"Soy de izquierdas, pero no soy idiota"

César Moya Villasante

Esa frase la pronunció aquel gran presidente uruguayo, Pepe Múgica y yo me apunto y la suscribo. Y explico a mi manera el porqué.

Para que la democracia tenga sentido debe coexistir la opinión de todas las sensibilidades de un pais, dependiendo de sus votantes. Si juntamos una judicatura justa y no plegada a un partido podemos asistir a una democracia casi plena. Los resultados nunca satisfarán a todos, pero será la decisión de una mayoría siempre. En España tenemos muchos problemas porque hoy la separación de derecha e izquierda es total y los votos están muy ajustados por lo que los temas se dilatan demasiado. Algo que se podría ahorrar si la Constitución permitiera un voto de calidad en caso de empates o vetos continuos.

Pero hoy, además de este problema, existe otro muy vital para que la democracia cumpla sus objetivos. Y es que el único dios existente es el dinero y no es una creencia dejada a la fe. Es algo en lo que todos estamos de acuerdo. Todo lo dispone el mercado, palabra que se usa para no nombrar al dinero que es el que maneja el mercado en su totalidad. Y el mercado del poder económico es la auténtica ideología de la derecha. En ese poder basan toda su estrategia. La izquierda también cree en él, porque no hay más en este momento, pero siempre tratara, como se hace hoy en este pais, no dejar a muchos descolgados de cualquier decisión social. Pero esas decisiones de temas sociales chocan siempre con el veto o el no de los dos partidos de la derecha que hoy podemos decir que ya es uno. Y si a esto añadimos que el mundo entero occidental, al menos, está sometido a esa presión del mercado en el que las empresas poderosas incluso irrumpen en esas decisiones, muchas veces, oponiéndose de raíz, tendremos una situación en donde la izquierda está totalmente esposada sin poder conseguir sus objetivos .A no ser que sus mayorías sean claras y unidas pero eso ya no se contempla y menos en España donde lo social se divide en excesivas opiniones y contradicciones además de luchas internas.

Bien es cierto que en España es tal la desigualdad y la inconsistencia salarial que últimamente se han conseguido avances en la unión de esas izquierdas y bajo el liderazgo de una politica inteligente y brava en los acuerdos como Yolanda Diaz, quizá el único ejemplo de liderazgo claro que existe hoy en este pais y con una consistencia enorme, por su educación, su categoría politica y por su sensatez, algo tan difícil de reunir en una persona. Y sin parecer machista, hasta su presencia personal, pero es que para un líder todo cuenta. En eso Sanchez tiene también un buen papel además de hablar idiomas con un gran nivel.  Pero siempre tropezaremos en la misma piedra, el fuego amigo que hara muy difícil cualquier opción social con fuerza ante una derecha que se mueve en la corriente occidental del negocio puro y duro, del reconocimiento por mucha gente que el capitalismo feroz, ahora llamado liberalismo, es la corriente que manda en el mundo. 

Y si esto ocurre, o sea, una izquierda meramente testimonial y sentimental, pero con muy poca fuerza para conseguir opciones sociales que no abandonen a una parte enorme de la sociedad, entonces asistimos a la desaparición de la democracia y la podremos llamar mercocracia, palabra que me acabo de inventar parecida a otra aceptada ya, como meritocracia, pero en este caso el mérito es el del dinero exclusivamente

El presidente de Iberdrola lo ha explicado hace poco llamando tontos a los ciudadanos porque se cree fuerte, se cree el dueño del pais en su parte.  Esto es lo actual, en donde la teología nueva es el estudio del mercado. Si a todo esto añadimos que los medios de comunicación deben pactar con sus accionistas el no tratar mal a la empresa anunciante, por eso es necesario vivir del socio y no de anunciantes. y también a una derecha que es parte de ese mercado, y una judicatura que en el caso de España, y viene de lejos, esta muy cerca de las posiciones de la derecha, actuando con cierta frivolidad es las sentencias en contra de esa derecha, tendremos el espacio claro de esa nueva democracia a la que le denomino mercocracia. O sea, lo que en su tiempo se llamó Movimiento Nacional, ahora 2.0 por su evolución del tiempo pasado, pero al fin, lo mismo, salvando las diferencias en el tiempo. O sea, una unión de todas las Instituciones en favor de una, llamémosle ideología, entre comillas. 

Queda explicar a mi manera que es ser de izquierdas hoy. Yo creo que es la posición de aquellos que creemos aun en que las sociedades no deben tener una desigualdad exagerada en su calidad de vida, cosa que ya no ocurre, o que es bueno amparar de alguna forma subsidiaria a aquellos que no tienen capacidad, por las causas que sean, de enfermedad, capacidad o formación o edad, para que su vida se convierta en un salto de obstáculos. Pero explicado asi se encuentra con un mundo que nada tiene que ver con eso y todos los espacios están ocupados por aquellos que están de acuerdo en que el que es pobre o desgraciado humanamente no tiene por que recibir ayudas, porque esta es la filosofía de tanta gente que vota a la derecha. Aceptan que el que no pueda pagarse la sanidad o una buena educación que haga lo que pueda por sobrevivir. Y esto hoy lo aplican la mayoría de los paises de nuestro entorno a una velocidad de crucero, comparando con ese capitalismo USA de todos conocidos. 

Lo que habría que analizar es por qué tanta gente vota al extremo. Quiza porque están convencidos en que el caos anunciado hay que soportarlo de la mejor manera y que hay que votar lo menos malo. Porque no todo votante de ese extremo absurdo es partidario, me supongo, de crear un pais en donde no existan homosexuales o emigrantes o independentistas o sea imposible abortar. Considero que sería terrible que ese voto estuviera en todo aceptando la creación de un mundo ideal para ellos, pero totalmente absurdo e imposible. Muchas veces me lo he preguntado, pero llego a esa conclusión, votan lo que consideran inevitable ante un caos que parece estar próximo.

Sigo pensando en la necesidad de una izquierda fuerte. En España han demostrado que su unión fiel es casi imposible, pero con mayorías potentes en el Congreso algo se podría hacer para evitar este caos. Sanchez hoy está consiguiendo pactos difíciles de alcance social, pero me temo que, en las próximas elecciones, será la unión de dos derechas casi exactas en su ideología las que se encuentren con el regalo de poder volver al siglo pasado, que parece ser, es lo que desean. ¿Lo quiere la mayoría de los ciudadanos? Parece que si según algunas encuestas, pero el voto aún podría evitar este futuro.

César Moya Villasante es socio de infoLibre

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