tornas, señala un diputado, que admite que la campaña está cuesta arriba pero cree que el PP se equivoca si cree que su luna de miel con el electorado es irreversible. Otra lo ve todo más negro. Un cuadro provincial teme que el PSOE vaya a "pagar caro" haberse dejado encasillar como el "ala conservadora" del partido. "Ahora –analiza–, ya fuera del poder, no tenemos dónde agarrarnos, porque cuando reivindicamos nuestro legado nos dicen que antes las cosas ya estaban mal y nos recuerdan el caso de los ERE".

"No sé si ha habido mucha derechización o no. Lo seguro que es que los discursos progresistas han perdido espacio", señala un dirigente de Por Andalucía, que cree que "el PSOE en el poder validó todos los grandes marcos conservadores, provocando una gran confusión ideológica que ahora el PP aprovecha". Así lo analiza: "En realidad, el PP está ocupando el espacio que antes ocupaba el PSOE, con una reivindicación más estética que política de la autonomía y un choque permanente con el Gobierno central". A juicio de este dirigente, las posibilidades de la izquierda –y en concreto de Por Andalucía– pasan por una explicación de la capacidad de llevar a cabo "políticas útiles", con la referencia del Gobierno central, y por una "correcta pedagogía" sobre el "daño a los servicios públicos" que apareja el PP.

Un responsable de Adelante cree que los hechos están dando la razón a la advertencia de Teresa Rodríguez. ¿En qué sentido? La líder andalucista señaló en su día que, entrando en el Gobierno con el PSOE, la izquierda dejaría libre a la derecha y la ultraderecha el "espacio de la impugnación". "En la sociedad hay una derechización, sí, pero por que hay ideas que han salido del armario. Una especie de orgullo facha. En cuanto a la izquierda, el problema es que la que se presenta como la única izquierda posible, la que está en el Gobierno, ha defraudado y desmovilizado a mucha gente".

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