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El Reina Sofía reordena y amplía su discurso: las vanguardias se mezclan con el 15M y el feminismo

Obra de Bruce Nauman sin título expuesta en el Museo Reina Sofía de Madrid este viernes.

Las vanguardias, el exilio, el colonialismo, la emigración, la ecología, la Guerra Fría, la movida madrileña, la Expo 92, el Prestige, las movilizaciones feministas, la identidad de género y los movimientos sociales. Ese es, obviamente resumido, el discurso que plantea el Museo Reina Sofía desde este fin de semana, una vez terminada la reordenación y ampliación de su Colección.

El recorrido, que arranca en 1881 y finaliza en el presente año, constituye una relectura integral de los fondos del Museo desde el origen de las vanguardias hasta el arte más reciente. Alrededor de 2.000 obras, un 70% de ellas mostradas por primera vez en el Museo, van a ocupar una superficie de más de 15.000 metros cuadrados en seis plantas (cuatro del edificio Sabatini y dos del Nouvel), para lo que ha habido que habilitar nuevos espacios expositivos, como las nuevas salas de Sabatini 0.

Muchas de estas nuevas obras han pasado a formar parte de los fondos de los últimos años, fruto de donaciones, compras y depósitos. Su incorporación ha permitido abordar nuevas temáticas como la condición contemporánea de la emigración, el colonialismo, la ecología, el movimiento 15M o la identidad de género. También se ha podido así incrementar de forma significativa la presencia de mujeres artistas, acentuar el papel de la fotografía y el cine, con la inclusión de cientos de vídeos e instantáneas, e incluir la arquitectura en el discurso expositivo de manera transversal.

Borja-Villel ha puesto en valor y remarcado la importancia de esta reordenación ampliada, llamada Vasos comunicantes, apuntando además que la Colección "no es un panteón de hombres y mujeres ilustres", sino que tiene un discurso repartido a lo largo de ocho episodios. "Tenemos a Dalí, Miró, Picasso, pero también a una artista como Maruja Mallo, que aparece en varios momentos distintos y en diferentes ubicaciones. Esa es la idea", remarca.

En esta línea, recuerda que la anterior reordenación tuvo lugar hace ya once años, en 2010. Y como el empeño del Museo es "explicar donde estamos, de donde venimos y marcar el futuro", ahora que estamos en una "época muy distinta" se ha acometido esta tarea para incluir todas esas temáticas que han estado o siguen estando en las calles y las plazas componiendo el contexto de nuestro tiempo.

"Se trata de repensar el modo en que se cuenta el arte desde un lugar situado como es España. Pretendemos que las reflexiones propuestas estén vinculadas al ahora y por ello se abordan temas que preocupan a todo el mundo, como los exilios, la crisis o el feminismo", apunta el director del Museo sobre esta reordenación que incluye también a la movida madrileña (con carteles comprados al Rock-ola) o la Expo 92.

A lo largo de su aún breve historia, de poco más de treinta años, el Museo ha acometido varias reordenaciones parciales de su Colección. Algunas veces acotadas a determinadas salas o proponiendo nuevas lecturas de autores o periodos. La nueva propuesta supone una relectura integral que afecta a la Colección al completo, desde el origen de la modernidad de finales del siglo XIX hasta llegar al arte más actual. 

El recorrido empieza adentrándose en los momentos históricos en los que nacieron las vanguardias artísticas, entre finales del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX. El segundo episodio, dedicado al exilio, se muestra el complejo contexto en el que vivieron tanto los creadores que permanecieron en España como los que se exiliaron a consecuencia de la guerra civil, así como las aportaciones realizadas en el terreno cultural y artístico entre 1939 y los años cincuenta dentro y fuera del país.

Con el título de Doble exposición: el arte y la guerra fría, el visitante puede encontrar una novedosa interpretación del contexto del arte y la cultura en una época en la que Estados Unidos rediseña el nuevo escenario geopolítico y trata de propagar su hegemonía cultural mientras artistas y colectivos dan la vuelta a su dispositivo como forma de resistencia. También está presente el contrapunto de la iconografía soviética.

La parte de la Colección agrupada bajo la denominación de Los enemigos de la poesía: resistencias en América Latina, se centra en el arte producido entre 1964 y 1987 en aquel continente y en su relación con España a través de las transformaciones políticas y la aparición de nuevas prácticas artísticas.

Un barco ebrio: eclecticismo, institucionalidad y desobediencia en los ochenta aglutina el arte marcado por los años del sida o la gestación de la caída del Muro de Berlín. Los noventa, años de cambios, rememoran la Expo de Sevilla con las operaciones urbanísticas del 92 y las denuncias de numerosos grupos ecologistas. También está presente la reivindicación del espacio público, así como reacciones diversas a la celebración del Quinto Centenario del descubrimiento de América.

Las movilizaciones sociales, la ecología, el urbanismo, los conflictos internacionales, el feminismo como fenómeno global, las huellas del progreso y la proliferación de la imagen son algunos de los temas que se reúnen en el epígrafe Éxodo y vida en común. Fotografías del Prestige, el 15M o las redes sociales cierran este periplo que conecta directamente las salas del Museo con las aceras que lo rodean en un ejercicio de conexión total con el momento presente.

"Esto puede verse también como un replanteamiento de la posición política que tomamos, pero recuerdo que somos un museo donde lo importante es la obra de arte. Nos centramos en lo artístico pero, a partir de ahí, empezamos a hacer tensiones", concluye Borja-Villel.

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