'Manual anticapitalista de la moda': la ropa cuenta una historia de desigualdad, racismo y crisis climática

Tansy E. Hoskins

La moda es política. Desde las alfombras rojas de la Gala del Met hasta la moda rápida online, la ropa cuenta una historia de desigualdad, racismo y crisis climática. Tansy E. Hoskins deshace los hilos de la industria capitalista para revelar cómo las marcas de moda nos incitan a consumir más manipulándonos para que nos sintamos feos, pobres e inútiles, sentimientos que llenan los bolsillos de multimillonarios que explotan las cadenas de suministro coloniales. Y también cómo los trabajadores textiles con salarios de pobreza arriesgan sus vidas en fábricas peligrosas, se tortura a animales, se extraen combustibles fósiles y se esparcen productos químicos tóxicos solo para mantener las colecciones de esta temporada frescas.

Por otro lado, la autora explora el uso de la ropa para resistir. ¿Puedes escandalizar a una industria que ama escandalizar? ¿Es la 'moda verde' una alternativa? Este libro ofrece un examen crítico de la cultura contemporánea y las prioridades del capitalismo. Moviéndose entre Karl Lagerfeld y Karl MarxManual anticapitalista de la moda va más allá de la moda ética y la responsabilidad del consumidor, mostrando que si queremos sentirnos cómodos con nuestra ropa, necesitamos transformar el sistema y asegurarnos de que esta no sea nuestra última temporada.

infoLibre adelanta en exclusiva un fragmento de Manual anticapitalista de la moda, un ensayo necesario y revelador que llega a las librerías españolas este mismo 1 de septiembre de la mano de la editorial Capitán Swing.

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La primera vez que me encontré cara a cara con la realidad de la producción textil fue en 2008, en un viaje de investigación a Dharavi, el tristemente famoso barrio bajo de Bombay; una ciudad dentro de la ciudad que aloja a más de un millón de personas. Caminamos a través de callejones con voladizos bordeados de talleres llenos de trabajadores infantiles que perdían la vista a medida que cosían ropa.

Muchos de los talleres eran unidades de vida y trabajo con habitaciones que alojaban a familias enteras encaramadas en la parte de arriba. Subimos una escalera desvencijada para hablar con una fila de niños que trabajaban en un telar. Otros niños estaban sentados sobre los duros tablones de madera del suelo cosiendo cuentas en chales de lujo. "Dedos pequeños para cuentecitas difíciles", dijo nuestro guía haciendo un gesto de tristeza con la cabeza.

Más tarde, al doblar una esquina, el olor de pieles de cabra colgadas para secarse al sol abrasador afectó a la parte de atrás de mi garganta y me provocó arcadas, para diversión de los trabajadores de la curtiduría. Las pieles goteaban sobre el polvoriento suelo, mientras alrededor del patio la gente de los talleres cosía bolsas y tejía tiras de cuero para convertirlas en cinturones y joyería. Pregunté a uno de los propietarios del taller: "¿Hacen cosas para clientes internacionales?" "Sí, por supuesto. -Se rio y me señaló. Para ti". Estaba señalando a mi cinturón, comprado la noche anterior. Cuero tejido con azul y oro aplicados con pistolas pulverizadoras por personas que ahora sabía que trabajaban sin equipo ni máscaras protectoras.

Desde entonces, he investigado y visitado centros de producción textil de ropa y calzado de todo el mundo, desde Bangladés a Macedonia y a los almacenes de Topshop en Solihull. He entrevistado a líderes sindicales del sector textil en Birmania que han cumplido penas de cárcel por protestar, me he reunido con supervivientes de incendios en fábricas y con defensores de los derechos laborales que han sido criminalizados, y he revelado cadenas de suministro multinacionales y abusos de los derechos humanos en el mundo de la moda. He visto cómo el ambiente se volvía más autoritario y peligroso. He visto a consejeros delegados convertirse en dragones humanos que amasan montañas de oro. Y he visto temblar el planeta hasta un punto de no retorno.

Así pues, este libro no mistificará la industria de la moda porque, por encima de todo, Manual anticapitalista de la moda adopta la postura de que si bien los artículos de la industria de la moda pueden ser considerados signos de su tiempo o productos de la conciencia social, también deberían ser vistos como productos de la industria. Un vestido no es solo una estructura de significado, es también una mercancía producida por una empresa y vendida en el mercado por un beneficio con enorme coste medioambiental. El diseñador es un trabajador cuyo trabajo existe para enriquecer a su compañía y proporcionarle un salario, por muy extravagante que sea.

La Paris Fashion Week no es más que un carísimo argumento de venta. Al analizar la industria de la moda como una industria, Manual anticapitalista de la moda aspira a mantener de forma firme el debate de la moda dentro del mundo material y a reconocer que no hay nada académico en las luchas de aquellas mujeres y hombres que procuran liberarse de la explotación y la opresión.

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Al principio, cuando empecé a criticar la industria de la moda, me preguntaron bruscamente qué derecho tenía a escribir sobre una industria en la que no había trabajado (aparte de los inevitables periodos a pie de diversas tiendas). Mi respuesta fue que tenía la necesidad de escribir este libro porque nadie había explicado adecuadamente este elemento omnipresente de mi vida, porque no había ni un solo libro sobre moda que abordara todo lo que yo deseaba que acabara: las terribles condiciones de trabajo, la destrucción medioambiental, los trastornos alimentarios que he observado combatir a mis amigas, el racismo que promueve la moda, el desprecio por uno mismo y ese agujero negro de necesidad que existe y que no se puede llenar por mucho que compres.

También rechazo la idea de que solo la gente que trabaja en los escalones superiores de la industria de la moda pueda escribir sobre ella. Las corporaciones de moda trabajan resueltamente para tener un efecto sobre todos nosotros. Sus ideas deben ser respondidas y, donde sea necesario, rechazadas. La obligación de aguantar nos da el derecho a saber, pero también nos da el derecho —y la urgente necesidad— de protestar. No trabajar en la moda me ha bendecido con la libertad de escribir sin preocuparme por futuras perspectivas de trabajo, una cuestión seria en una industria tan desprovista de crítica.

Como dijo el fotógrafo Nick Knight: "Un medio artístico sin un foro crítico no es un medio artístico saludable". Después de diez años escribiendo sobre moda, estoy más convencida que nunca de la necesidad de un pensamiento y una acción independientes, críticos y de izquierdas.

La moda es política. Desde las alfombras rojas de la Gala del Met hasta la moda rápida online, la ropa cuenta una historia de desigualdad, racismo y crisis climática. Tansy E. Hoskins deshace los hilos de la industria capitalista para revelar cómo las marcas de moda nos incitan a consumir más manipulándonos para que nos sintamos feos, pobres e inútiles, sentimientos que llenan los bolsillos de multimillonarios que explotan las cadenas de suministro coloniales. Y también cómo los trabajadores textiles con salarios de pobreza arriesgan sus vidas en fábricas peligrosas, se tortura a animales, se extraen combustibles fósiles y se esparcen productos químicos tóxicos solo para mantener las colecciones de esta temporada frescas.

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