Cuatro de cada diez jóvenes LGTBIQ+ han tenido que plantearse el 'sexilio' para lograr una vida mejor

El colectivo LGTBIQ+ se sigue enfrentando al rechazo, incluso dentro de su propia familia y entornos. Así lo denuncia el primer informe sobre el tema que ha hecho la Federación Estatal LGTBI+ y que trata los casos de aquellas personas del colectivo que han tenido que irse de sus casas por el desprecio de sus familiares o de sus redes afectivas. El informe llamado Estado del Odio LGTBI+: Sexilio revela que más de un tercio de las personas pertenecientes al colectivo se han planteado irse de sus hogares o han tenido que hacerlo por motivos de orientación sexual, identidad o expresión de género. 

En concreto, un 13% del colectivo ha tenido que sexiliarse y un 21,5% llegó a tal punto que tuvo que planteárselo. Esto supone, según denuncian desde la FELGTBI+, una expulsión forzada, que rodea al colectivo LGTBIQ+ de forma silenciosa, mientras el resto de la sociedad se mantiene impasible o no lo percibe. A esta realidad la alimenta un discurso de odio desbocado que deja al colectivo sin espacios seguros donde refugiarse.

Las personas racializadas y trans sufren más el 'sexilio'

También en el colectivo existen desigualdades internas. Según el informe, las personas que tienen que huir de sus hogares con más frecuencia son las personas trans y racializadas. En concreto, el 22% de personas trans y el 52,6% de las personas racializadas pertenecientes al colectivo LGTBIQ+ han tenido que sexiliarse. Esto indica, según explican en el documento, que las discriminaciones por ser miembro del colectivo van a más cuando se entrelazan con desigualdades territoriales, sociales y económicas, por lo que la migración se convierte en una obligación antes que en una opción. 

En muchos lugares del mundo, la violencia es tal que está prohibido pertenecer al colectivo. La legislación en países como Irán o Arabia Saudí condena a aquellos que lo sean a la pena de muerte. Y, más allá de la legislación, en el año 2024, 350 personas trans o de género fluido fueron asesinadas, según recoge Amnistía Internacional. Casi la mayoría, el 94%, eran mujeres racializadas. 

Aunque existe una mayor protección en España, su vida queda lejos de ser perfecta cuando llegan a España. Según explican, se ven expuestas a dinámicas racistas y xenófobas que pueden retroalimentarse con el rechazo a la diversidad de género. Los datos de delitos de odio en España del último año corroboran esto. El racismo y la xenofobia protagonizan la mayoría de los casos registrados en 2024, representando un 41,13% del total, según datos del Ministerio del Interior. 

Los jóvenes, también afectados 

A pesar de que con el paso de los años parece que los avances en materia LGTBIQ+ se van asentando en el pensamiento colectivo, no todos aquellos que han nacido con estos derechos conquistados los disfrutan igual. Según el informe, el 40% de los jóvenes LGTBIQ+ han tenido que plantearse el sexilio como la única opción para vivir mejor. 

De ellos, un 16,3% ha acabado por hacerlo y el porqué también sigue un patrón. La mayoría de los jóvenes del colectivo que se marchan de sus hogares lo hacen por el lugar y las condiciones que enfrentan allí. El campo, según el documento, ve cómo los miembros del colectivo tienen que irse para buscar una vida mejor en la gran ciudad. 

Con este desplazamiento lo que se pretende no es solo escapar de la violencia que puedan sufrir en el mundo rural, sino también poder experimentar el modo de vida que verdaderamente desean. El 38,3% de los jóvenes busca poder expresarse libremente, el 31,9% desarrollar el proyecto de vida que habían imaginado para ellos mismos, y el 29,8% quieren encontrar una red de apoyo que les sostenga.

Encontrar otro lugar no es ninguna garantía 

Tener que irse tampoco significa poder disfrutar al fin de una vida mejor. El 17,3% de las personas que han sufrido el sexilio acaban durmiendo en la calle, mientras que el 22,1% viven en lugares que no están adecuados para ello. Tampoco la salud les da tregua, un 11,5% vive con el miedo instalado constantemente en su cabeza y un 8,7% sufre depresión. 

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Por ello, es necesario, según denuncian, que se tomen medidas reales para evitar que el colectivo LGTBIQ+ continúe en esta situación. “El sexilio no es una elección, es una expulsión silenciosa que sigue operando en nuestro país. Miles de personas han tenido que dejar atrás su hogar para poder vivir sin esconderse. Hablamos de derechos humanos que deberían estar garantizados en cualquier rincón de España”, afirma Jesús A. Muñoz, miembro de la Comisión Ejecutiva de la Federación Estatal LGTBI+, en un comunicado. 

Desde la FELGTBI+ piden una política pública que consiga agrupar las desigualdades a las que las personas que se sexilian se tienen que enfrentar. La legislación debe adquirir un enfoque territorial e interseccional para evitar que alguien tenga que dejar su hogar para poder ejercer sus derechos plenamente.  

Las personas en una situación de mayor vulnerabilidad, como las trans o racializadas, necesitan medidas específicas, reclaman desde la Federación. La exclusión social se puede evitar, argumentan, si se crean redes de apoyo que puedan sostener a estas personas. 

El colectivo LGTBIQ+ se sigue enfrentando al rechazo, incluso dentro de su propia familia y entornos. Así lo denuncia el primer informe sobre el tema que ha hecho la Federación Estatal LGTBI+ y que trata los casos de aquellas personas del colectivo que han tenido que irse de sus casas por el desprecio de sus familiares o de sus redes afectivas. El informe llamado Estado del Odio LGTBI+: Sexilio revela que más de un tercio de las personas pertenecientes al colectivo se han planteado irse de sus hogares o han tenido que hacerlo por motivos de orientación sexual, identidad o expresión de género. 

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