Se trata nada menos que de la “cita mundial de la excelencia y la innovación”. El Salón Internacional de la Aeronáutica y el Espacio de Le Bourget (Seine-Saint-Denis), que cuenta con 300.000 visitantes, abrirá sus puertas el lunes 16 de junio. Durante “siete días de descubrimientos y experiencias”, se invita a profesionales y al público en general a “vivir intensamente el sueño y la magia del sector”.
Pero ese “sueño” podría verse empañado por el espectro de algunos cadáveres. En los pasillos del salón estarán presentes varias empresas que suministran armas a las fuerzas armadas israelíes, que desde hace año y medio libran en Gaza una guerra considerada un genocidio por un número cada vez mayor de juristas y expertos humanitarios.
La lista de expositores de la feria cuenta, hasta la fecha, con ocho empresas israelíes y una delegación del ministerio de Defensa israelí.
Aunque a veces es difícil demostrar que un fabricante de armas alimenta un conflicto concreto, debido al secretismo que rodea las cuestiones de defensa, no es el caso de la guerra que libra Israel en la Franja de Gaza. Los propios dirigentes de varias de estas empresas han reconocido públicamente el uso de su material en el enclave.
“Desde el comienzo de la guerra en Gaza, la empresa ha prestado un apoyo considerable a las actividades de las fuerzas de defensa israelíes”, se jactaba en julio de 2024 Dan Slasky, director general de Aeronautics Group, que contará con un stand en Le Bourget. Entre las innovaciones de su empresa para “responder rápidamente a las demandas que llegan desde el terreno” se encuentra el dron de reconocimiento Orbiter 4, conocido como Spark (en inglés) o Nitzotz (en hebreo).
Armas implicadas en la muerte de trabajadores humanitarios
Su uso en Gaza ha sido confirmado por informes publicados en la prensa israelí y por testimonios de militares. “El Nitzotz será de gran ayuda para las fuerzas sobre el terreno, en particular para los equipos de combate de la brigada", se congratulaba un alto responsable del Mando Sur del Ejército israelí en noviembre de 2023, poco después de su puesta en servicio.
En una nota fechada el 23 de febrero de 2024, la misión permanente de Palestina ante las Naciones Unidas también menciona el uso del dron Orbiter 4 contra civiles palestinos en Gaza. ¿Se expondrá en Francia? En el catálogo del Salón de Le Bourget, su fabricante ya lo presenta orgullosamente como uno de sus “productos estrella”.
Otra empresa que cuenta con un stand en el salón y que reivindica públicamente su implicación en la guerra de Gaza es Israel Aerospace Industries (IAI), otro peso pesado de la industria de defensa israelí, que produce, entre otros, los drones de vigilancia Heron. Estos han “desempeñado un papel esencial” en la “guerra de las Espadas de Hierro” (nombre dado por el ejército israelí a sus operaciones en Gaza), “proporcionando información en tiempo real […] y contribuyendo a la neutralización de las amenazas”, afirma ufano el presidente de IAI, Boaz Levy.
Los visitantes que llenen los pasillos de Le Bourget también podrán descubrir los productos de Elbit Systems, fabricante de armas israelí que cotiza en el Nasdaq. Fue un dron Hermes 450 fabricado por esa empresa el que mató a siete trabajadores humanitarios de la ONG World Central Kitchen en Gaza el 1 de abril de 2024, al disparar tres misiles contra su convoy. Esos drones se utilizan “extensivamente” en Gaza, según la prensa especializada y testimonios de militares israelíes que participan en unidades que los utilizan. También fue un arma fabricada por Elbit Systems, una bomba MPR 500, la que mató a siete voluntarios de los servicios de emergencia en el Líbano el 27 de marzo de 2024, según fotos analizadas por la ONG Human Rights Watch.
El presidente de Elbit Systems subraya que estar presente en salones como el de Le Bourget es “vital” para sus negocios. Los organizadores del salón se jactan de haber facilitado, en ediciones anteriores, la firma de “alrededor de 150.000 millones de dólares en contratos”.
El silencio del Gobierno francés
¿Debe permitirse a esas empresas, que han contribuido potencialmente a crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, promocionar sus equipos y firmar nuevos contratos en territorio francés?
Si nos atenemos a las declaraciones de las autoridades francesas, parece claro que no. En mayo de 2024, el ministerio de Defensa prohibió la participación de industrias israelíes en el salón Eurosatory para ser coherente con la petición de Emmanuel Macron de un alto el fuego en Gaza. El Tribunal de Apelación de París acabó autorizando su presencia, pero demasiado tarde para que muchas de esas delegaciones pudieran participar.
El discurso del Elíseo no ha hecho más que endurecerse desde entonces. En octubre de 2024, el presidente francés declaró que se oponía a cualquier venta de armas a Israel que pudieran utilizarse en Gaza o en el Líbano. A finales de mayo, Macron denunció, junto con el Reino Unido y Canadá, el “nivel de sufrimiento humano intolerable” que vivía Gaza, mientras que su ministro de Asuntos Exteriores calificaba la situación en el enclave de “insostenible”.
¿Y? Pues eso es todo, al parecer. A pesar de esas palabras, el gobierno francés no ha tomado hasta la fecha ninguna medida para impedir que las empresas que suministran armas utilizadas en Gaza expongan en Le Bourget. Cuando Mediapart le preguntó al respecto el 4 de junio a primera hora de la tarde, el ministerio de Defensa no respondió.
Dos citaciones judiciales
Ante este punto muerto, varias asociaciones han iniciado un pulso legal con la empresa organizadora del Salón de Le Bourget, SIAE. Las asociaciones implicadas —Al-Haq, UJFP, Survie, Attac y Stop Fuelling War, respaldadas por la coalición Guerre à la guerre— exigen a los organizadores del evento que prohíban la presencia “de empresas que participen en los crímenes internacionales israelíes”.
“La comisión actual de graves crímenes internacionales” en los territorios palestinos ocupados “es reconocida por la comunidad internacional y las instancias internacionales competentes”, señalan en una citación presentada el 23 de mayo ante el tribunal judicial de Bobigny, citando en particular las disposiciones dictadas en enero de 2024 por el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ). “Por lo tanto, no puede ser ignorada por los profesionales de la exposición de armamento, como la SIAE”.
“No solo pedimos que se impida exponer a estas empresas, sino también a sus filiales y contratistas. También hay que garantizar que no puedan participar en la feria como visitantes”, detalla la coordinadora* de la plataforma Derechos y Movimientos Sociales, que coordina y asesora jurídicamente a las asociaciones impulsoras de esta acción judicial.
Tres de estas asociaciones (Survie, Attac y Stop Fuelling War) también han presentado otra demanda contra las empresas presentes en la feria que “al parecer eluden las sanciones contra Rusia y Sudán”.
Los organizadores de la feria replican que los crímenes cometidos por el ejército israelí no están probados y que, además, no disponen de los medios para investigar en profundidad a cada una de las empresas participantes.
“Pretenden conmoverles con atrocidades, cometidas por ambas partes”, declaró el abogado de la SIAE ante los jueces del tribunal de Bobigny, que examinaba este recurso en una vista celebrada el miércoles 4 de junio. “Pero no se puede decir que Israel no tenga derecho a la legítima defensa, y no les corresponde a ustedes juzgar si esa defensa es proporcionada”, añadió el letrado Pavillet, quien consideró que los informes de ONG, organizaciones internacionales, las disposiciones del TIJ y las órdenes de detención dictadas por el TPI contra los dirigentes israelíes “no constituían, en derecho, una prueba determinante de un delito”.
En cuanto a los controles solicitados por las asociaciones, “la feria no tiene medios para llevar a cabo investigaciones para comprobar que los expositores no hayan vendido a intermediarios, que a su vez podrían vender a terceros, que finalmente podrían ceder armas a personas sospechosas de crímenes de guerra”. “¿Qué quieren, que contratemos detectives para ir a los suburbios de Calcuta a ver si no se trata de empresas pantalla?”, ironizó el abogado, en referencia al papel demostrado de empresas indias en la elusión de las sanciones contra Rusia. El tribunal dictará su decisión el martes 10 de junio.
Los estibadores se movilizan ante un buque israelí con recambios en tránsito en Francia
Un buque israelí debía hacer escala el 5 de junio en Fos-sur-Mer (Bouches-du-Rhône) para cargar componentes de metralletas fabricadas por la empresa francesa Eurolinks, según una investigación de Disclose y The Ditch publicada el 4 de junio. Según ambos medios, esos componentes, eslabones utilizados para unir las balas de armas automáticas, deben ser entregadas a la empresa Israel Military Industries, filial de Elbit Systems.
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Los estibadores y el personal portuario del sindicato CGT del golfo de Fos han advertido, en un comunicado también publicado el 4 de junio, que se niegan a “participar en el genocidio en curso” por lo que “el contenedor ha sido apartado” y los estibadores “no lo cargarán en el barco con destino a Haifa”.
Caja negra
La coordinadora de la plataforma Derechos y Movimientos Sociales no ha querido que su identidad aparezca en el artículo. Afirma (al igual que otros activistas de organizaciones pro palestinas o de defensa de los derechos humanos implicados en acciones relacionadas con la guerra de Israel) que es objeto de amenazas e intimidaciones por su compromiso.
Traducción de Miguel López
Se trata nada menos que de la “cita mundial de la excelencia y la innovación”. El Salón Internacional de la Aeronáutica y el Espacio de Le Bourget (Seine-Saint-Denis), que cuenta con 300.000 visitantes, abrirá sus puertas el lunes 16 de junio. Durante “siete días de descubrimientos y experiencias”, se invita a profesionales y al público en general a “vivir intensamente el sueño y la magia del sector”.