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¿Cómo reducir el déficit público?

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Pepe Espuche

Desde la transición política el déficit público ha ido creciendo a pasos agigantados. Con el tipo de políticas que se han venido aplicando no es de extrañar que siga creciendo el déficit público y, con él, la deuda pública. Cuándo los ingresos son inferiores a lo que se gasta solo podemos esperar déficit e incremento de la deuda pública. Pero no solo se ha gastado más de lo ingresado. También se ha reducido el patrimonio público por las privatizaciones y se ha gastado los recursos económicos obtenidos con ellas. No han sido suficientes los ingresos obtenidos con impuestos y privatizaciones. Además se ha generado una deuda pública que no hay reaños a quitarla. Y ya sabemos, a más deuda pública, más intereses a pagar cada año, a más intereses menores y peores servicios públicos. No, señores gobernantes, han seleccionado el peor de los caminos para hacer política.

¿Quieren ustedes, señores gobernantes actuales y futuros, la eliminación del déficit público y con ello la reducción de la deuda pública? Por el camino emprendido hace bastantes años, para equilibrar las cuentas del Estado no han servido para conseguirlo, al contrario, cada día que pasa la deuda pública se va incrementando. Con la reducción de inversiones públicas, salarios y privatizaciones de servicios públicos, al contrario, ha servido para incrementar el déficit y la deuda pública. Esto debería servir de ejemplo para la modificación de las políticas que se vienen aplicando.

Pienso, sinceramente, que a ustedes les gustaría que los españoles tuviéramos que pagar menos intereses de la deuda pública que tenemos. Sí porque, en definitiva, somos los contribuyentes los que pagamos, con el consumo y otros impuestos para llenar las arcas del Estado, lo malo es que por culpa de los defraudadores estas nunca se llenan. Pero nuestros gobernantes o no quieren o no saben qué hacer para alcanzar superávit en las cuentas públicas sin tener que reducir las inversiones públicas.

Miren ustedes, señores gobernantes, solo hay dos formas de reducir el déficit público y con este la deuda pública. La primera es la que se viene llevando desde terminada la transición política hasta el día presente, consistente en privatizar empresas públicas para obtener ingresos que sustituyan el fraude fiscal y todo lo que guarda relación con el saqueo de las arcas públicas. Esta forma de hacer política sirve para ayudar a llenar los bolsillos de una pequeñísima parte de la sociedad. El resto, la mayoría, a pasar necesidades.

La segunda consiste en aumentar los ingresos del Estado. La economía es como la pescadilla que se muerde la cola. Si se elevan los salarios se consume más, si se consume más las empresas de producción, distribución y servicios necesitan más trabajadores para el incremento productivo y distributivo. Con más trabajo, más cotizaciones a la Seguridad Social e incremento económico a las arcas públicas. Otra parte de los ingresos del Estado vienen persiguiendo el fraude fiscal. Saben ustedes, Sres. Gobernantes, cómo se persigue el fraude fiscal. Es más sencillo de lo que ustedes imaginan. Facilitándoles los medios necesarios a la Agencia Tributaria para que persiga de forma positiva el fraude fiscal, el blanqueo de dinero, evasión de capitales, economía sumergida y cualquier otra forma de defraudar a la Hacienda pública.

La colaboración de la sociedad es necesaria para el aumento de los ingresos. Solo tienen que poner, la Agencia Tributaria, un teléfono con las líneas suficiente para que la gente cuando vamos a un servicio privado y no nos cobran con tarjeta de crédito, ya sabemos que no contribuyen a la hacienda pública. Con una simple llamada se informa a la Agencia Tributaria de los defraudadores que se vayan conociendo. Miren ustedes qué sencillo es perseguir a un tipo de defraudadores. Seguro que si hacen todas las sugerencias anotadas en este documento empezaremos a notar los resultados positivos con las medidas puestas.

Al no ser que defiendan intereses ajenos a los españoles e interese el mantener la deuda pública que alcanza al 1.000.000.290.000 de euros (un billón doscientos noventa mil millones) más los intereses que son unos 36.000 millones de euros anuales.

¿Hay "madrileñofobia"?

Mientras escribo esto, en televisión habla de la moción de censura el señor López Mira y entre otras cosas decían que este Gobierno ha defendido los intereses de los murcianos; mentira con toda rotundidad. Han ido sustituyendo los pequeños establecimientos murcianos por grandes cadenas de la distribución y en los que antes eran pequeños establecimientos, ahora salones de juego. No se puede ser más cínico y mentiroso. Espero que murcianos y el resto de españoles descubran los hechos y no las palabras.

El alcalde era el anterior rector de la Universidad de Murcia. ¿Para haber sido rector de la Universidad que poco valora la educación de los alumnos? El Ayuntamiento es el que concede las licencias de apertura.

Pepe Espuche es socio de infoLibre

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