Tramposos

Antonio García Gómez

Y no de la cuerda de Toni Leblanc, Ozores y compañía, sino de la mala laya de estos tramposos de cara de hormigón armado, muchos de ellos anidando en las instituciones estatales, en los partidos políticos que las sostienen, en las empresas que engordan y crecen a su sombra, desde el Luis Roldán, “que mentía más que hablaba”, y que dios guarde ya en su infinito hasta el Bárcenas del “sé fuerte Luis”, que anda penando en la cárcel por el resto de su clan y tribu, pasando por todas los potrancos de pedigrí y relieve que nacieron, crecieron, medraron y dieron los pelotazos a la sombra del poder, o desde el poder mismo, desde los ERE andaluces hasta “los todos los días eran fiesta” en Valencia, las mamandurrias en Madrid y el 3% al contado en Cataluña, todo para la caja del mandamás de turno. Y así sin solución de continuidad… o con ella, a tope, saqueando las arcas públicas son descaro y sin nocturnidad.

Cuando parece que ya forma parte del acervo identitario de un país que se vanaglorió del patio de Monipodio, de los pícaros de la literatura, de los hidalgos muertos, don Guidos y señoritos Iván, de hambre, meapilas y cofrades de gran prosodia, y también mucho poder y mayor hacienda, junto a los pordioseros de los caminos, abriéndose las carnes por un mendrugo de pan…, de venta en venta, de plaza en plaza, trampeando con cantes de ciego o puñadas a la faldriquera, hasta llegar al despropósito de don Quijote de ir a liberar una cuerda de galeotes, con Ginés de Pasamonte que no lo supo ni quiso agradecer, a cantazo limpio.

Trileros pues, fulleros, matasietes, malandrines de baja o alta estofa, haciendo fortuna sin pudor ni ética, negando la mayor y birlando hasta la hucha de los más vulnerables y necesitados. Todo entre gracietas y ovaciones del pueblo llano, del mismo que salía a la calle para gritar: “¡Vivan las caenas!”, a la vera del felón Fernando VII para legitimar la dinastía Borbón con el cariño bobo del pueblo…

Tierra pues, la nuestra de “perdonavidas”, frente a la honestidad desprestigiada, en los viejos y en los últimos tiempos, desde cuando el ministro socialista Solchaga ya predijo que “España era el país donde más rápido se podía uno enriquecer”.

Con una barbián Alatriste que enjuagare nuestras malas querencias. Con un rey “jubilado” y abdicado, perseguido por la justicia inglesa, compendio del trilero de tronío, aclamado y requerido por nuestros propios “estómagos agradecidos” que tanto le deben echar en falta.

Mientras la derecha predica las bajadas masivas de impuestos, con la boquilla chica, como proclama la diputada de Vox, Macarena Olona, pidiendo voz en grito que nos aparten el cáliz de su supuesto sufrimiento y la salida de “este infierno fiscal”, que debe asolar a… ¿quiénes más tienen y más temen?

Con compañero suyo y de bizarra ideología, tal como lo es Espinosa de los Monteros, también de Vox, al que “la Justicia  ha embargado su sueldo de diputado”, superior a los 8.000 euros mensuales, para que abone su deuda de 63.183 euros al constructor que, ya hace 8 años cerró su empresa, naturalmente sin liquidar a Hacienda ni a la Seguridad Social, el mismo que le practicó las reformas solicitadas en su vivienda familiar. Más las costas judiciales, y más los retrasos e intereses… contra lo que el inefable diputado piensa recurrir… porque pagar, pagar, se le debe hacer muy cuesta arriba. Otro pícaro y tramposo de ringo rango muy hispano, muy patriotero de hojalata.

Al mismo tiempo que, allende la mar océano, el presidente Biden, en su país, “sube impuestos a los ricos para financiar el gasto militar. Los hogares con más de 100 millones verán incrementado un 20% su esfuerzo fiscal”.

Algo impensable en nuestro país, desde luego, en el que las grandes fortunas, por patrimonios millonarios llegados a sus cuentas ocultas, a saber, cotizan en Madrid, por ejemplo también, “cero euros”. Como ha sucedido en Andalucía, donde gobierna Moreno Bonilla, bajo el mantra de “la bajada masiva de impuestos” y en más de tres años solo ha quitado el gravamen a las herencias millonarias.

Recientemente, saltó una noticia a la prensa. En el Ayuntamiento de Alicante se habían convocado oposiciones a la policía local, para cubrir 92 vacantes. Se presentaron 1.500 opositores, y las aprobaron 140.

Sorprendentemente, o no tanto, una vez cubiertas las vacantes, ha resultado contrastable que un tercio de los ocupantes tenían algún lazo de familiaridad, cercanía o proximidad con “representantes de diferentes partidos políticos y sindicatos y con contratistas vinculados al Consistorio”. Y concretamente entre los 20 primeros ese perfil era del 100%. Todo muy “previsible o muy sorprendente”. Ahora el Ayuntamiento va a practicar y abrir “expediente informativo”, es decir va a poner una tirita y “p´alante” que la jugada les ha salido redonda y el clientelismo es imprescindible no maltratar… que luego sostendrá a los mismos… perillanes. Vocacionales “servidores públicos” muy atentos a “sus finanzas”.

Y así un caso tras otro, con un pueblo aparentemente anestesiado frente a tanta golfería. Como si no hubiese nada y nadie por la que indignarse o avergonzarse, mientras se sigue llevando a cabo una oposición de “tierra quemada”, tal vez para que quede más espacio para la “reconstrucción” desde el poder, desde “su poder”, porque todo es muy rentable si se dispone de los resortes de ese torticero poder, en un país de golfos y pícaros, que dios guardará, su dios sacado en procesiones, autos de fe, que tanto les conviene… y convendrá, entre botafumeiros y bendiciones a la carta.

Antonio García Gómez es socio de infoLibre

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