Un fantasma se cierne sobre las próximas elecciones generales

Rafael Sánchez Sánchez

Un fantasma se cierne sobre las próximas elecciones generales, y no es precisamente el Partido Popular, y menos aún Vox. El fantasma que sobrevuela este final de legislatura tiene nombre y apellidos, Pablo Iglesias Turrión, y augura un riesgo importante, que todo lo que se mueve políticamente a la izquierda del PSOE no se presente unido ante la próxima cita en las urnas. 

Cuando Pablo Iglesias salió del gobierno en marzo de 2021 para presentarse a las elecciones de la Comunidad de Madrid, designó a Yolanda Díaz como candidata “in pectore” para sustituirle al frente de Unidas Podemos y además la propuso para ocupar la Vicepresidencia del Gobierno que él dejaba libre. Era un momento dulce, Iglesias veía en la política gallega a una líder con peso y entidad para sustituirle. Decía de ella entonces que era la “mejor ministra de Trabajo de la historia de nuestro país”. Incluso pensó en Yolanda Díaz para liderar la lista morada en las próximas elecciones. Pero este “idilio” comenzó a truncarse cuando Díaz inició la andadura de su proyecto Sumar. Sin duda el punto de ruptura o distanciamiento entre ambos líderes políticos se produjo cuando Irene Montero e Ione Belarra no fueron invitadas al acto Otras políticas en el que Yolanda Díaz presentó lo que sería el embrión de su plataforma Sumar. Pero más allá de esta primera desavenencia, la gran preocupación de Pablo Iglesias está en el protagonismo creciente de Díaz, tanto en la gestación de la Reforma Laboral como en el correspondiente proceso de negociación entre sindicatos y empresarios.

Resulta evidente que el liderazgo de Yolanda Díaz se ha consolidado y que ha conseguido atraer para su proyecto Sumar a sectores hasta ahora vinculados a Unidas Podemos. El malestar de Pablo Iglesias por esta situación alcanzó su máxima expresión el pasado 6 de noviembre en el acto de cierre de la Universidad de Otoño, foro de reflexión que celebra anualmente la organización morada. En ese evento el emblemático líder de Podemos lanzó en dos ocasiones veladas amenazas a Yolanda Díaz: “Tenemos que apostar por confluir con Sumar, pero Podemos debe ser respetada”. En otro momento el mensaje de Iglesias fue todavía más claro y el tono sustancialmente más duro, “¿quién piensa que le puede ir bien en las elecciones generales a una candidatura de la izquierda si a Podemos le va mal en las municipales y autonómicas?, hay que ser estúpido”.

El pasado 2 de abril en un acto masivo que tuvo lugar en el polideportivo Antonio Magariños, Yolanda Díaz anunció oficialmente su candidatura a las próximas Elecciones Generales por Sumar. A este importante acto estaban invitadas Irene Montero e Ione Belarra, pero ambas líderes podemitas declinaron su asistencia. Así pues, la tensión entre Pablo Iglesias y Yolanda Díaz se mantiene porque nadie duda que el fundador de Podemos “mueve los hilos de la formación”, tanto en la sombra, como desde sus “púlpitos mediáticos” de La Base y Canal Red, su propia televisión puesta en marcha recientemente. 

Pero llegados a este punto, se hace precisa una reflexión retrospectiva para ver en la trayectoria política de Iglesias los antecedentes, y las graves consecuencias de que no se consiga en las próximas Elecciones Generales una candidatura única de la izquierda del PSOE en torno a Yolanda Díaz y la plataforma Sumar. 

Si la izquierda del PSOE, aglutinada en torno a Sumar y a Unidas Podemos (Pablo Iglesias), no se presenta en una única candidatura encabezada por Yolanda Díaz, Feijóo tendrá muy fácil llegar a La Moncloa con el apoyo de Vox

Después de las elecciones generales de 2015, y tras no ser posible la investidura de Pedro Sánchez (Pablo Iglesias no la apoyó porque en la fórmula estaba Ciudadanos), Podemos alcanzó un acuerdo con Izquierda Unida para concurrir como Unidos Podemos en la repetición de elecciones de junio de 2016. Debe recordarse que hasta ese momento Pablo Iglesias ninguneó a Alberto Garzón y le planteó a Izquierda Unida condiciones humillantes para alcanzar un acuerdo de unión de ambas formaciones. Por aquel entonces Rajoy daba “palmaditas en la espalda” a Pablo Iglesias animándole a que intentara en las elecciones de junio su ansiado “sorpasso” al PSOE, “vais muy bien”, le dijo. Ya sabemos que “el enemigo de mi enemigo es mi amigo” y Rajoy lo practicó. El resultado fue que Iglesias no consiguió el sorpasso, pero Rajoy si alcanzó su objetivo: ganar las elecciones y —tras la traumática crisis del PSOE que desalojó a Pedro Sánchez de la Secretaría General— la investidura que le mantuvo en La Moncloa. Esa es la historia. Iglesias creyó tener el poder al alcance de la mano, y lo que hizo fue regalárselo al Partido Popular y a Mariano Rajoy. 

Ahora nos encontramos, de alguna forma, en una tesitura similar. Si la izquierda del PSOE, aglutinada en torno a Sumar y a Unidas Podemos (Pablo Iglesias), no se presenta en una única candidatura encabezada por Yolanda Díaz, Feijóo tendrá muy fácil llegar a La Moncloa con el apoyo de Vox. Esto es lo que vaticinan todas las encuestas.

Para terminar, una reflexión imprescindible sobre la situación actual. Yolanda Díaz mantuvo hasta el último momento la incertidumbre sobre si se presentaría a las elecciones municipales y autonómicas del 28M, aunque resultaba evidente que se reservaba para las generales. Por otra parte, Unidas Podemos, dirigidos “espiritualmente” por Pablo Iglesias, no ha dado hasta el momento ningún paso claro hacia la unidad con Sumar y trasladan la responsabilidad de esta falta de acuerdo a Yolanda Díaz. Pero hay algo evidente; si en las elecciones de este 28M Unidas Podemos queda fuera de algún parlamento autonómico y sufre un claro retroceso electoral, no tendrá más remedio que colaborar con Yolanda Díaz para acudir unidos a las Elecciones Generales. De no hacerlo, Pablo Iglesias y Unidas Podemos serán responsables una vez más de que la derecha del PP, y la extrema derecha de Vox, gobiernen en España.  

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Rafael Sánchez Sánchez es analista político y socio de infoLibre

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