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Vox: un problema latente

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César Moya Villasante

A estas alturas de la película, creo que nadie dudará de que Vox es un partido totalmente franquista. Es más, un partido que desea acabar con la democracia desde dentro de ella, pero con una implantación demasiado fuerte, aunque sea Madrid su centro de operaciones y de votos posibles. Porque Madrid no es España, aunque Ayuso lo diga, pero sí fue siempre el lugar del Movimiento Nacional que duró hasta el 75 y de ahí vienen muchas cosas que algunos no entienden.

Pero este problema legal me produce un temor importante si no se toma en serio, porque me da la impresión de que el Gobierno no se lo ha tomado con el interés debido y pueden acabar con el plan B que creo tienen pensado. No es descabellado pensar que la deriva del PP hacia Vox es algo natural. La mayoría de los votantes que le quedan al PP que, como bien definió una vez el gran Pepe Sacristán son auténticos feligreses de partido, son más cercanos a la ideología de Vox que a la de un partido centrado de derechas, por un nacionalismo extremo que generó la España en negro que vivimos muchos hasta el 75. Y tampoco se puede dudar que Casado es uno de ellos. Si a eso unimos que detrás de Ayuso se encuentra MAR, el enviado de Aznar, para hacer el trabajo sucio, y éste dirige FAES , no es difícil suponer que a lo que se va es a una unión futura de la derecha, en la que entrará también ese que dicen partido, llamado Ciudadanos, cuando vemos que Rivera ya está en las estribaciones de ambos. Y más, cuando el propio Aznar habló maravillas de este personaje cuando creó aquel partido que él solo dinamitó, sin ayuda de nadie. Si todos estos supuestos se cumplen en un cierto tiempo, y aún tienen dos años posibles para ello, tratarán de destrozar al Gobierno de las maneras de Aznar con sus medios de comunicación, demasiado lanzados a ataque, y podemos añadir que Abascal es el hombre de Trump en España para derribar las democracias europeas, en esa unión ya cerrada con Orban, Le Pen y toda la extrema neofascista. Incluyo el neo, porque ahora no necesitan tanques. Cada día los vemos más activos en su verdadero plan que es el de la amenaza continua y considerando que la única España lícita para ellos es la que dejó Franco. Todo lo demás son cosas de una democracia inútil para ellos. Y vemos ya las amenazas a periodistas, que es lo primero que hace el fascismo cuando su ataque ya es frontal. Lo del semanario El Jueves es un aviso a navegantes.

Con esto se explica que el movimiento de una derecha ultramontana se mueve muy cómoda sin que nadie les moleste. Solo Alemania con una Merkel que parece la única política con sentido común establece fronteras con esa ideología, por llamarle de alguna manera, porque quizá han conocido el problema muy de cerca. Otra cosa es la capacidad que tengan para arrasar las democracias europeas , empezando por la española, que es la más fácil, porque en este país la derecha es la más ultra del mundo, quizá solo comparable con el trumpismo americano, por su descendencia de la guerra civil, por una España creada entonces en donde el fascismo sin tanques ni hornos crematorios, pueda arrasar los años que sean necesarios. Por eso es la elección de Abascal, un señor que nada sabe de política, pero que le vale con ondear la bandera cada día para que le aplaudan los descendientes de aquel Movimiento Nacional que aún perdura.

Comprender a la derecha

Comprender a la derecha

Y añado que este futuro partido que quizá no se llame Vox ni PP, con la imagen de Aznar en su cabecera, aunque no figure, estará compuesto por muñecos como los citados, incluida Ayuso, que no tienen ningún valor político más que el revanchismo, pero manejados desde esas montañas lejanas que Aznar dixit el 11M, y que sigue con ello. Solo oír a Espinosa de los Monteros, a Monasterio, a Olona y demás integrantes, da un poco de miedo pensar que ocupan un espacio político, cuando deberían estar pegando carteles, como mucho. Su nivel no da para más. Pero su odio les favorece estar ahí. Y son gente que vive del odio, de la revancha, de estar contra todo, para poder situarse en un puesto que nunca hubieran soñado, si tuvieran que luchar en la vida empresarial normal. Solo faltará la unión prevista de Rosa Díez o Girauta y Cantó para formar un grupo temible, no por su valor, sino por lo que les deje hacer una democracia incapaz de cortarles las alas. Porque ese es el problema de la democracia, al menos aquí, que como diría aquel “to er mundo er bueno”. Y se acepta a cualquiera aunque sean los que quieren hundirla desde dentro. Y luego no existen medios o leyes que los expulsen una vez demostrada su intención, y ellos lo dejan ver cada día con sus acciones del no a todo, sin importar nada. Que el tal Abascal estuviera de acuerdo con los aranceles de Trump a productos españoles, más que con los productores de este país, demuestra que lo único que les interesa es destrozar la democracia de guante blanco que tenemos para imponer su ley, que ya sabemos cuál es. El trumpismo que un día perdió pero que sigue haciendo daño por debajo de la mesa.trumpismo

Esto que escribo hoy no es una exageración. Creo que lo vemos muchos. ¿Lo ve el Gobierno? ¿Puede hacer algo a la contra? Ese es el otro problema.

César Moya Villasante es socio de infoLibre

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