Esa frase de Rufián en el Congreso es el resumen de lo que ocurre con la derecha ultra contra toda una izquierda inerte ante el mayor ataque conocido por aquellos para volver a “gobernar” o lo que sea, y con una izquierda incapaz de unirse por una sola vez en esa defensa de muchísimas cosas. Una defensa imposible porque existen mucho personalismo, mucho intelecto barato y demasiado egoísmo ante algo vital en el momento más grave de nuestra historia, ante el cambio más profundo que hemos vivido en la humanidad, fruto de la tecnología y la globalización. Y aquí con ataques armados a sedes del PSOE en aumento imparable.
Todos sabemos que es la ultraderecha, a la que ya no separo en dos partes porque todo va dirigido desde FAES y la corriente mundial difícil de entender, aunque este país tiene grandes diferencias con el resto del mundo por ser el único que soportó el fascismo casi 40 años y muchos retazos aún continúan con el deseo de perpetuarse a base de comprar todo con un dinero robado a la gente honrada que pagamos impuestos y utilizado para su beneficio comprando medios y judicatura, las dos fuerzas más peligrosas. Llevo muy mal que mi dinero sirva para potenciar esos medios vendidos que no saben lo que es el periodismo.
El liderazgo de Pedro Sánchez no está en duda ni siquiera en Europa. Aquí es el enemigo, pero la izquierda radical debe aceptarlo para liderar a aquellos que no queremos ver el fascismo de nuevo aquí que yo viví en profundidad y rechacé siendo un adolescente
Todos sabemos que estas líneas escritas no tienen gran valor si se quedan en uno de los pocos medios digitales capaces de publicarlas porque en los medios populares, y nunca mejor dicho, barren cualquier intento de progresar. A mí, por ejemplo, me publicaron muchas Cartas a El País desde sus inicios, quizá cerca de cien, y ahora sigo escribiendo por desahogo sabiendo que no saldrán a la luz. A eso se añade una izquierda incapaz de aceptar un liderazgo, simplemente de defensa. Y nunca tuvimos un gobierno tan preparado como el actual y algunos personajes de gran valía, y cito a Gabriel Rufián, a Emilio Delgado, a Carlos Cuerpo y varios ministros y ministras, y a otros varios capaces de doblegar a Podemos para que se incorporen a esta lucha. Ya no existe aquella derecha sensata que representaba Ángela Merkel porque hoy solo se escucha el fascismo de nulo valor intelectual y solo con escuchar a Ayuso, a Tellado a Feijoo o fuera a Milei o el mismo Trump para darse cuenta de la penuria intelectual que sería tristísimo que “gobernaran” algún día para destrozar a esos votantes jóvenes que no saben lo que hacen porque una gran parte de ellos solo se alimentan de las RRSS sin saber ni quién era ni qué hacía Franco, o Hitler. Y eso lo pagaremos todos y principalmente esos jóvenes que aún creen que la Patria es algo único en la vida. Y yo me pregunto, ¿qué Patria? Un país donde sobramos la mitad de sus habitantes según ellos y todos esos inmigrantes que tratan de venir a mejorar su vida, aunque no les estorban los que compran casas enteras para inmigrantes con poder económico o futbolistas, aunque sean negros.
El liderazgo de Pedro no está en duda ni siquiera en Europa. Aquí es el enemigo, pero la izquierda radical debe aceptarlo para liderar a aquellos que no queremos ver el fascismo de nuevo aquí, que yo lo viví en profundidad y rechacé siendo un adolescente. Por algo sería. Por eso me extraña que los jóvenes actuales piquen en ese horror. Solo tengo una esperanza, que Madrid sea el único reducto del fascismo como demuestran cada día Ayuso, Almeida y todos esos apellidos conocidos que cada día se lucen en medios comprados por ellos. Que en el resto de España exista un bloque suficiente para defendernos de esta plaga potente apoyada solo en su dinero. Que se haga eco la gente que vota que la izquierda o la derecha sensata que representa el PSOE no tenemos posibilidades de expresar nuestras razones porque las tapa el dinero, pero hay algo que debería hacer reaccionar a todos. Un día la representante de esa derecha sensata, Merkel, apartó de su país al fascismo que allí se conoció bien, y sabía de su peligro. Para pensar…
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César Moya Villasante es socio de infoLibre.
Esa frase de Rufián en el Congreso es el resumen de lo que ocurre con la derecha ultra contra toda una izquierda inerte ante el mayor ataque conocido por aquellos para volver a “gobernar” o lo que sea, y con una izquierda incapaz de unirse por una sola vez en esa defensa de muchísimas cosas. Una defensa imposible porque existen mucho personalismo, mucho intelecto barato y demasiado egoísmo ante algo vital en el momento más grave de nuestra historia, ante el cambio más profundo que hemos vivido en la humanidad, fruto de la tecnología y la globalización. Y aquí con ataques armados a sedes del PSOE en aumento imparable.