Acciona, el gran puente con el Estado que resume la esencia del capitalismo

Detrás de la trama Ábalos-Koldo-Cerdán asoma el sistema. Una persistente red de intercambio entre la Administración y un puñado de grandes empresas. Una relación íntima que caracteriza el capitalismo español.

Se trata de un cártel que ha establecido una regulación paralela de los contratos con el Estado, y que rescata la vigencia del ensayo La lucha contra los monopolios, con el que el hoy nonagenario y regeneracionista oscuro Ramón Tamames empezó a hacerse célebre. Constructoras como ACS, FCC, Sacyr, OHLA, Ferrovial y Acciona se han enriquecido con el reparto de concesiones estatales desde 1992, en un periodo en el que la euforia financiera nos ha dotado de muchas infraestructuras que al menos nosotros no necesitábamos. Pero, desde mucho antes, varias de estas ahora gigantescas entidades ya reinaban en la carretera. 

Acciona, la marca que hasta ahora patrocina principalmente la mencionada trama, tiene una trayectoria ligada a la evolución del capitalismo nacional. Se trata de una de las empresas que han demostrado ser más innovadoras, pero, al mismo tiempo, más dependientes de lo público. La dinastía propietaria colinda con sectores dominantes de ayer, de ahora y de siempre, y ha trabado nexos con las élites políticas de todas las épocas.    

Para entender el origen de Acciona hay que retrotraerse a los años veinte del pasado siglo. A un periodo desarrollista como el de la dictadura de Miguel Primo de Rivera. A finales de la década, un brillante ingeniero de Caminos, el bilbaíno José Entrecanales Ibarra, utilizó por primera vez en España el aire comprimido para reformar el puente sevillano de San Telmo. A partir de ahí, y en compañía del empresario Manuel Távora, fundaría Entrecanales y Távora, uno de los emblemas de la construcción de obra pública en el franquismo, que, con un eslogan de “excelencia técnica”, fue uno de los pilares de las obras públicas, como las de las bases militares de los Estados Unidos, las centrales nucleares o las térmicas, y numerosos embalses, puentes, presas, vías ferroviarias… 

Equilibrios entre la burguesía nacional y el republicanismo moderado

Entrecanales y Távora siempre rivalizó con Ferrovial, la criatura de Rafael del Pino, otro importador de innovaciones, en conseguir contratos de obra pública en plena modernización autoritaria. Y, en una España en la que inventar o copiar no era suficiente para ser el elegido de la Administración, el “mestizaje” que el fundador ha defendido como principal legado técnico tuvo que aplicarse también a las relaciones institucionales. Pese a que los Entrecanales no figuraron nunca entre las ternas a ministros, sus miembros se conectaban con parte de la burguesía nacional, pero también de la republicana más moderada. 

José Entrecanales estaba casado con María de Azcárate, descendiente de los fundadores de la Institución Libre de Enseñanza. Su hermano Justino de Azcárate, exministro liberal de la Segunda República, era propietario de una finca en la Sierra de Gredos llamada La Dehesilla. Justino reunía los fines de semana a todo un elenco antifranquista alejado de la dirección del PCE. Sus nombres son relevantes, pues dirigieron la transición económica: Miguel Boyer, Mariano Rubio –entonces casado con Isabel, hija de Justino–, Manuel de la Concha, Pedro Schwartz, Alberto Oliart, los hermanos Garrigues-Walker, los Fernández Ordóñez, los Solana… Entrecanales, cuñado de Justino, figuraba, junto con Rafael Del Pino y algunos ministros franquistas (como José María López de Letona), entre los padrinos más discretos de este grupo modernizador

La familia Entrecanales, con la entrada de los dos vástagos, Juan y José María, colaboró con la modernización mediante el impulso al Círculo de Empresarios, la patronal menos reactiva contra el PSOE, y con la Asociación para el Progreso de la Dirección, foro inspirado por Estados Unidos. A finales de los noventa, José María fundó Acciona al fusionar la gran empresa familiar con la de Cubiertas y MZOV. Invirtió en telefonía y llegó a presidir Vodafone. 

Liberalización financiera... y diversificación

El crecimiento y la internacionalización de Acciona no cesó durante los años dorados del boom bursátil y la liberalización financiera. La compañía se diversificó a sectores como las energías renovables, la gestión de residuos, los servicios, e incluso las bodegas, como prueba el matrimonio de José María con Blanca Domecq, de familia noble, latifundista y ganadera –y gran receptora de fondos de la Política Agraria Común–.

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En 2006, y como ha sintetizado el sociólogo Rubén Juste, la burbuja de la construcción llevó a algunas de las constructoras a utilizar el excedente obtenido para acumular kilowatios: Acciona participó entonces en la lucha por el control de Endesa. Los Entrecanales acordaron con la italiana Enel una OPA conjunta para hacerse con la mayoría de las acciones de aquella y suturar una pugna que había hecho saltar en pedazos la Comisión Nacional del Mercado de Valores bajo el Gobierno Zapatero.  

La familia Entrecanales es una de las más ricas de España: controla hasta el 55% de Acciona. En su consejo se sientan apellidos eternos como los Sanjurjo, Sendagorta, Arango (familia fundadora de VIPS), Dancausa, o Vega-Penichet. Las finanzas de los Entrecanales están a buen recaudo, pues las dos ramas descendientes del fundador optimizan el pago de impuestos a través de instrumentos financieros refugiados en Holanda. En este aspecto coinciden con otra saga como la de los Del Pino en Ferrovial. 

Entender Acciona es comprender la esencia del capitalismo y del modelo productivo español. Las tramas corruptas que hoy chillan en las portadas de la prensa no son sino un residuo de estructuras más veteranas y estables, una cara de la que no se habla tanto. Junto a la accidentada evolución de la España del siglo pasado figura la trayectoria de una familia difícilmente separable del Estado. No es la única ni será la última.

Detrás de la trama Ábalos-Koldo-Cerdán asoma el sistema. Una persistente red de intercambio entre la Administración y un puñado de grandes empresas. Una relación íntima que caracteriza el capitalismo español.

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