Laurence Rees se adentra 'En la mente nazi' para alertar del presente: "Es un milagro que tengamos democracias"

¿Cómo pudieron los nazis cometer los crímenes que cometieron? Una pregunta mil veces formulada que el historiador Laurence Rees (Ayr, Escocia, 1957) lleva tratando de responder prácticamente toda su trayectoria profesional a través de libros, series y programas documentales de la BBC que le han hecho ganar premios tan importantes como un BAFTA y dos Emmy. Una eminencia cuyas obras se utilizan como material didáctico en las escuelas británicas.

"Me parecía fascinante intentar desvelar esta cuestión, porque muchísimos de los exnazis que yo he conocido no se arrepentían de lo que habían hecho. Y esto me parecía extraordinario. A ellos les parecía que en aquel momento lo que hacían era lo correcto", apunta a infoLibre con motivo de la publicación en nuestro país de En la mente nazi (Crítica, 2025), un riguroso ensayo con un subtítulo que debería encender todas nuestras alarmas: 12 advertencias para la historia.

Porque en estas páginas, Rees combina historia y las últimas investigaciones en psicología para ayudar a responder algunas de las preguntas más desconcertantes sobre la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, al tiempo que destaca las señales a las que hay que estar atentos en los líderes mundiales actuales. Para ello, aporta testimonios inéditos de militantes nazis y de personas que crecieron en el sistema nazi, así como conocimientos sobre la obediencia, la autoridad y el funcionamiento del cerebro.

¿Cómo y por qué fue posible que una nación culta y educada en el corazón de Europa perpetrara el peor crimen de la historia de la humanidad?

Más preguntas. ¿Por qué los comandantes de los campos de concentración y exterminio supervisaron de buen grado, entusiasmo incluso, los asesinatos en masa? ¿Cómo pudieron los alemanes de a pie tolerar la eliminación de los judíos? "A lo largo de 35 años pensando sobre estos temas, lo que más me interesó siempre han sido las mentalidades", reconoce Rees, quien lanza otro interrogante escalofriante: "¿Cómo y por qué fue posible que una nación culta y educada en el corazón de Europa perpetrara el peor crimen de la historia de la humanidad?"

Plantea el autor, así las cosas, que "todos somos criaturas de un lugar y tiempo determinado", algo que puede parecer "obvio", pero en su experiencia "mucha gente realmente no comprende" por sentir que ellos "no cambian aunque cambien las circunstancias". Por eso, defiende que todos somos "un mosaico del ADN, de nuestra crianza, de lo que nos pasa en el colegio, relaciones íntimas y la cultura que nos roda", y justo también por eso considera que "no tiene sentido decir 'si yo hubiera vivido aquel momento no me hubiera comportado así', puesto que no serían quienes son hoy".

"La mente nazi se formó en unas circunstancias muy particulares, y eso la convierte en algo particular a ese lugar y a ese tiempo", resume Rees, aclarando, en cualquier caso, que el instrumento básico a través del cual se formó fue la fisiología de la mente humana, que es exactamente igual que la que tenemos todos. Pero los nazis comprendieron muy pronto que tenían que hacerse con la fuerza joven de Alemania, más manipulable para lo malo (y para lo bueno, pero menos) para llevar a cabo sus terribles planes. Tal y como estamos viendo ante nuestros ojos con el auge global de la ultraderecha en pleno 2025.

Y así lo argumenta el historiador: "He podido hablar con psicólogos y neurocientíficos por primera vez sobre este tema para intentar obtener su visión. Yo no tenía ni idea de que el córtex frontal del cerebro no se forma del todo hasta que no cumples 25 años, más o menos. Eso explica mucho, explica en cierto modo por qué el partido nazi le resultaba tan desproporcionadamente atractivo a los jóvenes. Pero tampoco hay que pensar que los jóvenes son dados a los extremos solo para las cosas malas, también podrías irte al extremo bueno y ser alguien comprometido con ayudar a los pobres. En realidad tiene que ver con la pasión y con el compromiso. El problema es que a menudo puede ser llevado en estas direcciones que pueden resultar aterradoras".

Solamente tienes que coger un periódico para ver que en muchísimos países la democracia está muy amenazada

Los nazis supieron, al mismo tiempo, expandir su discurso cabalgando sobre una serie de ideas básicas, que son precisamente las advertencias para el momento presente que plantea este libro: difundir teorías conspirativas, usar el 'ellos y nosotros', liderar como un héroe, corromper a la juventud, actuar en connivencia con la élite, atacar los derechos humanos, explotar la fe, dar valor a los enemigos, eliminar la resistencia, intensificar el racismo, matar a distancia y atizar el miedo

Utilizar el "ellos contra nosotros" es "realmente lo más importante al intentar entender al nazismo", según Rees. "Eso resultó muy atractivo para grandes números de personas, porque tenemos una parte de nuestro cerebro que se llama amígdala cerebral, que tiene un impacto inmediato cuando vemos a personas que pueden ser una amenaza", explica. "Y luego está el córtex prefrontal que decíamos, que se forma totalmente a los 25 años. Todo eso está diseñado para reaccionar a una amenaza inmediata. Y cuanto más diferente parece una persona o su aspecto, más inmediato puede ser la reacción cerebral que te dice que esos son los otros", añade.

Y todavía continúa: "Y esto tiene un cableado muy profundo, interno en nosotros. Tenemos que entenderlo para poder lidiar con él. Y no estaríamos aquí si no fuera por ese cableado. Nos hubieran comido los leones en África hace cientos de millones de años, porque hay que asumir que cuando el arbusto hace ruido es porque hay un león detrás, aunque 99 veces de cada 100 sea otra cosa. Es increíblemente fácil manipular eso y lo vemos con Hitler. Él no entiende esta ciencia en absoluto, pero sí que entiende cómo crear estas reacciones emocionales, más en una audiencia que ya está predispuesta porque tiene esos prejuicios. Él creía en eso, creía que el poder del odio era impresionante y en el nazismo vemos que funciona como discurso político".

Funcionaba entonces y funciona ahora, a través de los nuevos líderes de la ultraderecha que ascienden al poder a través de las urnas en todo el mundo. Siguiendo patrones no iguales al estar en otro contexto, pero con discursos que calcan ciertas formas de actuar y que, en última instancia, pretenden reemplazar las democracias con totalitarismos. "Solamente tienes que coger un periódico para ver que en muchísimos países la democracia está muy amenazada. Y en mis investigaciones yo he concluido que es un milagro que tengamos democracias", destaca Rees.

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Prosigue, en esta línea, defendiendo que "la democracia es algo increíblemente valioso y precioso", a pesar de lo que él tema que "la mayoría de la gente no entiende lo frágil que puede llegar a ser y cómo esos derechos que tanto nos han costado ganar pueden sernos arrebatados rapidísimamente". "No estamos calcando los pasos en ese mismo sentido, porque no creo que la historia ofrezca lecciones así", aclara el autor, recordando que aunque no totalmente, sí en buena parte "somos un producto del tiempo y el lugar, y lo que sucedió en aquel momento era un producto" del siglo XX.

Pero sí existen, a su juicio, "tendencias fundamentales humanas" que podemos trazar de entonces a ahora. Y, aunque le cuesta imaginar ahora una mayoría de votos para los nazis, que eran "votos para destruir la democracia", sí que vemos que "es posible erosionar una democracia desde dentro", fijándonos por ejemplo en algunas de las advertencias que tienen que ver con las teorías de conspiración, con el 'ellos versus nosotros', con la destrucción de los derechos humanos...

"Es posible que alguien salga elegido democráticamente y una vez está en el poder tome determinadas decisiones. Una de las cosas que los nazis hicieron de una manera casi inmediata fue destruir la prensa libre, destruir el periodismo casi al instante. Y lo segundo fue poner como objetivo el procedimiento de los jueces y socavar el Estado de Derecho, creando un sistema paralelo en los campos de concentración. Aquí podemos ver que la democracia es vulnerable y hasta puede llegar a ser una democracia fingida", termina.

¿Cómo pudieron los nazis cometer los crímenes que cometieron? Una pregunta mil veces formulada que el historiador Laurence Rees (Ayr, Escocia, 1957) lleva tratando de responder prácticamente toda su trayectoria profesional a través de libros, series y programas documentales de la BBC que le han hecho ganar premios tan importantes como un BAFTA y dos Emmy. Una eminencia cuyas obras se utilizan como material didáctico en las escuelas británicas.