Sobra soberbia y falta humildad

Ximo Estal Lizondo

En la política actual de nuestro país, a nuestros dirigentes políticos, sobre todo los de derecha y ultraderecha, les sobra soberbia en sus planteamientos, en sus acciones, en sus argumentaciones y, lo peor, en su incitación al odio y a crispación, lo que demuestra que la humildad no está entre sus objetivos ni tampoco en pretender que la ciudadanía que les apoya sea su eje vertebrador para la convivencia.

Frente a esta soberbia que significa intolerancia, una sinrazón argumental y política, debe sobresalir, sobre todo por parte de la izquierda, la humildad que es reflejo de convivencia, respeto y libertad. Soberbia es impotencia, como se demuestra en la derecha y ultraderecha, pero como es muy grande, convocan manifestaciones absurdas y carentes de sentido, o se dedican a bloquear porque no tienen ni argumentos, ni soluciones. Son soberbios y con ello reflejan su impotencia política para aunar y gobernar.

Frente a esto, la humildad del gobierno progresista, de la izquierda, debe primar, porque esto refleja inteligencia y búsqueda de soluciones para mejorar el bienestar. No se debe caer en la soberbia, hay que ser inteligentes y así se vence. El enfrentamiento sin razón no es inteligente ni humilde. Si se quiere vencer, solo hay que ser inteligente y eso indica que a veces una retirada a tiempo o un esperar, es un triunfo, puesto que la ciudadanía no es ni tonta ni analfabeta y comprende que frente a la soberbia está la humildad y que solo con eso se vence y se llega a conseguir los objetivos propuestos para mejorar el bienestar, la convivencia y la igualdad. Repito: para vencer, humildad e inteligencia.

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Ximo Estal Lizondo es socio de infoLibre

En la política actual de nuestro país, a nuestros dirigentes políticos, sobre todo los de derecha y ultraderecha, les sobra soberbia en sus planteamientos, en sus acciones, en sus argumentaciones y, lo peor, en su incitación al odio y a crispación, lo que demuestra que la humildad no está entre sus objetivos ni tampoco en pretender que la ciudadanía que les apoya sea su eje vertebrador para la convivencia.

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