Librepensadores

Es la hora de la política

Felipe Domingo

La presentación de la moción de censura fue una decisión política valiente, incluso aunque no hubiera estado amparada por la Constitución. Su éxito, un ejercicio de la autonomía de la política ejercida por los actores políticos que podían intervenir en su desarrollo con el objetivo de cambiar el rumbo político y de dotar a la política de mayor autonomía, porque esta se había perdido. El debate sobre legalidad y legitimidad introducido por el PP es falso o, por lo menos, tiene poco sentido. ¡Es la democracia, estúpidos!

En los últimos años, encajonada la política en el ámbito territorial por el conflicto con Catalunya, se había judicializado a tales extremos que la capacidad de autonomía y decisión del Gobierno se habían reducido enormemente y todo pasaba por la defensa de una legalidad a ultranza, muy restrictiva. Y en este aspecto, sin juzgar todas sus decisiones, los Governs y el Parlament catalanes han mostrado mayor autonomía política.

Los resultados del cambio de rumbo político no se notan de la noche a la mañana, pero los gestos inmediatos, valientes, decididos ayudan mucho a la distensión, a la convivencia y a la esperanza. Y en estos momentos son muy necesarios. La moción de censura, su éxito y el nuevo Gobierno han supuesto un cambio imprevisto hace un mes, como ocurre a veces con el cambio de entrenador en un equipo de fútbol (al fin y al cabo “la política es un deporte de equipo” , Iván Redondo dixit) y después de una victoria, viene otra y otra... sin cansarse de ganar, como decía Luis Aragonés. Los dos primeros gestos, inéditos y valientes, con la conformación de un Gobierno con mayoría de mujeres se ha alabado en el interior y en el exterior, sobre todo, en Europa, y la promesa del cargo en la toma de posesión sin signos religiosos, han abierto un camino para visibilizar la aconfesionalidad del Estado que tendrá que continuar con otras decisiones más profundas. Es necesario continuar con el despliegue, al estilo guardiolista. Y no optar por la prudencia y el repliegue al estilo simeonista. La conformación del Gobierno monocolor ya ha supuesto un repliegue táctico, y tiene otra cara, a mi entender, negativa, no resaltada entre los analistas: es un Gobierno de jueces. Un gobierno jurídico. Que me corrijan los historiadores, pero creo que es el primer Gobierno con tres juezas (para ser exactos, un juez, una jueza y una fiscala) , además de una profesora de Derecho Constitucional ( la vicepresidenta), y, en total, 10 licenciados en Derecho. Como diría un amigo mío, catedrático en otras disciplinas, “muchos abobados”. Percibo que Pedro Sánchez, que es un obseso político (y lo digo como elogio), y que es nuestro presidente por su determinación, a pesar de los revolcones que ha tenido, necesita seguridad jurídica en el interior del Gobierno, al contrario que Rajoy que lo buscaba fuera, para decidir sus actos y acuerdos, la seguridad jurídica que ofrece siempre la ley al faltarle a él suficientes conocimientos en este terreno. Y esto tiene sus ventajas y también el inconveniente que vengo repitiendo de estar muy atado a la ley y dejar a un lado la política.

Una política de muchos y variados gestos es tan necesaria en estos momentos para distender el conflicto catalán, para reducir el conflicto de convivencia entre los pueblos de España, y para mantener y aumentar la esperanza en el nuevo Gobierno que su dilación disminuye en la misma proporción esas esperanzas. Se daba por descontado que el diálogo con el Govern de Catalunya comenzaría de inmediato. Era un gesto considerado urgente. ¿ A qué se debe entonces que el presidente se reúna con los presidentes autonómicos según aprobación de sus Estatutos y se incluya “en ese paquete” al presidente Torra después del presidente Urkullu, como ya ha denunciado el mismo Torra? ¿ A qué se debe? ¿Acaso a que las deliberaciones de los dos primeros Consejos de Ministros (nunca lo sabremos ) han discurrido en términos jurídicos, competenciales, poco políticos?

Sí son importantes los gestos, que el acuerdo de desviar el barco Aquarius de refugiados a las costas españolas ha sido aplaudido unánimemente, tanto en España como en Europa y el Gobierno se ha felicitado por dar una lección a Europa, “un aldabonazo”. Yo confiaba en que el primer Consejo de Ministros hiciera una declaración y aprobara el acercamiento de los presos del procés a cárceles más cercanas a su domicilio e incluso que lo declarara y acordara también con los presos de ETA en los próximos meses, al modo como Zapatero ordenó al ministro de Defensa, a la sazón José Bono, la inmediata retirada de las tropas de Irak y que explicara los motivos de tales gestos, el primero, el de humanidad, pero ha pasado el segundo Consejo y todavía se delibera sobre las competencias. A preguntas de una periodista de Europa Press, la portavoz del Gobierno, aun admitiendo ya que la competencia es del Gobierno, una vez cerrada la fase de instrucción, ha respondido que “su resolución es un asunto de comunicación entre el Gobierno y el Poder Judicial y que se actuará para bien de todos”. Señor Presidente, es una decisión política. En cuanto a los presos de ETA, un asunto, a mi entender, lacerante, ha respondido que este asunto no se ha tratado. Ortuzar, en una entrevista reciente, respondió que para el acercamiento de los presos de ETA no era necesario deliberar con el Código penal en la mano. En estos momentos, la prudencia y el oportunismo político no proceden.

No son asuntos jurídicos, son asuntos políticos. Los partidos contrarios a estas medidas van a seguir insistiendo en las hipotecas y pactos que ha adquirido el Gobierno con los independentistas y los nacionalistas, se hagan o no. Y no hay excusas. ¿Es tan complicado decidir con la autonomía política como bandera que se haga el gesto de retirar la medalla a Billy el Niño, sin que el Ministro del interior tenga que pedir un informe y su expediente para conocer si es legal o no ? Se hace y punto. Esto debiera ser un acuerdo del Consejo de ministros exigida al Ministro del interior, si él no está de acuerdo. ¿Es tan difícil entender esto? Otro gesto: ¿Es tan difícil y complicado decir sin medias tintas que el Gobierno ha aprobado la supresión de las concertinas en las vallas de Ceuta y Melilla? ¿Y es necesario otro informe en busca de otras medidas que garanticen la seguridad? A ellas ya se han referido los sindicatos y encargados de la seguridad: más medios personales, medidas pasivas incruentas, etc. Los gestos indican los reflejos de los que es capaz de mostrar el Gobierno ante los asuntos urgentes. La ministra portavoz no se ha cansado de repetir el nivel de exigencia que tiene el Gobierno para luchar contra la corrupción, al hablar de la crisis desatada con el exministro de cultura, para normalizar las relaciones políticas y evitar la tensión y su absoluta implicación con la defensa de los derechos humanos y la decencia política cuando se ha referido al inminente decreto-ley para garantizar la total universalidad de la sanidad pública, lo cuál está muy bien, pero no nos hagan perder la esperanza por el oportunismo político y la prudencia

Para concluir, echo en falta que el Gobierno no sea mucho más un Gobierno de activistas en su máxima extensión. Poco sillón y despacho y más calle. Que no le falte el raciocionio y la reflexión, pero que se lancen a la palestra muchas iniciativas sencillas y posibles, que cada ministra y ministro debieran haber decidido ya, una, dos, tres y las restantes a más largo plazo. Analizando solo en este aspecto al exministro Màxim Huerta, se ha movido más en una semana que la mitad de los otras ministras y la opinión más generalizada es que el nuevo Ministro de cultura es de un perfíl completamente contrario. Para lograr algo de lo dicho, el Gobierno se debe acostumbrar a la presión. A la presión de los amigos, para avanzar, porque la presión de los enemigos-adversarios se da por descontado ya que pretenderán su parálisis y acentuar sus errores. Este Gobierno no se puede permitir que le acusen de que ha envejecido muy pronto, como ha hecho Maíllo. Y, si lo hace, que los hechos le tengan por mentiroso. Les requiero valentía y le deseo fervientemente mucho acierto.

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Felipe Domingo es socio de infoLibre.

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