Alberto San Juan y Mario Casas montan una cena para Franco: "Hay que tener más miedo a las dictaduras"

Un grupo de cocineros republicanos están a puntito de ser fusilados cuando un teniente franquista (Mario Casas) les salva para encargarles una misión inesperada: cocinar una cena de celebración para Franco en el Hotel Palace de Madrid apenas dos semanas después de acabar la Guerra Civil en 1939. Que uno de ellos orine en una sopa que le resulta riquísima al caudillo es lo menos que podía pasar en este banquete impecable montado en tiempo récord. Todo parece ir inexplicablemente bien, pero en la cocina se trama algo más: la fuga está servida.

Este es el punto de partida de La cena, la nueva película de Manuel Gómez Pereira inspirada en la obra de teatro La cena de los generales, de José Luis Alonso de Santos, y que llega este viernes a los cines con Alberto San Juan convertido en el maitre de un Hotel Palace reconvertido en hospital de campaña. Parece imposible que en tan pocas horas pueda organizarse semejante ágape para lo más granado del ejército nacional.

Una comedia con un mensaje antibelicista y reivindicación de la empatía, que nos demuestra que todo rueda mejor cuando empujamos a la vez en la misma dirección, aunque las ideologías sean irreconciliables. "A mí me parece que es una película necesaria, que coincide con un momento bastante complicado políticamente", asegura a infoLibre el director, que aboga por "respetar y escuchar y no insultar", actitudes "fundamentales para la convivencia". "A través de la pelea, del desprestigio y el insulto no se llega a nada. Y a través de la guerra, menos", apostilla.

"Además de antibélica, esta es una película prodemocrática", tercia San Juan, quien comparte con infoLibre una reflexión más general sobre el momento político que vivimos de auge de la ultraderecha y los nostálgicos del franquismo: "Habría que tener más miedo a las dictaduras y valorar más las posibilidades de la democracia. Porque una cosa es que la democracia se gestione fraudulentamente, eso se puede mejorar, pero pensar que la democracia en sí pueda ser un fracaso es muy peligroso, ya que la alternativa es el autoritarismo en alguna forma y eso siempre es malo".

La cena es también una vindicación del sentido del humor, que para Gómez Pereira "siempre es una buena arma de defensa y de ataque". "Yo creo que el español tiene sentido del humor, pero los totalitarismos no lo tienen. Tampoco los dictadores", remarca. "No conozco a ningún dictador que tenga sentido del humor, ni a alguien que tenga sentido del humor y quiera ser un dictador", destaca. "Y no todo el mundo tiene sentido del humor, es algo que hay que aprender a practicar. El humor es algo que hay que asumir, igual que el sentido del ridículo, y no darse tanta importancia, bajar del púlpito de vez en cuando... o siempre", remata.

A pesar del contexto en el que se desarrolla la trama, con la Guerra Civil recién terminada y un clima de violencia en las calles, para Mario Casas no estamos ante otra película de la Guerra Civil. "Históricamente la situamos en ese lugar, pero a mí cuando me llega el guion no me lo planteo así. Yo leo más la historia de unos personajes, que es lo que espero que le llegue a la gente. El contexto es ese, pero al final lo que importa es lo que le pasa a los personajes y lo que nos pasa a nosotros también en situaciones límites, que yo creo que es lo que da este tipo de historia", explica, antes de puntualizar que las guerras, tristemente, son algo "muy universal", que siempre "coloca a los personajes en lugares entre la vida y la muerte, de supervivencia". "Son historias que están en el límite", apostilla.

La relación entre el teniente y el maitre es el motor de esta historia, pues ambos simbolizan las dos Españas condenadas a entenderse. Y que, de hecho, se entienden cuando se escuchan la una a la otra. "Es que los dos tienen el mismo objetivo, que es la paz y que termine ya todo esto", resume Casas a infoLibre, antes de profundizar un poquito más: "Aunque la guerra supuestamente ha terminado, sigue para los personajes, la sociedad sigue estando en guerra. Están a punto de fusilar a los republicanos. Y de repente yo les digo en la cocina: '¡Basta ya! ¿No hemos tenido ya suficiente guerra?' Esta película también habla un poco de que la guerra para muchos seguía y seguía, continuaba y continuaba, y seguía siendo lo mismo, No tenía fin. Creo que eso es lo que de alguna manera une a estos dos personajes".

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"Es que cuesta decir que la guerra terminó, porque la posguerra fue tan violenta", agrega San Juan, que habla de La cena como "una comedia de enredo situado en un momento trágico de nuestra historia reciente, recién terminado el período denominado como Guerra Civil". Por eso, defiende que si la cinta contiene algún mensaje es "basta de violencia". "Y la amistad que surge entre los dos protagonistas es absolutamente imprevisible e inesperada, pero muy verdadera, muy sincera. Que pueda surgir el afecto entre dos personas en principio tan alejadas en esas circunstancias es muy hermoso", añade.

No es de extrañar, llegados a este punto, que Gómez Pereira espere que La cena deje "un poso" en los espectadores para que dialoguen sobre sus emociones: "Espero que lo pasen bien, que se identifiquen con los personajes, que de alguna forma entren en una historia que les sirva para que su mirada, no te digo que sea distinta o no, no se trata de hacer ninguna apología, pero por lo menos para que reflexionen sobre la vida y sobre la guerra, y sobre cosas que lo único que crean es odio y muerte".

Y termina San Juan: "Si alguien sale a una película y se tira un rato hablando de ella, objetivo logrado, porque le ha pasado algo. Lo terrible es salir de una película en plan: 'Bueno, ¿y qué haces mañana?' Pero si sigues prendido un poco, si has logrado entrar en ese mundo que plantea la película y hablas de ella, genial. Y a mí me gustaría, sobre todo, que sea una experiencia de disfrute. Que se ría la gente. Y además, si toca, si estimula una mirada más humana y más comprensiva sobre las cosas y también algo de conocimiento sobre la historia, maravilla. Son muchos los efectos positivos que puede tener ver esta película".

Un grupo de cocineros republicanos están a puntito de ser fusilados cuando un teniente franquista (Mario Casas) les salva para encargarles una misión inesperada: cocinar una cena de celebración para Franco en el Hotel Palace de Madrid apenas dos semanas después de acabar la Guerra Civil en 1939. Que uno de ellos orine en una sopa que le resulta riquísima al caudillo es lo menos que podía pasar en este banquete impecable montado en tiempo récord. Todo parece ir inexplicablemente bien, pero en la cocina se trama algo más: la fuga está servida.

'La cena'

La Cena está protagonizada por Mario Casas y Alberto San Juan acompañados de un reparto coral formado por Asier Etxeandia, Nora Hernández, Óscar Lasarte, Elvira Mínguez, Eva Ugarte, Martín Páez, Carlos Serrano, Carmen Balagué y Antonio Resines, entre otros.

Cuenta con guion de Joaquín Oristrell, Yolanda García Serrano y Manuel Gómez Pereira y se inspira en la obra de teatro La cena de los generales, de José Luis Alonso de Santos. Ambientada en el contexto real de la Guerra Civil, La Cena retrata un hecho ficticio.