Una derecha trumpista llama a la puerta

César Moya Villasante

El PP y sus íntimos de Vox van eliminando la ley de memoria de los lugares en donde gobiernan con un cinismo que no convence a quienes peinamos canas. Jugar con la semántica de las palabras como la concordia solo persigue eliminar esa ley y la renovación del CGPJ porque ambas cosas sacarían a la luz las salvajadas de 36 años de fascismo. No incluyamos la guerra civil en la que todos hacen salvajadas. En aquel tiempo de “paz” existió la cultura del vencedor impune que aún mantiene en secreto actos que es mejor no conocer en su totalidad para saber lo que fue ese fascismo que muchos votantes aún quieren devolver a este país.

También imponen la eliminación del aborto cuando todos sabemos lo que les importan los niños vivos siempre que no sean hijos de gente poderosa, o simplemente que les vota a ellos. Porque su acción con los llamados “menas” es denigrante y puro cinismo en todas esas acciones. Recordemos a la señora Monasterio y sus desprecios hace tiempo siendo, además, madre de varios hijos. También la vuelta al fascismo en su nueva denominación, trumpismo, con actos de racismo en campos de fútbol porque poco a poco estas hazañas políticas se van trasladando a la sociedad de gentes sin principios y sin conocimientos suficientes para saber lo que es ese fascismo nuevo, pero ya viejo.

Y es el PP el máximo culpable de su cinismo, pues sabemos que Vox actúa en el original, pero ahora el nuevo PP de Ayuso, con la colaboración máxima de Feijóo y bajo los auspicios de FAES, ya se ha quitado la careta y actúan tal cual. Aún recuerdo a mi padre, falangista, pero que fue un hombre que no se aprovechó de aquel “régimen”, volviendo del trabajo y comentando con mi madre, muy lejana de esa ideología, el asqueo que le producía todo lo que veía en aquellos entornos ideológicos en sus visitas... Aunque yo era un niño y no era capaz de procesar en mi mente lo que ello significaba, algo que intuí más adelante. Y aquellos son los padres y abuelos de los que hoy representa al PP.

Con el españolismo derivado de aquella guerra no se podía bromear y todo el mundo aceptaba el tabú. Y lo digo en pretérito cuando hoy aún alguien tendrá precaución en meterse en ese jardín…

Y es que jamás se podrá utilizar en este país esa ley de memoria a las claras ni renovar ese CGPJ porque son la tapadera de esa bestialidad nunca bien contada de lo que ocurrió en 36 años, hasta el 75 del siglo pasado. Incluso existió una autocensura por parte de todas las instituciones para no sacar a la luz la corrupción de todo tipo y aquellos juicios inexistentes en ciertos casos ya casi olvidados. Durante muchos años no se podía tomar a broma el españolismo patriótico en películas o similar como sí se hizo con los vascos ante el problema de ETA con aquellos ocho apellidos en una broma aceptada por todos. Con el españolismo derivado de aquella guerra no se podía bromear y todo el mundo aceptaba el tabú. Y lo digo en pretérito cuando hoy aún alguien tendrá precaución en meterse en ese jardín…

A todo esto se añaden muchos jueces y medios de comunicación que les ayudan a seguir ocultando aquellas barbaridades que incluso podrían echar por tierra lo poco de democracia que nos queda ante la llegada de Trump, el jefe de Abascal, muy interesado en hacerse con Europa como lugar de movimientos ultras, sabiendo que tiene aquí un ambiente propicio. Todo ello hace casi imposible llamar una verdadera democracia a lo que aquí vivimos. Quizá sea el tipo de democracia al uso futuro una vez que vemos cómo se elige a la gente en Rusia. Todo hace que estemos en una situación de equilibrio inestable, pero en donde los jóvenes deberían ya moverse para evitar atrasos demasiado previstos según parece. Pero, aunque parezca mentira, muchos están atraídos por ese mundo facha que no es que nos amenace, es que ya está llamando a la puerta.

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* César Moya Villasante es socio de infoLibre.

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