La financiación de Vox ha sido oscura desde sus inicios. El partido se fundó gracias a un millón de euros del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán, tal y como reveló en su día El País. Esas donaciones llegaron gracias a los vínculos de uno de sus fundadores, Alejo Vidal-Quadras, con la oposición iraní en el exilio. En 2023 Vidal-Quadras sufrió un intento de asesinato en Madrid en plena calle. Él mismo vinculó el suceso al Gobierno de Irán, aunque hasta el momento la relación no se ha podido demostrar.
Los fondos iraníes fueron recibidos en 2013, cuando la actividad del partido de la extrema derecha española apenas arrancaba. Más de una década después, Vox se sigue financiando de forma oscura y con injerencias extranjeras, tal y como muestra la investigación Money to the far-right (Dinero a la ultraderecha), desarrollada por infoLibre y Follow the Money.
Vox ha recibido dos préstamos millonarios del banco húngaro MBH Bank para financiar sus últimas grandes campañas electorales: la de las elecciones generales de 2023 —con Santiago Abascal como candidato— y la de las elecciones europeas de 2024 —con Jorge Buxadé como cabeza de lista—. No es una excepción. Tal y como revela esta investigación, el banco húngaro, que pertenece en parte al Gobierno de Viktor Orbán y por tanto, es semipúblico, está siendo utilizado para financiar a la extrema derecha en toda Europa.
¿Por qué Hungría?
La gran pregunta tras el asunto de los préstamos es: ¿por qué Vox necesita acudir a un banco húngaro para financiar sus campañas? Según su portavoz en el Congreso, Pepa Millán, porque "los bancos españoles no quieren negociar un crédito con la tercera fuerza" del país.
Millán hizo esta afirmación en septiembre de 2024, cuando la prensa ya había revelado el primer crédito que Vox recibió del MBH Bank. Hasta entonces el hecho había permanecido oculto, ya que la formación de ultraderecha no había detallado ese préstamo en las cuentas e información económica que publicaba en su página web, incumpliendo así la ley de financiación de partidos, que obliga a hacer públicos esos datos.
Además, la razón que esgrime el partido resulta llamativa porque Vox sí ha tenido préstamos de bancos españoles. Las elecciones municipales de 2023 se celebraron solo dos meses antes de las generales de ese mismo año y Vox financió esa campaña con un crédito del Banco Santander y otro del BBVA, los dos bancos más grandes del país. Para las generales, en cambio, según ellos, necesitaron acudir al banco húngaro porque las entidades financieras españolas no querían darles crédito.
Aún así, la cantidad aportada por el MBH Bank, 6,5 millones de euros en un préstamo para aquellas generales, es muy superior a la que recibieron de los bancos españoles. Para las municipales el BBVA prestó 1,83 millones de euros a Vox y el Santander, 795.110 euros. En cualquier caso, esa nueva estrategia de Vox para financiar sus campañas, que arrancó en las generales y continuó en las europeas, consistente en pedir a un banco un único préstamo de una cantidad elevada de dinero, es distinta a la que siguen el resto de partidos políticos españoles.
Formaciones como Sumar, Podemos o EH Bildu no recurren a créditos bancarios. Los grandes partidos, PSOE y PP, por su parte, acostumbran a solicitar varios préstamos a distintas entidades para financiar sus campañas. Estos, además, son por montos inferiores a los préstamos húngaros de Vox. De hecho, el préstamo del MBH Bank al partido de Santiago Abascal es el crédito electoral de mayor cantidad para un partido político español en el año en que se concedió.
También es el único préstamo otorgado por una entidad financiera extranjera. Y no solo eso: es el que tiene un interés más alto. Los créditos más cuantiosos que recibieron el PP y el PSOE fueron de 4 y 3,5 millones de euros, respectivamente. Ambos procedentes del Banco Sabadell. En el caso del PSOE, el tipo de interés de sus préstamos varió entre el 5,25% y el 6,69%. Muy lejos del 11% que Vox pagó al MBH Bank.
El siguiente tipo de interés más alto es el que pagó Junts por un préstamo de 450.000 euros, también del Banco Sabadell: 7,79%. En el caso del PP, no se puede saber el coste que le supusieron los créditos, ya que para el ejercicio de 2023, como explicó infoLibre, los populares incumplieron la ley de financiación de partidos ocultando las condiciones de sus préstamos electorales.
El caso de Vox contrasta también con el de Marine Le Pen. La líder de la Agrupación Nacional francesa recibió un préstamo del MKB Bank, una de las tres entidades financieras que se fusionaron en 2023 para dar lugar al semipúblico MBH Bank —el MKB Bank fue completamente público en determinados momentos y también estuvo ligado a grupos empresariales de Lőrinc Mészáros, oligarca húngaro y amigo de la infancia de Orbán—. En el caso de Le Pen, el crédito fue para las elecciones presidenciales de 2022. Le prestaron 10,49 millones de euros con un tipo de interés anual del 6,7%, una coste bastante más bajo que el asumido por Vox.
Los intereses pagados por Vox se vieron afectados por el tipo de interés básico que aplicaba el MBH Bank en 2023, año en el que escaló por encima del 10% durante casi todo el ejercicio. En la primavera de 2024, cuando se concede el segundo crédito, el tipo de interés básico del banco húngaro rondaba el 7%. Aun así, Vox volvió a contratar el préstamo con un tipo del 11%. De todos modos, los tipos del MBH se suelen aplicar para préstamos en florines húngaros —la moneda del país—. Los créditos a Vox se realizaron en euros. Por lo que no es tan extraño que los intereses fueran más altos, a pesar de que se situaran tan por encima de los que estaban cobrando los bancos españoles en esos momentos.
"Amigo" Orbán
Lo cierto es que a pesar de los motivos esgrimidos por Millán, los préstamos a Vox se otorgaron tras el acercamiento de Vox al primer ministro húngaro Viktor Orbán, al que el presidente del partido, Santiago Abascal, califica ya de "amigo". El primer crédito, para financiar la campaña del partido a las generales, se concedió el 22 de junio de 2023, solo veinte días después de que Abascal y Orbán se reunieran en Budapest.
El segundo se aprobó en 2024 para financiar la campaña de las europeas. Tras esas elecciones, Vox abandonó el grupo parlamentario de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), liderado por Giorgia Meloni, para pasarse a Patriotas por Europa (Patriots), el grupo que capitanea el Fidesz de Orbán. La Agrupación Nacional de Marine Le Pen también forma parte de ese grupo.
En el caso del préstamo de 2024, el importe fue de siete millones de euros y el tipo de interés, de nuevo, del 11%, según recoge la formación en sus cuentas anuales del ejercicio. Otra vez el tipo de interés pagado por Vox era mucho más alto que los del resto de partidos españoles. Y, otra vez, el préstamo era de mucho mayor importe que los del resto.
Todos los bancos que prestan dinero a los partidos políticos para campañas electorales están obligados a informar sobre esos créditos al Tribunal de Cuentas. El MBH Bank no lo hizo en ninguna de las dos ocasiones que dio crédito a Vox, incumpliendo así la ley electoral. Aún así, infoLibre solicitó, al amparo de la ley de transparencia, una copia de la información que los bancos habían mandado sobre los préstamos electorales al Tribunal de Cuentas y la misma información que habían remitido los partidos para poder compararla.
De hecho, en el caso de Vox, aunque el MBH Bank no hubiera mandado información, el partido debería haberlo hecho. El Tribunal de Cuentas ha inadmitido a trámite la solicitud de este medio al considerar que la ley de transparencia no le obliga a entregar ese tipo de información y, por tanto, la mantiene oculta.
Falta de claridad en la ley
La información sobre los préstamos es fundamental para que el Tribunal de Cuentas pueda fiscalizar que se otorgan con arreglo a la ley. De hecho, Vox podría llegar a ser sancionado por su contabilidad electoral. La ley española no es del todo clara pero los préstamos del MBH Bank podrían no ajustarse a derecho. El Tribunal de Cuentas no ha llegado a estudiarlos porque considera que "no ha sido posible acreditar" si el MBH Bank "se encuentra participado o no de forma directa o indirecta por Gobiernos y organismos, entidades o empresas públicas extranjeras". A pesar de esa afirmación, la primera parte de esta investigación demuestra que una quinta parte del banco pertenece de forma directa al Gobierno húngaro.
Aún así, la ley española da espacio a distintas interpretaciones. Los expertos consultados por infoLibre y Follow The Money no concuerdan en si haber recibido esos créditos es motivo de infracción y, por tanto, sanción por parte de Vox. Mientras unos defienden que los préstamos electorales se pueden considerar financiación, otros argumentan que la ley no da espacio a esa interpretación.
El asunto es crucial: en caso de que los préstamos efectivamente se consideraran financiación, Vox estaría incumpliendo la legislación, ya que la ley de financiación de partidos indica en su artículo 7.2 que las formaciones políticas "no podrán aceptar ninguna forma de financiación por parte de Gobiernos y organismos, entidades o empresas públicas extranjeras o de empresas relacionadas directa o indirectamente con los mismos".
"El tema es discutible porque la ley se refiere a 'ninguna forma de financiación', pero entiendo que se podría interpretar que los partidos sí pueden recibir préstamos de bancos extranjeros porque la ley en general diferencia entre donaciones y préstamos. Creo que el artículo 7.2 está pensando en donaciones [no en préstamos], para impedir la posible captura del Estado español por un Estado extranjero", explica Inés Olaizola, Catedrática de Derecho Penal en la Universidad Pública de Navarra y vocal del Consejo de Navarra, órgano consultivo superior de esta comunidad autónoma.
"La ley diferencia entre aportaciones (donaciones) y préstamos. Esto lo hace cuando se refiere a los nacionales y así, por ejemplo están prohibidas las donaciones de personas jurídicas pero no los préstamos de entidades bancarias; por esto se podrían plantear dudas. Aunque, como respecto a los Gobiernos y organismos extranjeros es verdad que se refiere a 'ninguna forma de financiación', cabría defender que tampoco son posibles préstamos en tanto en cuanto es una forma de financiación", detalla Olaizola.
Óscar Sánchez, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Valladolid, defiende claramente esta segunda interpretación: "Está claro que un préstamo es una 'forma de financiación'. El apartado 2 del artículo 7 no se refiere sólo a donaciones y si se demuestra la vinculación de MBH Bank con el Gobierno húngaro, creo que estaríamos ante una infracción muy grave por parte de Vox". Aunque el experto reconoce que uno de los problemas de la ley española es que no refleja claramente cuál podría ser la sanción en un caso así.
"Es importante que no haya financiación por parte de bancos vinculados a Gobiernos extranjeros para evitar la influencia de estos en nuestras elecciones. El caso húngaro es paradigmático, pues se trata de un Gobierno alineado con Putin y es evidente el interés que tiene Putin en desestabilizar las democracias europeas alentando los extremismos (de todo tipo) y exacerbando las divisiones internas preexistentes", recalca Sánchez.
A pesar de todo ello, a día de hoy el Tribunal de Cuentas no ha llegado a profundizar en el caso de los préstamos de Vox. Además, la Fiscalía Anticorrupción ha archivado una investigación que abrió al partido de Abascal por financiación irregular en la que se abordaban, entre otros asuntos, estos préstamos. "La actuación de la Fiscalía se refiere a la vía penal. Efectivamente, si el Código Penal solo habla de donaciones, los préstamos no estarían incluidos en el tipo delictivo, pero sigue habiendo una infracción de la ley que podrá sancionarse por el Tribunal de Cuentas", detalla Sánchez.
La financiación de Vox ha sido oscura desde sus inicios. El partido se fundó gracias a un millón de euros del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán, tal y como reveló en su día El País. Esas donaciones llegaron gracias a los vínculos de uno de sus fundadores, Alejo Vidal-Quadras, con la oposición iraní en el exilio. En 2023 Vidal-Quadras sufrió un intento de asesinato en Madrid en plena calle. Él mismo vinculó el suceso al Gobierno de Irán, aunque hasta el momento la relación no se ha podido demostrar.