La casa sin barrer

Jose Velasco Aroca

Parece ser que a los señores magistrados del Tribunal Supremo les importa más bien poco el prestigio de la institución que representan, les importa poco cumplir con su misión de ser el ejemplo a seguir por toda la judicatura nacional y parece ser que aún menos lo que pueda pensar la Justicia de la Unión Europea: olvidan que dentro de la UE han dejado de ser supremos, hecho que quedó de manifiesto con el ridículo de la retroactividad al año 2013 sobre las cláusulas suelo.

Por otro lado, aprovechando este monumental fiasco jurídico (que nos enmendará en Europa, no lo duden), mis amigos de la PAH y los mentores de la “nueva política” (que de nueva tiene poco) se han (nos hemos) lanzado recientemente a la calle  reclamando y exigiendo que los bancos devuelvan el impuesto desde que existen las hipotecas (creo que en mi caso serían cinco desde 1985), en una defensa de los sufridos consumidores. A esa defensa de los consumidores se lanza también el señor presidente del Gobierno, presidente de un partido hasta el que hace más bien poco les ha importado un pimiento el derecho a la vivienda de los españoles, hecho que se hace aún más patente en Castilla-La Mancha con el anteproyecto de Ley de Vivienda que han presentado. Y tanto el señor Sánchez como el señor Iglesias han decidido convertirse en Robin Hoods haciendo de los bancos el enemigo público número uno.

Pero la realidad es que discutir quién tiene que pagar el impuesto es dejar la casa sin barrer, aunque viene muy bien para despistar a la ciudadanía del gravísimo problema de la vivienda que vamos tener en un par de años, con unos alquileres que han cogido tal dinámica que unido al hecho de las dificultades de comprar una vivienda, si no ponemos las soluciones en este momento,  dentro de unos pocos años nos encontraremos que tendremos que compartir casa con otras familias. O, peor aún, saltará por ahí alguna ex ministra Trujillo con sus tonterías sobre los minipisos que nos quería colocar allá por el año 2006 en plena burbuja inmobiliaria.

El problema no es el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados, el problema no son los bancos, el problema no es el Tribunal Supremo, el problema es el derecho a la vivienda reconocido en nuestra Constitución. Problema cuya solución no está en manos de la banca ni de los fondos que se han hecho con un suculento parque inmobiliario sobre las desgracias de miles de familias, sino que está exclusivamente en la mano del señor Sánchez y su socio Iglesias,  dado que solucionar el problema de la vivienda es tan sencillo como hacer una ley que reconozca el derecho a los españoles a la vivienda como derecho subjetivo en términos similares al que tenemos a la Sanidad o a la Educación, una  ley que haga que las plusvalías generadas por las recalificaciones de terrenos no pasen a manos privadas, una política de construcción de viviendas públicas en arrendamiento que iguale oferta y demanda. No nos equivoquemos, atacar a los bancos y a los fondos buitre mola mucho y queda muy guay en televisión, pero solo el poder político es quien debe y puede solucionar la dramática situación que tenemos con la vivienda en España.

Y aquí debo recordar a las PAH de toda España que nacieron para defender el derecho a la vivienda, para impedir que te echaran de tu casa porque te habías quedado en el paro y no podías pagar la hipoteca, plantándote en la puerta del banco para presionar ante la injusticia de unas leyes hipotecarias pensadas solo para los bancos y no para las personas. Nacimos para que el derecho a la vivienda, sea real y efectivo. ________________

Jose Velasco Aroca, miembro de Stop Desahucios Albacete, es socio de infoLibre

Parece ser que a los señores magistrados del Tribunal Supremo les importa más bien poco el prestigio de la institución que representan, les importa poco cumplir con su misión de ser el ejemplo a seguir por toda la judicatura nacional y parece ser que aún menos lo que pueda pensar la Justicia de la Unión Europea: olvidan que dentro de la UE han dejado de ser supremos, hecho que quedó de manifiesto con el ridículo de la retroactividad al año 2013 sobre las cláusulas suelo.

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