Librepensadores

Los hombres del presidente

Antonio Nadal Pería

La actividad política de Pablo Iglesias en los últimos días parece más propia de un vicepresidente de Gobierno que del líder de un partido que no forma parte del mismo ni está en coalición con el partido gobernante. Partidos de la oposición sospechan de que acude allí donde no puede acudir Pedro Sánchez en su calidad de presidente; en resumen, le hace el trabajo sucio.

Sánchez no puede ir a una cárcel a entrevistarse con un político independentista ni puede llamar a Puigdemont y citarse con él en su exilio en Bélgica por estar perseguido por la ley española. Parece mentira, pero el presidente de un Gobierno y los ministros tienen las manos atadas para muchos asuntos delicados y necesitan de un enviado especial, reconocido públicamente o no, que le realice las tareas prohibidas para ellos.

Es muy posible que Pablo Iglesias no actúe en nombre de Pedro Sánchez ni del Gobierno, pero se ha tomado esa libertad ya que los presupuestos los han firmado ambos y necesitan los votos de los catalanes y los vascos. También se cita con Íñigo Urkullu en Vitoria con el mismo fin, que es otra plaza a ganar para la causa. Después de la baja laboral por nacimiento de sus hijos, una parada prolongada y necesaria, la actividad de Pablo Iglesias no cesa.

Otra cosa es que consiga acuerdos positivos que permitan sacar adelante los presupuestos, cuestión muy cruda de resolver. ¿Son Iglesias y Zapatero los hombres tapados del presidente? Porque es impensable también que Pedro Sánchez se entreviste con Maduro y más impensable aún con Otegi como ha hecho Zapatero. En caso de que sí lo hiciera, el terremoto político sería histórico y de consecuencias imprevisibles. Ni siquiera en secreto convendría citarse con ambos porque las reuniones secretas terminan por conocerse.

Es muy posible que Pedro Sánchez disponga de hombres que en secreto negocien proyectos y propuestas en reuniones que mejor no salgan nunca a la luz pública, como suelen tener todos los presidentes de Gobierno del mundo. Por ejemplo, contactos secretos con la prensa, que es un gran poder. Se ha rumoreado siempre que los Gobiernos ocultan realidades que mejor no conozcan los ciudadanos, como que existen los extraterrestres, que el SIDA y otras enfermedades se inventaron en un laboratorio, que el mundo está gobernado por oscuros conspiradores, que la escena de la llegada a la luna fue un rodaje en un estudio cinematográfico, etc. Rumores.

 

Antonio Nadal Pería es socio de infoLibre

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