Trump y el caos

Juan M. Molina Raspal

Parece que al presidente Trump no le están saliendo las cosas como pensaba.

Iba a meterse al mundo en el bolsillo con sus aranceles y Wall street le acaba metiendo un rapapolvo y empieza a recular. El 3 de abril presentó con expresión de suficiencia y desprecio –su cara de presentar decretos después de hacer la firma serrucho– un ingenioso gráfico de aranceles con vocación volante, que nos mostró países tan exóticos como Nauru al que le correspondió en la lotería el 30%. Esta pequeña isla perdida en el Pacífico vive prácticamente en exclusiva de fondos que le paga el gobierno australiano por tener detenidas a personas que querrían entrar en Australia. No parece que EEUU tenga la intención de importar inmigrantes aunque con ello sus arcas públicas recaudaran jugosos aranceles. En la misma línea, la lotería del presidente impuso aranceles a unas islas, de las que no recuerdo el nombre, habitadas por aves marinas y otros bichejos que es improbable que se apunten a la economía global.

La Casa Blanca aportó para justificar el desaguisado una ingeniosa y arbitraria fórmula que le permitió calcular la cuenta de cada país:

Una vez calculado el porcentaje que cada agraciado debe apoquinar, se mira a ver si le agrada al nuevo gobierno norteamericano, y si no es el caso se pone otro tan caprichoso como la fórmula en cuestión. Cosas de las ciencias exactas trumpistas. 

Según Monica de Bolle, investigadora de la organización no partidista Peterson Institute for International Economics, cuando los aranceles son altos, las empresas inevitablemente trasladarán parte o la totalidad del aumento a los consumidores. El sagaz economista Trump aseguró con cara de "créame, soy un tipo fiable"que esto no sucedería nunca. Los aranceles los pagaría el país exportador. Supongo que estas cosas suceden en Disneylandia. El mundo real es más complejo, algo que no parece caber en las cabezas del presidente y su "equipo económico", por darle algún nombre.

Los "economistas" MAGA no cayeron en que vivimos en un mundo globalizado donde el beneficio ha fijado dónde se trasforma cada producto

La BBC explica cuál sería el camino seguido para la producción de una biela de un automóvil desde que era polvo mineral en Tennessee hasta acabar en un motor en Michigan. Ha de pasar primero a Canadá, después saltar a Méjico para luego volver a EEUU. He aquí el antes y después de la feliz ocurrencia del ínclito. ANTES, con el Tratado México-Estados Unidos-Canada (T-MEC), el gasto por pasar fronteras sería cero. DESPUÉS, dos cruces de fronteras supondrían dos pagos de aranceles (los de Canadá y México, que están al 25% por ahora). Como curiosidad, el paso entre Canadá y México saldría gratis. En otras piezas industriales los pasos de fronteras pueden ser seis o más. Los "economistas" MAGA no cayeron en que vivimos en un mundo globalizado donde el beneficio ha fijado dónde se trasforma cada producto.  

Acabaría con las guerras, creo que dijo, en 24 o 48 horas, solo con su mágico influjo, y tanto Putin como Netanyahu por decirlo finamente le orinan encima con poco disimulo. El autócrata ruso recrudece los ataques a Ucrania, sobre todo a ciudades donde es más fácil que haya bajas civiles con el objetivo de aterrorizar al adversario y conseguir una buena posición en unas conversaciones que no tienen pinta de llegar pronto. Trump mira para otro lado y humilla a Zelensky en una encerrona en la Casa Blanca. Y la guerra continúa…

Israel no parece que haya bajado el pistón en sus genocidas ataques contra la población civil de Gaza e introduce una nueva y perversa maniobra: privatiza el reparto de comida, premeditadamente escasa para que no cese la hambruna, y su ejército dispara sobre la gente que, desesperada, se acerca a los puntos de reparto con la excusa de su agrupamiento y actitud sospechosa. Mientras tanto, como dos buenos amiguetes, en el sentido "torrentiano" de la palabra, Trump y Netanyahu se reparten Gaza bromeando sobre sus magníficas playas desaprovechadas por los ignorantes palestinos y entre bromas se atreven a sacar un video sobre un futuro resort turístico con doradas estatuas horteras del libertador. Y la masacre continúa...

No contento con eso, Netanyahu ataca a Irán mientras EEUU estaba negociando con el régimen teocrático. ¿Habrá que creer una vez más que no estaban compinchados? Y Trump, que prometió a sus votantes que nunca atacaría a otro país, ha bombardeado sin aviso previo territorio iraní con su habitual desprecio a las consecuencias que ello pueda tener y sigue empecinado en la idea de que es el más listo y puede seguir engañando a todos, cuando lo que ha provocado es la casi unánime condena del resto del mundo. 

Ya que no puede con los poderosos, continúa con las redadas de inmigrantes, con un estilo que sin duda complacería a nuestro amadísimo Führer, considerando que al ser más débiles podría hacer con ellos lo que quisiera. En California le han salido respondones, contando con la solidaridad, incluso activa, de una población que tras muchos años de convivencia multiétnica no se cree las mentiras del hombre del pelo naranja. Empresarios de hostelería y agrícolas, muchos de ellos votantes del Partido Republicano, han empezado a movilizar a sus lobbies, pues no están dispuestos a perder esa mano de obra sumisa y barata que mantiene sus prósperos negocios. El uso del ejército, saltándose al gobernador del Estado, tampoco ha gustado mucho y se considera como un aviso a navegantes en otros Estados del país. Puede incluso servir para sacar de su parálisis al Partido Demócrata, como se ha visto en la respuesta del gobernador Newsom, uno de los nombres que más suenan entre las filas demócratas para las próximas presidenciales.

Tampoco le ha ido muy bien con su principal donante, el a veces disperso, a veces impulsivo, Elon Musk. Tras unas agresivas trifulcas entre los dos personajes, fueron suavizándose sus mensajes cruzados, mostrando a todo el mundo que el abusón de la clase no siempre gana y tiene que tomar una salida gallinácea. Presumo que algunos de sus presuntos incondicionales mecenas habrán tomado nota para cuando no les sea rentable permanecer en el barco.

Eso sí, no llevaba en su programa electoral que su familia, sus amigos y él mismo se iban a aprovechar de su presidencia para hacer pingües negocios en un maremágnum donde lo privado y lo público se mezclan y confunden. Su visita/negocio a las monarquías del Golfo, la creación de criptomonedas personalizadas o la puesta en el mercado de elegantes teléfonos móviles dorados parece más propio de cleptocracias bananeras que de sistemas democráticos. No sé si esto estará gustando mucho entre las empobrecidas bases MAGAS, que saldrán a votar dentro de dos años.

El desorden económico, político, estratégico que ha generado el personaje es de los que no tienen parangón (como diría mi admirado Millas, signifique lo que signifique la palabreja). De sabios es aprovecharse de las situaciones aunque sean malas. Frente a lo caprichoso, irracional o francamente delictivo de la nueva política norteamericana, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid,  deberíamos replantearnos las relaciones económicas con otros países (¿para cuándo denunciar y rescindir el acuerdo bilateral UE-Israel?), militares (¿qué tal una política de defensa europea fuera de la OTAN?), medioambientales (con estrategias lejos de los cabezahuecas negacionistas), de ayuda real al desarrollo (Africa está esperando que Europa compense los daños producidos por el colonialismo y las descolonizaciones salvajes)…Ya sabemos que no es fácil pero deberíamos intentarlo. O esto o el caos.

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Juan M. Molina Raspal es socio de infoLibre.

Parece que al presidente Trump no le están saliendo las cosas como pensaba.

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