Cultura

El musical colaborativo de TikTok basado en 'Ratatouille' que puede revolucionar los Emmy

Portada de 'Ratatouille' el musical colaborativo de TikTok.

El próximo martes 13 de julio se anunciarán las nominaciones a los Premios Emmy 2021. The Crown, Ted Lasso o Mare of Easttown serán algunas protagonistas de esta edición. Sin embargo, un actor inesperado podría aparecer por primera vez en estos galardones, aunque sea con un papel secundario. No se trata de una serie, una película para la televisión, ni una plataforma de vídeo bajo demanda. Estamos hablando de TikTok.

Concretamente, de un curioso musical colaborativo creado por diversos usuarios de esta red social bautizado como Ratatouille: The TikTok Musical. Como su propio nombre indica, se trata de una reinterpretación de la película de Pixar. El proyecto nació en agosto de 2020 como un pequeño vídeo de TikTok publicado por Emily Jacobsen, en el que cantaba una pegadiza canción original basada en la historia de la rata Remy.

@e_jaccs A love ballad #remy #rat #ratatoille #disney #wdw #disneyworld #ratlove #ratlife #rats #Alphets #StanleyCup #CanYouWorkIt
♬ Ode to Remy - Emily Jacobsen

 

A esta primera melodía se unieron variaciones y nuevas canciones creadas por otros tiktokerstiktokers que convertían en música para los oídos la historia de la película dirigida por Brad Bird. Una de las adiciones clave para llevar el Ratatousical (así se hace llamar en su propia web) a un nuevo nivel fue la música orquestada de Daniel J Mertzlufft.

@danieljmertzlufft Remy: The Musical OG Song @e_jaccs add. Vocals @cjaskier #remy #ratatouille #musicaltheatre #broadway #singer #musical #disney #fyp #disneymusicals
♬ original sound - danieljmertzlufft

 

En poco tiempo estábamos ya ante un pequeño gran fenómeno social. Surgió entonces la idea de hacer un gran estreno a lo Broadway, aunque fuese online, en la plataforma TodayTix. El musical contó con varias coreografías y una escenografía creada a partir de una caja de zapatos. Se unieron incluso rostros reconocibles como el del actor y cantante Tituss Burgess, conocido por la comedia de Netflix Unbreakable Kimmy Schmidt. Un éxito cooperativo (y con fines benéficos, ya que la recaudación íntegra se dirigió a The Actors Fund) que vio la luz el pasado 1 de enero.

No contentos con este evento, sus responsables (impulsados por la plataforma que les acoge) se han propuesto llegar a los Emmy. TikTok aspira a sus primeras nominaciones en estos premios y está haciendo campaña para colar a este particular musical en diez categorías. Entre ellas mejor especial de variedades pregrabado, mejor dirección/guion en un especial de variedades o mejor música y letra original por la canción Remember my name.

No será, sin embargo, la primera red social en alcanzar estas lides. Facebook, YouTube o Snapchat ya han llegado a los Emmy. Lo han hecho, sin embargo, con contenidos más teledirigidos o industrializados, no tan espontáneos. Aunque sobre esto caben ciertos matices. Los aporta en declaraciones para este medio Eneko Ruiz Jiménez, uno de los encargados de redes sociales en El País, donde también escribe sobre televisión y cine: “Si está aquí es porque tiene detrás toda una construcción. Hicieron marketing en sitios como Times Square, o sea que tampoco es una producción pequeña”. Al respaldo de TikTok hay que sumar las facilidades que ha puesto Disney y, como señala Ruiz Jiménez, “el trabajo de una productora que es la que al final presenta las candidaturas”.

La tele difuminada

Para este periodista especializado en redes y series, es hasta cierto punto entendible que un contenido de TikTok llegue a los Emmy: “Esto es algo que se ha desdibujado con el tiempo, ya desde que entró Netflix a participar, porque al final Netflix lo que hace es lo que antiguamente llamábamos webseries”. “Mientras te apunten, todo está abierto, todo es parte de ese contenido elegible, por poco que me guste tan poco la palabra contenido”, añade Ruiz Jiménez, que plantea la posibilidad de que pronto veamos una nominación hasta para Tinder (la app de citas ha sacado también su propia webserie).

 

La pandemia ha extendido muchos de estos formatos, a la vez que ha flexibilizado las normas de este tipo de galardones. Es paradigmático el caso de la grabación del montaje teatral de Hamilton, nominada a mejor película de comedia o musical en la última edición de los Globos de Oro.

Pero el éxito no está ni mucho menos garantizado. Ruiz Jiménez recuerda el caso de Quibi, una especie de Netflix de vídeos cortos diseñada para crear contenido que los usuarios pudiesen ver, por ejemplo, en sus desplazamientos en metro al trabajo. Lanzada durante el confinamiento, un contexto en el que esa movilidad casi desapareció y en el que a la gente le venían bien series de mayor duración para distraerse, acabó siendo un fracaso. Los enormes gastos iniciales y su errática campaña de marketing tampoco ayudaron.

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Para el periodista de El País otro panorama novedoso al que conducen estos cambios es la emisión de galas como la de los Emmy. Con ceremonias eternas, cada vez menos vistas y emitidas en los mismos canales en abierto que ya apenas nominan, pronostica que acabarán por convertirse en acontecimientos minoritarios emitidos en Netflix o HBO.

Ruiz Jiménez no cree que nominar tiktoks, snapchats o tinders vaya a revertir esta tendencia, ni hacer que el interés general por estos eventos aumente entre quienes los ven como algo lejano y anacrónico. Un problema básico que no pueden solucionar es el de una “cultura de nicho”, en el que hasta las series más comentadas y exitosas del momento (cita a Succession o las de Marvel) alcanzan solo a una parte del público. “Incluso Juego de tronos, que sí fue una serie más generalista, era de cable. Ya de por sí al tener que pagar por ella estás poniendo una barrera que fomenta esta idea del nicho”, explica.

En conclusión, Ruiz Jiménez no cree que el mismo público que adora TikTok aguante una gala de premios clásica. Especialmente si tenemos en cuenta que los posibles reconocimientos a los que aspira Ratatouille: The TikTok Musical, al considerarse menores, se entregan en una ceremonia previa mucho menos seguida.

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El periodista analiza el curioso ciclo que ha seguido la relación entre la televisión y las redes. Si en un primer momento Los Simpson o Saturday Night Live se dieron cuenta de la utilidad de crear contenidos diseñados para viralizarse, ahora la implantación de las redes sociales es tan amplia que lo viral se transforma o asimila con lo televisivo (o al menos eso intentan las cadenas). La pequeña pantalla, temerosa de una crisis que la haga tambalearse, intenta apropiarse de un sector cuyo auge parece imparable.

Está por ver si los Emmy pueden aprovecharse de la fiebre tiktoker o si, por el contrario, llegan tarde a la adaptación a un mundo audiovisual totalmente reconfigurado. Como recuerda Ruiz Jiménez, son una organización experta en dos cosas: nominar siempre lo mismo y subirse al carro de las series cuando ya se han convertido en fenómeno. Cita el reciente caso de la comedia Schitt’s Creek, que arrasó en su última temporada después de ser ignorada durante años. No fue hasta que Netflix compró la serie y millones de personas la vieron durante el confinamiento que la bañaron con una histórica lluvia de premios.

El problema de los Emmy y de otras instituciones similares es que, si Netflix puede seguir necesitando (hasta cierto punto) este tipo de reconocimientos como herramienta de legitimación cultural, plataformas como TikTok se preocupan mucho menos por esta cuestión. Con o sin nominaciones, el Ratatousical ya cumplió su objetivo: convertirse en un viral inane pero simpaticón que introduce en tu cabeza una melodía imposible de olvidar durante un par de días.

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