21A | ELECCIONES EN EL PAÍS VASCO

Ricos, pero menos: la locomotora industrial pierde fuelle sin que haya otras vías que tiren de la economía

Un grupo de trabajadores reclama derechos laborales ante la factoría de Mercedes en Vitoria

Su extensión supera por poco los 7.200 kilómetros cuadrados, que habitan en torno a 2,2 millones de personas, con 66.167 más mujeres que hombres, según el último informe del Instituto Vasco de Estadística (Eustat). El País Vasco es la cuarta región más pequeña, lo que no le ha impedido ser históricamente una de las más prósperas y encabezar los principales indicadores de riqueza. Con un Producto Interior Bruto (PIB) de 79.350,2 millones y un peso relativo del 5,9% en el Estado, cerró 2023 con 47.000 ocupados más que al inicio del año, lo que elevó el total hasta los 997.000. Esto supuso una tasa de paro del 6,3%, la menor de todas las autonomías y muy por debajo de la nacional, del 11,76%, a la luz de datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La población mayor de 25 años roza el pleno empleo.

Euskadi es la segunda comunidad autónoma más rica por habitante, por detrás de Madrid, con 35.832 euros. En conjunto, el 59,5% de su población vivía en 2021 en secciones censales de renta alta, mientras las de renta baja era del 1,4%. Gipuzkoa lideró la lista estatal por provincias de ingresos anuales, con 16.887 euros de renta neta anual media por habitante en 2021. Por detrás se situaron Bizkaia, con 16.192 euros, y Madrid, con 16.146, de acuerdo al Atlas de Distribución de Renta de los Hogares Año 2021 del INE. Es además el segundo territorio con mayor renta per cápita y ha sido punta de lanza en industria e innovación. A todo ello no le es ajeno que goza, junto a Navarra, de un régimen fiscal único, el foral, llamado también concierto económico, que le permite recaudar y regular impuestos que en las comunidades del régimen común son competencia nacional, como el IRPF o el de Sociedades. A cambio, ha de aportar una cantidad económica periódica al Estado, el denominado cupo.

Pero algo se mueve en el ecosistema vasco en el que se abrirán las urnas el próximo 21 de abril. Muestra una recuperación económica más lenta tras la pandemia que otros territorios, al crecer en 2023 un 1%, por debajo de la media nacional del 2,5%. La huella de la industria en sus tradicionales buenas cifras ha sido incuestionable durante décadas. Fue uno de los primeros territorios en industrializarse en España, y el peso del sector llegó a representar la mitad del PIB en los años 80, con una potente esfera naval y una engrasada industria metalúrgica. A ello contribuyeron las exportaciones, el puerto de Bilbao y el acceso a la extracción de recursos naturales como el hierro en Bizkaia, según apuntan fuentes sindicales.

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En la actualidad, la industria supone todavía más del 23% del PIB, según datos del INE del 2022, lo que la sitúa como la segunda comunidad con mayor peso de este sector, solo por detrás de Navarra. Posee, asimismo, un alto porcentaje de empleados industriales, un 18,5%, muy por encima de la media nacional del 11%. Pero este peso ha ido en descenso y el PIB es inferior al 6,3% de la riqueza nacional que generaba Euskadi en 2000. Su tasa de actividad fue igualmente inferior a la nacional en el cuarto trimestre de 2023, con el 57% respecto al 59%, aunque se incrementó en alrededor de medio punto porcentual con respecto al mismo periodo de 2022.

El País Vasco sigue siendo la segunda comunidad con el coste salarial más alto, con 2.712,2 euros al mes, de nuevo por detrás de Madrid, aunque aún superan la media nacional de 2.359,3 euros, según los datos del INE del cuarto trimestre del pasado ejercicio. Mantiene la pensión media más elevada: el pasado 1 de febrero alcanzó los 1.547 euros, frente a los 1.250 euros del conjunto de España. Números que son compatibles con que entre enero y noviembre de 2024 se produjeran en ese territorio 278 huelgas, mientras hubo 82 en Madrid, según las estadísticas del Ministerio de Trabajo; o con que Euskadi esté a la cabeza en la tasa de absentismo laboral en España, que se situó en el 7,8% de las horas pactadas en el tercer trimestre de 2023.

“La industria está perdiendo peso con respecto al PIB, es un hecho”, confirma Julen Bollain, profesor de Mondragon Unibertsitatea. “No podemos seguir compitiendo como se hacía a principios de siglo -añade- y el siguiente debate tiene que ser dónde queremos hacerlo a nivel mundial desde el punto de vista industrial porque las capacidades y los recursos monetarios existen”. A su juicio, en los últimos años “se han tomado decisiones con cierta inercia y conservadurismo”, pero cree que “el PNV se está dando cuenta de que hay que hacer ese debate y que toca resituar a la industria”. Engarza que “hay otros sectores que están creciendo más" y provocando que aquella "tenga un peso relativo menor”, lo que, en su opinión, “es un problema”. “Si tenemos los salarios, las pensiones y el Estado del bienestar que tenemos -lo argumenta- es porque en la industria los trabajadores están unidos, hay una mayor tasa de sindicación y el 51% de todas las huelgas a nivel estatal. Todo esto hace que las condiciones de vida sean mejores”, sostiene.

En cambio, Mari Cruz Vicente, la secretaria de Acción Sindical y Empleo de CCOO, estima que “no hay un retroceso” como tal “en la industria en Euskadi”. “Fue en sus tiempos una comunidad puramente industrial que ha sufrido un proceso de reconversión como otras comunidades muy agudo”, pero “mantiene como seña de identidad de su economía la industria, de hecho, tiene un porcentaje del PIB cercano al 24%, por encima de la media estatal y de la europea”, subraya. Con todo, reconoce que “hubo una bajada en 2020”, pero indica que “fue generalizada en el ámbito de la UE” y que “el proceso de recuperación se asemeja al de la media europea, que se ha recuperado un 6,7%, la española un 6,6% y un Euskadi un 6,1%. Está en fase de recuperación más que de caída”, asevera. Y aporta otros dos datos “importantes” en la economía vasca: “Tiene la mayor inversión por habitante en i+D de España y una apuesta muy clara por la formación profesional, lo que tiene un reflejo en las propias tasas de desempleo”.

En cuanto a la conflictividad laboral, señala que “es cierto que es la comunidad que tiene más”, pero la vincula “al sector público” y al “declive en la sanidad”. “Ha habido un retroceso en la Atención Primaria y eso ha generado movilizaciones, sobre todo, porque la negociación colectiva en el ámbito de la comunidad no ha dado sus frutos. Aunque sectores privados como el de la industria del metal también ha movilizado a bastante gente”. A su parecer, “la propia composición del sistema económico posibilita eso". "Un sector industrial potente genera mucha más organización, afiliación sindical, eso, junto a las menores tasas de desempleo, contribuyen a que se reivindiquen derechos y se pueda recurrir a la movilización cuando es necesaria”, cierra.

¿Giro hacia el turismo?

Más allá de la industria, el turismo va al alza en el País Vasco, apuntalado en elementos como el efecto Guggenheim o que ETA ya no sea una amenaza. Los hoteles acumularon 3,6 millones de entradas en 2023, un 10,4% más que en 2022, y hubo 7,2 millones de pernoctaciones, un 12 % más. ¿Puede sustituir este sector a la industria como puntal económico? Fuentes sindicales afirman que “los salarios de esos trabajadores no permiten tirar de otros sectores”, para empezar, y unen que "competir ahí con polos del sur como Andalucía o el levante va a ser complicado".

Bollain constata que “el turismo se ha incrementado y se ha conseguido desestacionalizarlo”. “Esto per se no es malo”, hilvana, “pero hay que preguntarse qué turismo se quiere. Por suerte todavía no tenemos barrios con el 60% de las casas destinadas a alquileres turísticos, pero hay que trabajar por tener un turismo sostenible, de calidad y que sea cultural, no de bar y playa”, aboga.

De su lado, Vicente comparte que el turismo, “tal vez por el cambio climático, cada vez está teniendo más importancia, pero Euskadi no es una comunidad que esté preparada ni tenga espacios suficientes para potenciar una gran industria turística. Es reducida, en el sentido de que hay mar y monte, y eso genera limitaciones de expansión”, avisa. Y apostilla: “Desde el sindicato creemos que ese desarrollo tiene que ser planificado, ordenado y que obedezca a necesidades reales”. En ese punto, recuerda que la propia industria ya tuvo un escollo de ese tipo con el auge de la misma “a partir de los años 60” y se trasladó a “Álava, porque allí sí hay espacio. Las grandes empresas con en torno a 4.000 personas cada una, como Mercedes o Michelin, están allí”, dice.

Envejecimiento y brecha de género

Más allá de lo expuesto, el País Vasco tendrá que hacer frente a la edad de su población. Es la quinta comunidad más envejecida. El índice de envejecimiento del INE -la tasa de mayores de 64 años sobre los menores de 16 años- es del 169,8%, mientras que en España es del 133%. La población bajó en 2021 y 2022 y subió en 2023 principalmente por el colectivo extranjero. Junto a ello, las fuentes consultadas denuncian “una amplia brecha de género”. Es más, el propio Gobierno vasco aprobó en febrero de 2024 la Estrategia para la Igualdad 2030', un documento en el que las instituciones vascas se fijaron como objetivo a seis años vista reducir al menos a la mitad la brecha de género en la realización del trabajo doméstico y de cuidados -que en el 67% de los casos realizan mujeres-, y disminuir en cinco puntos porcentuales la brecha salarial, que según varios estudios ronda los 6.000 euros anuales.

Lo que no será un caballo de batalla en la campaña electoral de los comicios del 21 de abril es la excepción fiscal, dado que la respalda la totalidad del tablero parlamentario, excepto Vox. Aunque en esa materia, al País Vasco puede que en el futuro no le resulte ajena una realidad: Madrid es el destino preferido de los altos contribuyentes españoles que deciden mudarse de región, lo que sucede en buena medida por causas tributarias. El trato de favor que encuentran en la gestión de impuestos como el de sucesiones y donaciones o patrimonio hace que casi la mitad de los ricos del país que cambian de residencia eligen la comunidad central como destino, de acuerdo a lo plasmado en un trabajo publicado recientemente por el Instituto de Estudios Fiscales (IEF). Madrid juega fuerte contra todos en fiscalidad.

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