Librepensadores
En nombre de la degradación
“Isabel Díaz Ayuso ha ligado su futuro y el de su partido al de Vox. Madrid puede convertirse en la primera comunidad autónoma donde la ultraderecha llegue a gobernar”. Ignacio Escolar.
Generalizada. Cuando se elige el barro para esconder las propias excrecencias solo puede salpicar el barro, es decir “la mierda”, a todos y todas, empezando por quien ha tenido la idea de enfangarse.
Cuando resulta que la presidenta madrileña augura que sería bueno que “el virus circulase” por nuestro territorio nacional sin cortapisas es que ya ha elegido embadurnarse de barro.
Cuando ante la decisión acordada de todas las regiones españolas para seguir las instrucciones de Sanidad y deciden perimetrar y cerrar las autonomías para el puente de San José y Semana Santa, y la lideresa de Madrid y sus afines deciden no cerrar su autonomía, las heces de la deslealtad se enseñorean sobre el esfuerzo común. Y nada está claro salvo el sentido del egoísmo cortoplacista, bajo el espejismo de la “libertad” machacada, en nombre de la “libertad” a su servicio, contra quienes osen contradecir el posibilismo de salirse con la suya.
Mientras resulta que el principal asesor de la presidenta IDA, de Madrid, el ínclito MAR, que ya lo fue de Aznar, utilizó ya en su tiempo, para desprestigiar al doctor Luis Montes, repetir la insidia de señalarle como “un nazi, un nazi, un nazi, un nazi…”, la decencia se desvaneció ya entonces, y desde entonces la miseria moral preside la actuación del personaje y sus pupilos/as con mando en plaza, por lo que nada debiera habernos extrañado.
Cuando este miércoles la presidenta de Madrid, Díaz Ayuso, convocó deprisa y corriendo una celebración adelantada de elecciones autonómicas, alegando que tal vez, por si acaso, el PSOE y C's fueran a presentar una moción de censura… para curarse en salud se echaba al monte, y por las bravas expulsaba a sus aliados y cogobernantes de C's, solo por su pálpito, y vuelve a enredar al personal con argumentaciones simplistas como si fueran menores de edad, interesados de parte porque “algunos” hacen caja… y el resto solo aspiran a la satisfacción inmediata, cueste lo que cueste y se la carguen los que se la carguen, ya nada será improbable, por muy negro que se nos vaya a presentar.
En contra, en todo caso, de cualquier presentación de una moción de censura, que forma parte de la normalidad parlamentaria cuando así se decide, para resolverla, en un sentido o en otro, en dos o tres días, y se opta por la excepcionalidad de unas elecciones que lograrán, de momento, dejar en suspenso la gobernabilidad en Madrid durante dos, tres o cuatro meses, a expensas de haber dejado asimismo a la Comunidad si unos presupuestos generales, en busca de un plebiscito populachero, por ver si cuelan las mentiras repetidas hasta la saciedad, en plan trumpista, con el estandarte de “la bajada de impuestos”, un canto inequívoco a la insolidaridad y al deterioro implacable de los servicios públicos, el nivel de la política solo encontrará hueco entre la degradación consentida y la desafección buscada.
Mientras se ocupan los titulares y simultáneamente se declara, esta misma semana, una “huelga indefinida de médicos/as de atención primaria”, en la Comunidad de Madrid, por verse desbordados, desatendidos, abandonados, maltratados y, en consecuencia los propios pacientes, porque desde que estalló la pandemia apenas se han creado 29 nuevas plazas de médicos/as y tal urgencia ha pasado a ser un asunto menos que menor, es que algo muy grave está pasando. Mientras los sanitarios de la vanguardia han de lidiar a diario con 70, 90, 150… pacientes , en jornadas de trabajo de 12 horas, sin refuerzo alguno, porque la mentalidad imperante es que lo público no es rentable y, al cabo, solo lo utilizan “los desgraciados”, pues algo muy grave está acaeciendo en nuestra sociedad.
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Cuando da la sensación que la inoculación de la sensibilidad por los contagios y los fallecimientos supera la iniquidad, este mismo miércoles había 400 madrileños/as en UCI por causa del virus… y solo importa… el plebiscito de la señora mandamás, y solo se augura una indeterminación, un camuflaje de lo que siempre fue y ha sido la derecha en nuestro país, el franquismo en carne mortal, de cuando en el PP anidaban sin problema los fascistas, cuando ahora solo se aguarda a que el PP se mimetice como Vox, y todos vuelvan a “la casa madre”, llámese como decidan, como dijo un oráculo pasado, “sin complejos”.
Y con todo sí podrá ganar Díaz Ayuso, claro que entonces perderá la decencia y la humanidad. Y también podrá perder y entonces se habrá hecho astillas el actual centroderecha, si es que aún pervive.
Antonio García Gómez es socio de infoLibre