El tiempo pasa en Idomeni. La lluvia y el frío no cesan, los recursos se agotan y también la paciencia. Hay muchos que no aguantan más la situación, así que deciden buscar otro camino. A unos 5 kilómetros del campamento, han encontrado una ruta alternativa para intentar cruzar la frontera con Macedonia. Así que hacen lo que llevan haciendo desde que abandonaron Siria: caminar bajo la atenta vigilancia de la policía. Aunque para ello tengan que cruzar este río, con todas sus posesiones. Nadie se queda atrás, ni siquiera las mascotas. Por el camino, algunos encuentran la ayuda de buenos samaritanos. Poco les pueden ofrecer, aparte de una botella de agua, pero para ellos es un empujón más que les ayuda a alcanzar la ruta de los Balcanes. En su intento desesperado, tres han muerto ahogados por la fuerza del río. Cientos han conseguido cruzar pero las autoridades Macedonias están muy al tanto de la situación. Su ejército ya trabaja para devolverlos a Grecia.

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