La necesidad de los cuidados

Flora Rueda

Vivero. Instalaciones sobre el ritmo, lo senil y lo vegetal - Jesús A. Ponce

Editorial Dosmanos (Barcelona, 2024)

Vivero, Instalaciones sobre el ritmo, lo senil y lo vegetal es la primera novela de Jesús A. Ponce (Santiago de Chile,1994), ganadora en 2022, en la categoría novela inédita, del premio Mejor Obra Literaria del Gobierno de Chile. La novela tuvo allí una primera edición en 2023, a cargo de Ediciones Lis, de factura artesanal, y en 2024 se editó en Dosmanos, Barcelona. Ya desde la cubierta vemos que es una edición cuidada, medida y meditada. Accedemos a través de una ventana que se abre con un cuadro de Jacques-Louis David (1787) en la que la mano de un anciano Sócrates recibe la copa que contiene la cicuta, una imagen sugerente y significativa.

Vivero es la historia de un joven que cuida a su padre anciano, enfermo de Alzhéimer, con el que ha mantenido toda la vida una relación complicada. Con este relato comienza: ‘Bañar al padre’. Levantar al padre es levantar la herencia triste de un parentesco torcido. Alzar el peso de lo que en algún momento se sintió estoico y seguro, pero que ahora se deshilacha en el cosmos doméstico. Aguantar con los músculos aquel cuerpo que afirmó mis primeras aproximaciones al suelo es caer en la cuenta de que el cariño y el cuidado no obedecen a escalas de normalidad.

Estas primeras líneas anuncian el eje temático de la historia: los cuidados. No es Vivero una novela al uso, con un subtítulo —Instalaciones sobre el ritmo, lo senil y lo vegetal— singular. Y es que Ponce, que proviene de las artes visuales, ha concebido Vivero como una instalación donde los diferentes tipos de textos que la componen cobran sentido a posteriori, cuando se unen todas las piezas. Ya que la historia no se expresa a través de una narración lineal, sino mediante una estructura fragmentaria heterodoxa, poliédrica, donde los capítulos son textos de factura muy variada que, según se avanza en la lectura, van construyendo la realidad de un personaje en permanente búsqueda de sí mismo y del mundo que lo rodea.

Narra cómo en el inicio del confinamiento por el Covid, asfixiado y angustiado por el deterioro del padre, huye de la casa familiar y se instala en un pequeño apartamento, dejándolo al cuidado de su madre. Para compensar esta situación —y tranquilizar su conciencia—, decide trasladar los cuidados a una planta que adquiere por internet, una Spathyfillum a la que bautiza con el nombre de Ceres. Mantener a esa planta con vida, y la relación que establece con ella se convertirá en una forma de salvarse a sí mismo de sus frustraciones, de su culpa, de su soledad.

Si el tema de los cuidados aparece en el centro del relato, no menos relevante es la presencia del mundo vegetal. El cuidado de la planta corre parejo con el deterioro del padre que, a su vez, parece transmutarse poco a poco en vegetal. El texto se llena de imágenes: el vello del padre cuando lo baña el hijo recuerda las algas en los roqueríos, acatando el vaivén de las olas; en su deterioro el padre se convierte en un ser siendo. Parecido al musgo, fungiforme [...] como una roncha inyectada en clorofila. En el fragmento titulado “Ritmo coral”, las plantas se expresan como humanas: Somos lo que fue verde, lo que fue café, lo que se pintó de colores y lo que nada. Crecemos sésiles mientras nos pisan fuerte, nos aplastan con los cuerpos. Los blandos y los metálicos. [...] Somos un coro de ruido que juega en el ritmo caótico de la protesta, que se comunica bulliciosa en el silencio.

La denuncia de una naturaleza que se extingue la encontramos en el fragmento “Formas de borrar un bosque”, donde aparece una lista con los nombres de los árboles de Chile al borde de la extinción, que se van difuminando en la página hasta desaparecer y dejarla en blanco. Así los recursos estilísticos como la metáfora, la enumeración, la personificación, entre otros, junto con lo biográfico dan cuenta de un balanceo entre la ficción y la realidad que es el resultado de sacar a flote lo íntimo y personal, a modo de autoexploración.

Narrar para existir

En cuanto a la estructura son interesantes los variados tipos de texto que conforman Vivero, desde prosa poética, poemas, enumeraciones, listas, anuncios, definiciones, fórmulas químicas, hasta transcripciones de archivos de audio. Así por ejemplo, el fragmento titulado “Arqueología genética”. El autor utiliza aquí el formato del diccionario, en un juego donde aparecen diversas entradas para los términos que componen el ADN, con un lenguaje cargado de imágenes sugerentes. La obra contiene una gran variedad de registros y un lenguaje directo, a ratos poético, a ratos culto, impregnado de chilenismos. Esta primera novela de Jesús Ponce es una propuesta atrevida, con un tema de fondo tan humano como son los cuidados, que nos afecta a todos, y una escritura original que en algunos momentos nos transporta a Rayuela, de Cortázar.

Es un libro de búsquedas, que con su ritmo cambiante se convierte en una danza que baila acompasada con el compromiso y la dignidad en donde cabe todo: lo universal y lo íntimo, la frialdad y la ternura, lo corporal y lo etéreo.

*Flora Rueda es profesora de Lengua y Literatura y crítica literaria.

Flora Rueda

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