Librepensadores

Soltar amarras

Radiografía de las diputaciones: unos entes en el disparadero

Miguel Cid

Puede que estemos llegando a un punto de inflexión donde los reiterados y fracasados intentos de pactos tendrían que cambiar de rumbo o de táctica para que se pueda llegar al buen puerto del acuerdo válido para gobernar este país.

Y ¿ cuál podría ser ese cambio de rumbo? ¿O es que hace falta un nuevo fracaso de un nuevo intento de investidura que nos aboque a unas irremediables nuevas elecciones? Pienso que ello sólo puede evitarse si ese cambio de rumbo significa cambiar de intérpretes y de papeles de forma sustancial. Para ello, habría a su vez que respetar en esencia los planteamientos de dos de los tres intérpretes fundamentales esto es, de Ciudadanos y PSOE como es su pregonado “Gobierno de cambio” y su no menos conocido pacto y ahora la gran pregunta: ¿Podría el PP entrar con esos condicionantes, en el supuesto que se lo pidieran, lo que de momento resulta harto improbable? Y ello dando por supuesto que Podemos no es de recibo ni para Ciudadanos y menos aún para el PP.

En definitiva, el quid de la cuestión está en saber en qué condiciones el PP podría incorporarse o ser incorporado como única salida a este callejón sin salida y nunca mejor dicho. Pues bien, esta salida podría estar en que el PP aceptara la esencia del pacto citado y sus firmantes aceptaran a su vez que el PP, o sea Mariano Rajoy, siga de presidente de Gobierno que es lo que fundamentalmente le interesa. Es decir, en este do ut des, ambas partes tendrían que negociar intensamente; pero claro, la continuidad de Mariano Rajoy sólo podría ser aceptada si esta tuviera a mi juicio una modulación esencial cual sería que fuera rotatoria o temporal por sólo dos años y los otros dos la ostentaría quien legítimamente también la persigue como es Pedro Sánchez. ¿Esto sería posible? Pienso que para lograrlo hay que hacer algo tan elemental como sentarse a negociar y para ello hay que hablar. Acabamos de ver como dos regímenes tan antagónicos como el cubano y el estadounidense lo ha hecho a través de sus máximos dirigentes como Castro y Obama ¿es que aquí no sería posible que Rajoy y Sánchez hicieran otro tanto?

Por último, los mayores de la localidad recordamos y recordaremos como UCD consiguió no sin esfuerzo y pericia que los franquistas se integraran y aceptaran el nuevo régimen democrático, un impagable servicio que evitó muchos problemas para la continuidad del sistema, no sin sobresaltos como el fallido 23 F, quizá por ello superado. Ahora, salvando las distancias, se podría conseguir integrar al rancio liberalismo del PP en un sistema mucho más social, progresista y verdaderamente limpio de corrupción. ¿No sería esto también un verdadero cambio? 

Me temo que los gurús o sabios de cada partido que los hay y muchos, difícilmente aceptarían estas sugerencias sobre todo por no habérseles ocurrido antes a ellos. Pero yo creo que al menos alguien no sospechoso debería decirlo. Es hora pues de soltar amarras y ponerse a navegar. De lo contrario las anclas de forma irremediable comenzarán a oxidarse y pudrirse.

Miguel Cid, exsenador socialista y actual portavoz en el Ayuntamiento de Redueña (Madrid), es socio de infoLibre

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