‘La bestia en mí’, de Donald Trump a un sospechoso de asesinato

Esta nueva serie de Netflix empieza como algo que ya hemos visto. Gente rica e inteligente, con buenas mansiones, con la vida patas arriba y envuelta en crímenes y suspense. En este caso atrae primero por su reparto.

Claire Danes como protagonista. La que ya lo fuera en Homeland vuelve a derrochar complejidad y tensión en este personaje. Una escritora importante atrapada en un enorme bloqueo tras una tragedia familiar.

Al otro lado del ring, Matthew Rhys, quien coprotagonizara The americans, interpreta a un turbio magnate inmobiliario sobre el que pesa la sospecha de haber asesinado a su prometida.

Una escritora ante alguien que le repugna y le atrae

Aggie, la escritora, ve ante si la posibilidad de trabajar sobre este nuevo personaje en su vida que le repugna y le atrae. El argumento se debate con la ambigüedad de esta propuesta. Sobre si es posible escribir acerca un personaje oscuro sin participar en esa oscuridad.

La chispa que dio origen a la serie fue un guion que escribió Gabe Rotter. Se basó en un artículo sobre el escritor fantasma –entonces, luego salió del anonimato– Tony Schwartz, autor del famosísimo libro Trump: el arte de la negociación.

El autor de 'Trump: el arte de la negociación' reniega del libro

Schwartz ha pasado años lamentando haber sido la sombra de Donald Trump para escribir un retrato favorecedor de quien considera un sociópata. Se le ofreció acceso ilimitado al entonces magnate, a su casa y a su oficina para una obra que él mismo firmaría a mayor gloria. De ese germen tortuoso sobrevive gran parte en la serie.

El guion original cayó en manos de la actriz Jodie Foster, que dio a su autor una clave, no cuentan cuál, que reorientó la trama. Los guionistas que se incorporaron después han esquivado varias trampas y conseguido sorprender aportando coherencia cuando parecía que la cosa podía desmadrarse con tanto giro.

Una intriga bien rematada

Uno de los creadores de Homeland, Howard Gordon, participa en el guion del episodio final y consigue cerrarlo con solvencia, algo que no le fue fácil, como explica en la presentación del piloto, a la que acudieron creadores y elenco.

Otra aportación al conjunto llegó desde su protagonista, la actriz Claire Danes, que recomendó a los guionistas el clásico de no ficción El periodista y el asesino, de Janet Malcolm, en el que el escritor sobre un criminal se convierte en alguien con una labor “moralmente indefendible” en palabras de la autora.

Vender el alma al diablo

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Este debate morboso de quien finge que se distingue de su entrevistado, pero no puede evitar convertirse en una parte de la historia a lo Truman Capote en A sangre fría, hace sobresalir esta intriga por lo demás clásica.

La escritora vende su alma al diablo, como Fausto, por una buena historia. Por ambición y “por un apetito de destrucción”, confiesa Danes, que ha tenido que trabajar sola en muchas escenas y siente que el director de los primeros episodios, el que sienta el tono, Antonio Campos, la empujaba al límite.

Para reflejar el miedo al folio en blanco, Campos dejó a la actriz improvisando durante cinco eternos minutos, y esos segundos finales en los que ella estaba desesperada fueron los que incluyó en el montaje final.

Esta nueva serie de Netflix empieza como algo que ya hemos visto. Gente rica e inteligente, con buenas mansiones, con la vida patas arriba y envuelta en crímenes y suspense. En este caso atrae primero por su reparto.

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