México

Iguala rectifica el nombramiento como jefe de policía de un hombre relacionado con la desaparición de estudiantes

Iguala entrega y luego retira la jefatura de Policía a un hombre cercano al ex alcalde

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Crisóforo Tinoco Bahena iba a incorporarse este miércoles a su nuevo cargo como jefe de Policía de Iguala (México) pero finalmente no fue así. La noticia habría pasado desapercibida si no fuera porque Tinoco Bahena es un hombre cercano al ex alcalde de la ciudad, José Luis Abarca, que fue acusado el año pasado de ser el "autor intelectual probable"  de la desaparición de 43 jóvenes. Sin embargo, este jueves el gobernador de Guerrero anunció que finalmente no será Tinoco Bahena quien ocupe el cargo sino Carlos Uri Arcos, también asociado al ex alcalde, aunque en este caso a su primera etapa legislativa.

El nuevo alcalde de Iguala, Esteban Albarrán, miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), decidió incluir a Tinoco Bahena en una lista con 40 candidatos a convertirse en el nuevo jefe de la Policía municipal. La noticia se conoció solo unas horas antes de hacerse oficial la designación de Tinoco Bahena, y pese a ello generó una enorme indignación. El motivo: los presuntos vínculos entre Bahena, el ex alcalde y la organización criminal Guerreros Unidos, responsables estos dos últimos de la desparición de los 43 estudiantes, según la versión oficial.

Además, y al margen de este caso, un expediente judicial publicado por el periódico mexicano Milenio se refiere a Tinoco Bahena como el brazo ejecutor de Abarca y Guerreros Unidos en el asesinato de tres miembros del opositor Partido de la Revolución Democrática en 2013. Un político de este partido, Ernesto Pineda, cercano a una de las tres víctimas, declaró el año pasado que Abarca y Tinoco Bahena –entonces director de la Policía Preventiva de Iguala– "fabricaron" un delito de secuestro en su contra por denunciar la existencia de un laboratorio de droga.

Marcha atrás

Tras la designación de Tinoco Baena como jefe de Policía de Iguala, el gobernador del estado de Guerrero, Héctor Astudillo, declaró este jueves que finalmente Tinoco Bahena no será jefe de las fuerzas locales y que el cargo ya está ocupado por Carlos Uri Arcos, vinculado al primer año de Gobierno de Abarca.

En una entrevista con Milenio, Astudillo reveló que el nuevo alcalde de Iguala le llamó el miércoles por la noche para informarle de que la nominación de Tinoco Bahema quedaba "sin efecto". "Ha decidido rectificar", aplaudió el gobernador de Guerrero.

"Tinoco Bahena no está al frente de Seguridad Pública, de hecho, ayer a las 00.00 horas yo ratifiqué a quien era el secretario de Seguridad Pública por parte del Gobierno del estado, a Carlos Uri Arcos", apostilló. A pesar de ello, Héctor Astudillo restó importancia a la polémica, subrayando que Tinoco Bahena pasó los controles de confianza a los que se sometieron todos los agentes de Iguala después de la desaparición de los estudiantes de magisterio.

Arrestados por la policía y entregados al crímen organizado

Los normalistas desaparecidos llegaron a Iguala el 26 de septiembre de 2014 para recaudar fondos para viajar a la capital mexicana el 2 de octubre, en la que participarían en la conmemoración de otra matanza estudiantil, la de Tlatelolco.

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Ese día la esposa del alcalde de Iguala tenía previsto presentar un informe de su labor al frente del Sistema de Desarrollo Integral para la Familia municipal. Ante el temor de que los estudiantes reventaran el acto, como ya había ocurrido en el pasado, el alcalde ordenó a la Policía actuar contra los normalistas.

Policías de Iguala, apoyados por agentes de Cocula, interceptaron a los jóvenes a la entrada del municipio y abrieron fuego, matando a uno de ellos y dando lugar a un enfrentamiento que se saldó con seis muertos y 25 heridos. Una vez controlada la situación, detuvieron a los jóvenes que no había podido huir, les condujeron en furgones policiales a los límites entre Iguala y Cocula y se los entregaron a la organización criminal Guerreros Unidos. A partir de ese momento se pierde el rastro de los 43 normalistas.

Queda ahora el análisis de las cenizas, ya que el de los cadáveres de la treintena de fosas comunes halladas en Iguala y municipios cercanos ha revelado que no son los jóvenes a los que se busca. El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), encargado de revisar la investigación desmontó a principios de septiembre la versión oficial, que sostiene que los jóvenes fueron incinerados en un basurero de Cocula por un grupo criminal, y atribuyó el crimen a efectivos de las fuerzas federales.

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