Aznar y su legado meritocrático

Alfonso Jiménez

"La honradez es siempre digna de elogio, aun cuando no reporte utilidad, ni recompensa ni provecho". (Cicerón)

 Aznar ha vuelto a ser el protagonista. En vísperas de las elecciones locales y autonómicas, se ha plantado en Alcobendas (Madrid) para aconsejar al pueblo lo que debe mirar al votar. No ha hablado de lo que se ha mejorado: el paro, el salario mínimo, las pensiones, el ingreso mínimo vital aprobado, la inflación (por debajo de la media europea), ni de la ley de vivienda, ni del tope a los alquileres, ni de las becas para jóvenes en la universidad, ni de la casi paz social mantenida en España a pesar de la crisis sobrevenida por la pandemia y guerras.

También ha callado lo que ha ido a peor ni por culpa de quién: la sanidad pública, la enseñanza y educación públicas, el autobloqueo judicial, las 7.291 muertes de ancianos en las residencias madrileñas por causa del protocolo que impedía trasladarlos a los hospitales.

Aznar ha ido a ese pueblo madrileño a hablar de Bildu (País Vasco) porque, según él, Pedro Sánchez va a "dar suelta" a los terroristas de ETA y manga ancha al independentismo catalán que quiere romper España. Esto sí lo ha dicho sin rodeos porque cree que el pueblo español "no tiene memoria y ya no recuerda cuando él hablaba suavemente de ETA diciendo que era un "movimiento vasco de liberación", que había que ser generosos para que dejaran la lucha armada y que ordenó acercar a 574 reclusos a las cárceles vascas. Y que tampoco recordamos que él logró ser investido como presidente (1996) tras pactar con Jordi Pujol la cesión de un 30% de transferencias a Cataluña. Y que ya olvidamos su apoyo a la guerra ilegal de Irak, con el clamor de toda España en contra y sin pedir perdón por nada.

Aznar ha dogmatizado que lo más importante es que las listas siempre se hagan basándose en la meritocracia de los candidatos. No citó nombres concretos, pero todos recordarán algunos de los colocados por él en las listas o directamente a dedo

Pero no ha quedado ahí la cosa. Aznar ha dogmatizado en Alcobendas que lo más importante es que las listas siempre se hagan basándose en la meritocracia de los candidatos. Más o menos como él hizo durante sus 8 años de presidente del Gobierno. No citó nombres concretos, pero todos recordarán algunos de los colocados por él en las listas o directamente a dedo:

1.- Mariano Rajoy, el único presidente expulsado del gobierno de España tras una moción de censura.

2.- Rodrigo Rato, Jaume Matas, Zaplana. Ministros suyos que estuvieron en prisión, al igual que el senador Bárcenas. Además, "11 de sus 14 ministros se vieron implicados o imputados en asuntos judiciales escabrosos" .

3.- Ana Botella, su esposa, la alcaldesa que vendió 1.860 viviendas sociales a fondos buitre y se libró del banquillo, gracias a la justicia que fue tan benévola.

4.- Villalonga y Blesa, sus compañeros de pupitre, y demás amigos a quienes puso al frente de Telefónica, Caja Madrid, Endesa, Gas Natural, Argentaria, Iberia, Tabacalera y que acabaron siendo privatizadas.

6.- Pablo Casado, de quien decía ser el mejor para liderar el PP y que fue defenestrado cuando insinuó acabar con la corrupción, y sustituido por Feijóo, que veremos cómo le va.

7.- Aznar ha sido el presidente que más indultos concedió: 5.948 durante su mandato, y de ellos 179 por casos de corrupción. Para qué seguir.

Conclusión: ni una palabra sobre la honradez, que es una de las mayores virtudes que debe atesorar una persona y más exigible en la política. Otros partidos no están libres de iguales o parecidas sombras bochornosas, pero pocos líderes han presumido tanto de llevar en sus listas personas tan llenas de méritos.

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Alfonso Jiménez es socio de infoLibre.

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