María Casares, la seducción de la inteligencia: "Camus no sacaba un libro sin que pasara antes por su filtro"

María Casares: la mujer que vivió mil vidas

"Digo sí a todo. Digo sí a la muerte, digo sí a la vida. Digo sí a todo. No sé, no soy yo la que lo digo, es mi temperamento. Hay que vivir y hay que afirmarse y afirmar todo el tiempo la vida, si no, uno se muere". La declaración de intenciones definitiva de María Casares (A Coruña, 1922 - Alloue, 1996) en palabras de la propia actriz que, recuperada de una vieja entrevista televisiva, concentra la esencia de La mujer que vivió mil vidas, el documental sobre la descomunal intérprete que llegará a los cines el próximo 10 de marzo.

La película, con una narración visualmente creativa, nos propone una aproximación íntima y profunda a la vida de la actriz española nacionalizada francesa, que da nombre desde hace 27 años a los premios teatrales más importantes de Galicia. Una figura deslumbrante, magnética y fundamental en las artes escénicas de la Europa del siglo XX, que es quien nos narra su propia historia en primerísima persona a través de extractos de sus memorias, Residente privilegiada (1980), leídos para el espectador por las voces de las actrices Belén Constenla y Rosa Álvarez.

"No es un documental típico, tiene unas intenciones narrativas un poco distintas que empiezan con la propia María siendo narradora de su historia. Hay una voz muy potente y poderosa escrita en sus memorias, que es el hilo conductor de toda la película. Eso provoca en el espectador cierto estado de ensimismamiento", destaca a infoLibre el director de la película, Xavier Villaverde, quien explica que se trata, a su vez, de un homenaje realizado desde Galicia y desde España, a las que ella jamás olvidó, en el centenario de su nacimiento. Un ejercicio de memoria pues, no en vano, a través de la actriz viajamos hasta un ese siglo XX que la atravesó por completo en toda su crudeza: "Es la vida de María y la historia del siglo XX".

Y es que la de María Casares es una novela fascinante en la que, como suele decirse, la realidad supera a la ficción: Nacida en 1922 en A Coruña, crece en un ambiente de libertad e independencia, relacionándose con personajes como Valle Inclán y García Lorca. Sus padres son Gloria Pérez, hija de una cigarrera, y Santiago Casares Quiroga, Jefe de Gobierno de la Segunda República contra la que Franco se subleva. La pequeña María es testigo en primera línea de estos grandes hechos históricos.

En 1936, con trece años, huye de la Guerra Civil Española con su madre y se exilia en París, empezando a estudiar para convertirse en actriz. Pero la victoria de Franco, el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación de Francia por los nazis suponen graves problemas para la familia y solo Santiago logra escapar a Inglaterra. Todo ello no impedirá a María, con tan solo 20 años, debutar en un gran papel protagonista, en una de las principales salas teatrales de París. Se convertirá así, durante más de cincuenta años de éxitos, en una de las actrices más aclamadas del teatro y el cine francés.

Junto a las memorias de la protagonista y el deslumbrante archivo audiovisual, diversos expertos en María Casares aportan sus testimonios y reflexiones para dibujar un retrato lo más fidedigno a la par que abierto posible. Entre ellos, la especialista en la actriz María Lopo; el escritor y periodista Manuel Rivas; el asesor histórico Emilio Grandío; el autor y director teatral Manolo Lourenzo o la actriz Mabel Rivera. Como no podría ser de otra manera dada su fama en Francia (mayor que en España, de hecho), participan también la teórica y catedrática teatral Marión Chéneier-Alev; el director de teatro y ópera Jorge Lavelli; la actriz y codirectora de la Maison María Casares en La Vergne, Johanna Silverstein; la actriz y amiga Maud Ryer; y Jacques Vincey, actor y director teatral que trabajó, al igual que Ryer, con Maria Casares.

"Su vida de novela es un gran relato como testigo de primera línea de la Segunda República, la Guerra Civil y la ocupación alemana de París en la Segunda Guerra Mundial", destaca Villaverde. quien define a María como una "figura muy poliédrica, una mujer que va sufriendo metamorfosis continuas", así como una de las "grandes figuras de la cultura contemporánea". "No es solo una actriz, es una intelectual muy poderosa. Fue durante años la pareja sentimental e intelectual de Albert Camus, hasta el punto de que él no sacaba un libro sin que pasara antes por el filtro de ella. Ella es muy fascinante, pura seducción. Pero la seducción más poderosa es la de su inteligencia", apunta.

El contexto, siempre tan importante para una comprensión total, se revela en este caso como esencial por lo relevante y lo cambiante. Tanto es así que Villaverde ve este documental como una película que "reflexiona sobre el exilio, el desarraigo y la búsqueda de tus raíces en otro país". Estos asuntos explican mucho sobre María Casares y por eso se cuenta también la historia de la España en la que ella nació y pasó su infancia para poder "entenderla" con mayor profundidad. "Además, su libro de memorias es extraordinario. Tanto que Alejo Carpentier decía que Residente privilegiada era una obra maestra y uno de los mejores libros que se han escrito nunca sobre lo que supone el exilio", apostilla el cineasta.

Un exilio que ella "sufrió más" cuando la llevaron de Galicia a Madrid, al ser su padre nombrado miembro del Gobierno de la República, que cuando tuvo que exiliarse en Francia, pues este último lo vivió más como una "posible aventura" que pronto se convirtió exactamente en eso y así siguió siendo hasta el final de sus días. "Era un prodigio de belleza y talento, los hombres se debían caer a sus pies", comenta divertido Villaverde, quien recuerda que a París fue enviada por el exjefe de Gobierno de la Republica, esto es, su padre, Santiago Casares Quiroga, de quien también se hace una pertinente y "muy potente reinterpretación histórica" para acometer cierto tipo de reconstrucción de un personaje "vilipendiado, insultado y del que muchos se burlaron".

Ese maltrato es también uno de los aspectos esenciales de la personalidad de María, y que determinaría su complicada relación con España en general y Galicia en particular. Algo debido a una lesión eterna que quedó para siempre al tener que exiliarse en Francia con su madre cuando el proyecto de país de su padre quedó truncado por el alzamiento militar de Franco en 1936: "Esa herida queda para siempre en Santiago y en María por prolongación, aunque ella era una persona a la que no le gustaba dejarse abatir por la melancolía".

A pesar de ello, ella volvió en 1976 a España con la idea de reencontrarse con su país tras la muerte de Franco. Y lo hizo para representar El adefesio de Rafael Alberti en Madrid, Barcelona y Murcia, es decir, trabajando, como siempre, pero no fue un reencuentro precisamente feliz. "No la acogieron bien en España, fue un reencuentro amargo", afirma el director, poniendo un ejemplo concreto: "Le recriminaban que conservara acento gallego, aunque era algo que ella hacía con plena consciencia porque se negaba a borrar ese acento. Y se negaba porque su conexión con Galicia es la infancia, la infancia mitificada donde uno guarda los mejores tesoros de su conciencia. Ella tuvo miedo de volver a Galicia por si eso desaparece, como le pasó en Madrid, porque como dice en la película, cuando una está exiliada una vez, está exiliada para siempre".

Aventura el cineasta que en un primer momento María "se hubiera planteado vivir períodos en España", pero no lo hizo porque no se encontró "cómoda" ni "bien tratada" en su regreso. Además, hay que tener en cuenta otro gran detalle: "No habían rehabilitado a su familia, a la que no le devolvieron todas las propiedades que les habían quitado porque la figura de su padre seguía siendo maldita".

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De manera que adquirió en 1980 la nacionalidad francesa y siguió en Francia, un país de acogida donde siempre fue enormemente querida y admirada y donde pudo entregar su vida a la interpretación, principalmente teatral, aunque también, en menor medida, cinematográfica. Una carrera envidiable de "permanente riesgo creativo" que lanza un mensaje muy poderoso a estos tiempos presentes en los que eso no es tan valorado como podría ser hace unas décadas. "Fue una actriz de teatro que toda su vida apostó por el teatro público, los proyectos más arriesgados y los autores más inconformistas", destaca Villaverde, insistiendo en que "su apuesta por el riesgo permanente es un mensaje muy poderoso en los tiempos actuales".

Una actitud vital debida también a que fue "una mujer muy libre desde el principio", educada por un padre y una madre verdaderamente progresistas en todos los sentidos, y a las relaciones que entabló con grandes personalidades de la cultura francesa "en un momento en el que Francia era la cuna cultural del mundo". Camaleónica, exigente, inconformista y con un sentido del riesgo y de la innovación constantes, esta gallega universal alcanzó un nivel interpretativo e intelectual que le permitieron relacionarse o colaborar como actriz, en films y obras teatrales con algunos de los más grandes creadores de su tiempo: Jean Cocteau, Robert Bressón, Gerard Phillipe, Simone de Beauvoir, Picasso, Jean Paul Sartre, Margarita Xirgú, Jean Genet, Rafael Alberti, Jean Vilar, Colette, Patrice Chéreau, Koltés o Jorge Lavelli, entre otros. Nada menos. "Y fue una mujer que de alguna forma vivió el feminismo con su vida, representando además papeles de mujeres muy avanzados para su época", apostilla el director.

A pesar de su fascinante vida, el paso del tiempo no ha tratado demasiado bien a María Casares, figura actualmente "muy desconocida para buena parte del público", sobre todo el más joven. "Ella tiene ese drama, como sucede con tantos otros grandes artistas, a los que la historia les pasa por encima cuando fallecen. Más aún en esta época en la que todo lo pasado pierde importancia y la cultura se convierte casi en arqueología", lamenta, para luego remachar: "Por eso mismo es tan importante la memoria y conocer nuestro pasado. Y por eso mismo, ya independientemente de la ideología de cada uno, creo que psiquiátricamente es lo más sano del mundo".

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