Librepensadores

El surrealismo político de Casado

Vicente Montejano Conejero

Empiezo a tener la convicción de que este país podría respirar aliviado y levantarse confiado de estrenar un buen día si el portavoz popular Pablo Casado hiciera lo propio y decidiera extraerse del no diariono a cualquier propuesta que le hiciera el Gobierno, cumpliera tácitamente con la Constitución y desistiera de ir a Bruselas con un exclusivo fin de lanzar proclamas contra España y además pensando que todos los que no le votaron en las urnas sin embargo sí le eligieron como jefe del Gobierno. 

En ese cuadro político surrealista que nos pinta Casado, también, ha propuesto para el Constitucional a Concepción Espejel, jueza vinculada con Cospedal y recusada por tal motivo. También tenemos a Enrique López, juez que dejó serlo para convertirse en consejero del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso y responsable de Justicia del PP.  Asimismo, a Enrique Arnaldo, que impartió cientos de cursos y ponencias en la Fundación FAES y, además, estuvo imputado por cobrar del Gobierno balear y hacer pagos a Jaume Matas y aparecer en las escuchas de Lezo, donde indicaba a Ignacio González, hoy en prisión, “estoy moviéndome para que el nuevo que sustituya a esta señora sea bueno”.

Por tanto, los objetivos no consisten en reforzar instituciones ni despolitizar los órganos judiciales, tal como señalan algunos adláteres de Casado, que se reivindican como artífices de un desbloqueo que aún no es tal pues viene ligado a plazos que se sustentan a intereses particulares, con la elección de magistrados que nunca debieron optar a cualquier puesto de judicatura. Y en ese sentido, los socialistas han permitido líneas de actuación que por legítimas que sean no son del todo aceptables.

Casado recuerda que Ayuso fue una "apuesta personal" suya pero que "no es momento de mirarnos el ombligo"

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Desconozco cómo sería un guion cinematográfico resultante sobre la España de nuestros días, bien hecho por Luis Buñuel o Rafael Azcona; sin duda, tan surrealista y onírico con un plano entero del Congreso que pese a ello no fuerza a distinguir con empatía o líneas maestras a cualquier ponente que brama o sacude banderillas desde los escaños de nuestro Parlamento, Senado u otros organismos estatal o comunitario.

Si a tenor de lo expuesto, el ciudadano de a pie, aún no desafecto, todavía puede creerse que la gestión política con la que ciertos partidos actúan, es un magno, claro y digno ejercicio que impulsa tranquilidad y confianza a todo este país, sin duda, peca de una insensata bonhomía o sufre diariamente de una gran resaca auditiva y sumisión masoquista hacia los hechos y golpeteo ruidoso que estos fugitives from reality activan cada vez que aparece un nuevo día.

Vicente Montejano Conejero es socio de infoLibre

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