Los más ricos pagarán en Madrid un 10% menos por el IRPF que en Andalucía

Madrid, la segunda comunidad más rica de España, es también donde menos IRPF pagarán sus contribuyentes en el nuevo año. Fiel a los principios liberales abanderados por Esperanza Aguirre, su sucesor al frente del Gobierno regional, Ignacio González, será el más generoso fiscalmente en 2015. Sobre todo con las rentas más altas. Un ciudadano sin hijos que gane dos millones de euros al año, pagará en Madrid por el IRPF un 10% menos que en Andalucía –unos 86.300 euros menos–, la comunidad donde más se grava a los más ricos y la tercera con la renta per cápita más baja.

Para este año el Ministerio de Hacienda ha fijado un tipo mínimo del 10% para la parte estatal del IRPF. Es la rebaja que notarán los asalariados en la nómina de enero. En la parte autonómica del tributo, las comunidades pueden copiar ese tipo o modificarlo. Y esa segunda rebaja –en caso de producirse– sólo la apreciará el contribuyente cuando presente su declaración a partir de mayo. En el tramo autonómico, cada comunidad posee su propio estilo. Que poco o nada tiene que ver con sus niveles de renta. Y sí mucho más con el color político de quien la gobierna.

Así, Madrid es donde menos se paga por el IRPF en España, desde los ingresos más bajos hasta los más altos. Este año aplicará un tipo mínimo del 9,5% en el tramo autonómico del impuesto, medio punto por debajo del fijado por Cristóbal Montoro. El tipo máximo es del 21% en ese tramo, dos puntos y medio inferior al gravamen estatal. Es decir, quienes más dinero ganan, en Madrid pagarán este ejercicio un 44,5% en concepto de IRPF, por un 49% que deberán ingresar los más pudientes en Cataluña (CiU) y Andalucía (PSOE-IU).

Cataluña mantiene, por tanto, su tradición de aplicar un mayor impuesto sobre la renta y este año el Gobierno de Artur Mas no lo modificará. Es la cuarta comunidad por su renta per cápita, por debajo del País Vasco –la más rica, con 29.959 euros y sistema tributario propio–, Madrid y Navarra –asimismo con régimen especial–. También es donde más creció la renta en 2013, un 0,9%. A su lado, con el tramo autonómico del IRPF más elevado, se sitúan Andalucía, Extremadura y Asturias, tres de las comunidades con menor PIB por habitante. De hecho, Extremadura es la más pobre, con sólo 15.026 euros per cápita. Andalucía (16.666 euros), como se ha dicho, es la tercera por la cola, detrás de Melilla (16.426 euros). Y la renta per cápita en Asturias está 1.688 euros por debajo de la media (22.279 euros).

No obstante, el Gobierno extremeño (PP-IU) va a resultar este año de los más duros con las rentas altas. Con ingresos de 60.000 euros, donde más pagará un contribuyente será en Extremadura, un 6% más que en Madrid –siempre la comunidad con tipos más bajos– y un 5,3% más si los ingresos alcanzan los 100.000 euros anuales. Otro tanto ocurrirá en Asturias (PSOE), con un tipo máximo autonómico del 25,5%, el mismo que andaluces y catalanes.

En cualquier caso, la presión fiscal andaluza y catalana no excluye a la parte inferior de los ingresos. Para quienes ganan 12.000 euros al año –por debajo de esa cifra se está exento de pagar el IRPF– el gravamen en esas dos comunidades autónomas es superior en un 11% al de Madrid. Para ingresos de 25.000 euros anuales, un 6% superior.

Menos impuestos

En todo caso, y además de Madrid, otras tres comunidades rebajarán el tipo mínimo establecido en la parte estatal del IRPF hasta el 9,5%: Baleares, Cantabria y Castilla-La Mancha, todas ellas gobernadas por el PP. Cataluña y Andalucía no van a cambiar sus tipos. Murcia (PP) va a repetir íntegramente el diseño fiscal de Montoro. También es de las comunidades con menor renta per cápita, aunque está entre las que mantienen mayor carga fiscal a las rentas altas. Más aún penalizará a los contribuyentes con mayores ingresos otra de las autonomías más pobres del país, Canarias, con un tipo máximo del 24% y gravámenes por encima de la media nacional a partir de los 65.000 euros.

Del lado de las autonomías con fiscalidad más liberal se encuentra no sólo Madrid, sino también Castilla-La Mancha (PP), Castilla y León (PP), La Rioja (PP), Aragón (PP), Baleares (PP) y Cantabria (PP). Mientras La Rioja, Aragón –con un tipo máximo de sólo el 21,5%– y Baleares figuran entre las regiones con mayor renta per cápita, superiores a la media, Castilla-La Mancha es la cuarta comunidad más pobre de España, con sólo 17.780 euros por habitante. Y Cantabria y Castilla y León no llegan a la media nacional de riqueza.

En la zona media en renta per cápita –aunque por debajo de la media nacional– y presión fiscal pueden situarse tanto Galicia como la Comunidad Valenciana. La primera deja su tipo mínimo en el 11,5%, un punto y medio por encima del estatal. Sin embargo, la cuantía del impuesto comienza a aligerarse a partir de los 90.000 euros anualesaligerarse de renta. Por el contrario, en la Comunidad Valenciana, con un tipo mínimo parecido, del 11,9%, se ha fijado un máximo de los más altos, el 23,48%.

Diez comunidades incumplen el objetivo del déficit

No hay que olvidar, además, que 10 de las 17 comunidades autónomas superaron ya en octubre el objetivo de déficit para todo el añodéficit 2014, fijado en un 1% del PIB. Según las últimas cifras publicadas por el Ministerio de Hacienda, se trata de Extremadura (2,29%), Murcia (2,22%), Andalucía (1,84%), Cataluña (1,76%), Comunidad Valenciana (1,57%), Castilla-La Mancha (1,46%), Aragón (1,24%), Madrid, (1,11%), Castilla y León (1,03%) y Galicia (1,03%).

Sólo cumplen Cantabria (0,96%), Baleares (0,92%), La Rioja (0,92), Navarra (0,86%), Asturias (0,62%), País Vasco (0,42%) y Canarias (0,31%).

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Así, en octubre el déficit de las comunidades era de 14.167 millones de euros, un 31,6% más que en el mismo mes de 2013.

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) atribuye este aumento del déficit autonómico a la caída de los ingresos presupuestarios, que cifra en un 2%, así como al aumento de los gastos presupuestarios en un 1,5%.

Pese a la amenaza que para el objetivo de déficit supondrá, por tanto, rebajar unos ingresos ya de por sí tocados, la mayoría de las comunidades autónomas ha apostado, en año triplemente electoral, por reducir sus tramos en el IRPF.