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Tengo un amigo en Correos

Fernando Granda

Ha venido tres veces el cartero a casa en los últimos cuatro días. Bueno, ha venido más, todos los días, pero tres a traer sobres con documentación para efectuar el voto por correo. Jovial y contento, nos informó de todo lo que le preguntamos respecto a la mecánica de esta modalidad que tantos españoles hemos escogido en esta ocasión para realizar nuestra votación ante la eventualidad de no acudir a nuestro colegio electoral por estar de vacaciones fuera de nuestro domicilio habitual.

Por eso llama la atención el llamamiento de Alberto Núñez Feijóo para que los carteros realicen su labor en estos días previos a los comicios del 23-J-23. Convocatoria que ha escandalizado a la derecha cuando su líder ya convocó en su comunidad unas elecciones en este mes caluroso hace unos años. En aquella ocasión no hubo problema, en ésta es motivo de impugnación porque es época de vacaciones para tantos españoles que las pueden coger. Porque todos tenemos derecho a vacaciones, pero como todos no las podemos coger a la vez pues una gran parte de los trabajadores, sobre todo de grandes empresas, vacacionan a lo largo del año, de enero a diciembre aunque la mayoría lo pueda hacer en época estival o en el tiempo más favorable para descansar.

No hace falta que el señor jefe de la oposición política arengue a los empleados de la empresa postal a no ser que cuando él estaba al frente de esa empresa pública no funcionase el servicio o lo hiciese con grandes deficiencias

Cartera/o es aquel empleado del servicio postal que nos trae a casa la correspondencia, que como nos visita muy a menudo nos llega a conocer en muchos casos, nos saluda y nos agradece que le abramos el portal. No necesita coacción ni empujones para realizar su trabajo ni tiene por qué contrariar a sus jefes, que tampoco son unos ogros que dan órdenes en contrario para entorpecer su trabajo. Además, bien que le pese a muchos políticos de la derecha, en el estamento postal funcionan unos sindicatos que ya defienden los derechos de sus trabajadores. No hace falta que el señor jefe de la oposición política arengue a los empleados de la empresa postal a no ser que cuando él estaba al frente de esa empresa pública no funcionase el servicio o lo hiciese con grandes deficiencias.

La profesión de cartera/o se puede desarrollar en distintas estancias, empresas privadas o en la empresa pública. Para las primeras no hace falta más requerimiento que el que exija la compañía convocante de la plaza. Sin embargo, para entrar en la Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, S.A., S.M.E., como empleada/o fijo es necesario aprobar una oposición a través de unas pruebas intelectuales y físicas. Es decir, hay que responder a unos conocimientos y disfrutar de ciertas condiciones físicas. Durante unos cursos, para mantener una forma como redactor de calle, me incorporé a unas clases de gimnasia de mantenimiento en un barrio madrileño. A las sesiones a las que asistía en horario compatible con mi actividad laboral estaban matriculadas una treintena de mujeres y dos hombres. Uno era el que esto firma y el otro era un cartero interino que aspiraba a conseguir una plaza fija a través de la correspondiente oposición.

Por otra parte las declaraciones de los portavoces populares a cuenta de los carteros rayan en unas severas amenazas, que algunos han calificado de coacciones, que apuntan a unos profesionales que cumplen un servicio esencial y que no se caracterizan por un comportamiento anormal o deficiente. Además, para ayudar a cumplir la ingente labor que implica el voto por correo, la empresa pública ha contratado de forma provisional a más de 19.000 empleados. La maledicencia de las declaraciones de ciertos políticos parece que no contó con esta contingencia. Se benefician, aprovechan que esas declaraciones sin fundamento nunca serán condenadas. Desde hace un año diversos miembros del Partido Popular han insinuado sospechas de pucherazo por parte del “sanchismo”. La insoportable impunidad del bulo.

Conozco a varios empleados de Correos a los que saludo por la calle, saben dónde vivo. No puedo asegurar que tenga amistad con muchos de ellos pero sí puedo decir que tengo un amigo en Correos.

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Fernando Granda es socio de infoLibre

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