Lo mejor de Mediapart

Merkel, preocupada ante un desconfinamiento demasiado rápido

Cola de compradores a las puertas de una tienda en el centro de Berlín este viernes.

Thomas Schnee (Mediapart)

El pasado miércoles 22 de abril fue un día muy esperado por la reapertura en Berlín de las tiendas de menos de 800 metros cuadrados. Un sol radiante y el tierno verde de los árboles saturaban la atmósfera, mientras el viento fresco mecía unas greñas que no habían visto unas tijeras desde hace semanas. En la Wilmersdorfer Strasse, una de las grandes calles peatonales y comerciales del oeste de la capital, la esperanza parecía estar presente. Pero la euforia se calma por las mascarillas que llevan la mayor parte de los transeúntes, algo más numerosos que los días anteriores.

"No puede usted imaginarse lo contenta que estoy de volver a trabajar. Venir esta mañana a abrir de nuevo la tienda ha sido casi tan emocionante como si me fuera de fin de semana", dice alegre Aicha, una vendedora de 25 años que trabaja en Deichmann, una gran cadena de tiendas de zapatos. Esa mañana, Aicha recibe a los clientes señalándoles una caja llena de fichas. "Hay 40 fichas, el máximo de clientes permitidos en 800 metros cuadrados. Cuando sale un cliente, devuelve su ficha a la caja 'salida', la desinfecto y la vuelvo a echar a la caja 'entrada'. Ese control es obligatorio si queremos volver a abrir", nos explica.

Más allá, un cliente se queja de que sólo hay algunos modelos de hombre desemparejados. "Cada land ha adaptado las reglas. En Berlín, el ayuntamiento ha decidido que lo importante es que la superficie de venta, no la tienda entera, no pase de 800 metros cuadrados. Por eso mantenemos dos plantas cerradas, una de ellas la de hombres", precisa Claudia (45 años), otra vendedora que confiesa que ella no está tan alegre como su compañera.

"Mi marido es diabético y forma parte del grupo de riesgo que debe quedarse en casa. Al mismo tiempo, necesitamos mi sueldo completo", dice Claudia, que se queja del comportamiento de algunos clientes que han olvidado muy rápido el metro y medio de 'distancia social' recomendada. "Menos mal que las marcas están ahí", dice, señalando las líneas del suelo que marcan el espacio entre clientes delante de la caja. "Tengo un poco de miedo de que el desconfinamiento parcial llame la atención de los que no pueden soportarlo o a los que piensan que todo esto es histeria", nos confiesa.

En coordinación con los dieciséis länder, el ejecutivo federal de Angela Merkel presentó el 15 de abril las grandes líneas de desconfinamiento, entre ellas un calendario para la vuelta parcial a los colegios (27 de abril y 4 de mayo para bachillerato, secundaria y primaria) y, bajo ciertas condiciones, para autorizar la apertura de pequeños comercios, peluquerías, concesionarios de automóviles, tiendas de bicicletas o bibliotecas universitarias. Para algunos es "la luz al final del túnel" y para otros, como Angela Merkel, es un experimento tan necesario como arriesgado.

La canciller, que sabe que un desconfinamiento seguido de un regreso de la pandemia tendría efectos dramáticos para la moral de la gente y para la economía, arremetió el lunes pasado contra "la orgía de discusiones sobre la reapertura" que se está dando en los dieciséis länder del país. "En ningún momento debemos creer que estamos seguros... Estamos lejos de salir del atolladero", declaró.

Durante una nueva intervención el jueves en el Bundestag, la canciller alemana, acompañada del jefe de los diputados conservadores, Klaus Brinkhaus, lamentó otra vez la manera desordenada en que los länder aplican los acuerdos sobre el desconfinamientoländer, que sin embargo acababan de ser negociados conjuntamente la semana anterior. Para Merkel, algunas regiones alemanas "van demasiado rápido" y harían bien en mostrar paciencia y disciplina para atravesar la crisis de la epidemia del coronavirus que no ha hecho "más que comenzar", advirtió.

Por su parte, Klaus Brinkhaus especificó la opinión de su jefa señalando al land de Renania-Palatinado (al oeste del país) que, con el pretexto tener en cuenta sólo los 800 metros cuadrados por tienda, ha autorizado la reapertura de centros comerciales enteros, cuando en regiones vecinas como el Sarre, sigue habiendo muchas restricciones.

El jefe de filas de los conservadores también mencionó a los länder que prohiben la celebración de grandes concentraciones mientras que otros las permitenländer. Baviera acaba de anunciar la cancelación de la edición 2020 de la Oktoberfest (6 millones de visitantes), mientras que Schleswig-Holstein (al norte) mantiene, en versión reducida, la celebración de la Semana de Kiel (3 millones de visitantes), una gigantesca concentración de veleros de competición y de aparejos antiguos.

La prueba del algodón: la reapertura de los colegios a partir de este lunes

Aunque es el Estado Federal el que dirige la estrategia global de Alemania frente a la pandemia son, sin embargo, las dieciséis regiones las responsables constitucionalmente de la gestión de las epidemias y también de la educación (decisión sobre la reapertura progresiva de los colegios), de las agencias sanitarias y del mantenimiento del orden (control de la aplicación de las medidas por las fuerzas del orden). Cada gran anuncio hecho en Berlín desde la cancillería está precedido por una cumbre entre el Estado Federal y las regiones.

Forzosamente, la lucha contra el coronavirus influye en el trabajo gubernamental y en las relaciones de fuerza políticas. Los socialdemócratas, los Verdes y Die Linke (izquierda crítica) han tenido que batallar durante mucho tiempo para que los conservadores acepten finalmente la creación de una "pensión mínima" para frenar el empobrecimiento de los pensionistas más modestos. A principios de 2020 el proyecto estaba a punto de ser aprobado. Luego llegó la pandemia. Ahora, con el pretexto de la financiación, el proyecto ha sido pospuesto ad calendas graecas por una derecha que está encantada con ese golpe de suerte. Incluso la ministra de defensa y jefa de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, no dudó en anunciar este martes su decisión de comprar 93 aviones de caza Eurofighter y 45 F-18 americanos, un proyecto que va a costar miles de millones.

"Actualmente hay dos tendencias en Berlín", dice Johannes Hillje, consultor político y ex director de la campaña de los Verdes en las elecciones europeas de 2014. "La que domina es la línea de la prudencia que se basa mucho en la opinión de los virólogos del Instituto Robert Koch. Esta tendencia está representada por Angela Merkel, los socialdemócratas y el ministro-presidente bávaro Markus Söder (CSU, derecha bávara). La otra línea, la que propone un regreso rápido a la normalidad, basada en el mundo económico, está representada por el partido liberal y por el ministro-presidente de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, candidato a suceder a Merkel".

Los que defienden esta última tendencia han luchado mucho por la reapertura de los colegios, una previa al relanzamiento de la economía. Esta recuperación se anuncia difícil. "Tengo tres hijas y una de ellas acaba de aprobar su primer examen para el abitur (bachiller alemán) el pasado martes, con guantes y mascarilla", explica Sabine Menkens, maestra en una escuela de primaria de Berlín. "Y otra que está en sexto empezará algunas clases el próximo 4 de mayo". "Todo lo que se sabe por el momento es que las clases van a estar divididas en dos, que una parte de las clases se seguirán desde casa y que se mantendrán sólo las principales asignaturas. ¿Serán suficientes las condiciones sanitarias? ¿Qué van a hacer con los profesores y alumnos que pertenezcan a grupos de riesgo? ¿Y cómo hay que imaginar el regreso al colegio de los más pequeños y la gestión de los recreos?", se pregunta.

¿Podrán los colegios volver a abrir tan rápido y en las condiciones deseadas por los dirigentes políticos alemanes? No hay nada seguro y la omnipresente canciller no ha dejado de repetir que la ligera mejora de las cifras sobre la pandemia en Alemania debe ser considerada como un momento de respiro que hay que utilizar para consolidar las defensas del país frente a la pandemia.

El primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, sucederá a Merkel al frente de la CDU

El primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, sucederá a Merkel al frente de la CDU

El gobierno federal, guiado por esta línea de prudencia, trabaja por lo tanto ahora en dos proyectos de ley que deberían pasar rápidamente al Parlamento. Uno relativo a los medios y métodos para apoyar al sistema médico y hospitalario y también para poder hacer hasta 4,5 millones de test por semana, y el otro concentrado en la creación rápida de una industria de producción de mascarillas.

Traducción: Miguel López.

Leer texto en francés:

Más sobre este tema
stats