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La sociedad civil de Macron o la República de la 'gente bien'

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, espera la llegada del secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

Mariola Moreno / L. Delaporte | C. Gueugneau | M. Hajdenberg | D. Huet | M. Magnaudeix | F. Zerouala (Mediapart)

“Nuestros candidatos marcan el regreso definitivo de los ciudadanos al centro de la vida política”. El pasado 11 de mayo, Richard Ferrand, secretario general de En Marcha –partido ahora denominado La República en Marcha (LREM)– anunciaba con orgullo el nombre de los 428 primeros candidatos del partido a las legislativas, hasta que se den a conocer las listas definitivas, antes del 19 de mayo, después de la formación de Gobierno.

“El 52% de los candidatos proceden de la sociedad civil”, se felicitaba acto seguido el que fuera diputado socialista hace cinco años, ahora candidato por Bretaña de LREM. Dicho de otro modo, “nunca han ejercido mandato alguno ni tienen, a día de hoy, ningún cargo político”.

En el dossier de prensa distribuido ese día, se destacaban los nombres de 16 novatos incluidos en la batalla de las legislativas, previstas para los días 11 y 18 de junio. Entre ellos, Hervé Berville, un economista de 27 años nacido en Ruanda; Marion Buchet, piloto de caza de 35 años; Coralie Dubost, referente de En Marcha en Hérault de 34 años y responsable de la Montpellier Business School; Yolaine de Courson, exdirectora jubilada de auditoría y riesgos del grupo La Poste o Émilie Guerel, profesor de inglés de 33 años.

Cuando se observa con detalle la famosa lista –en un primer momento incluía 428 nombres y que se actualizó este lunes hasta dar cabida a 511 personas–, se constata la presencia de caras nuevas: la mitad de los candidatos son candidatas, tienen una edad media de 46 años y abundan los perfiles no políticos. Al margen de los casos de Rhône y de Pirineos Atlánticos, donde los barones macronistas Gérard Collomb y François Bayrou han conseguido convertirse en candidatos de la mano de políticos amigos, LREM ha querido incluir perfiles determinados echando mano de la “diversidad”. Eso sí, según hemos podido constatar apenas representan una decena entre los 428 primeros nombres anunciados.

Enseguida destacan perfiles como el de la matadora de toros Marie Sata, el matemático mundialmente conocido Cédric Villani, el bombero Jean-Marie Fievet, la doble campeona de automovilismo de montaña de Francia, el exdirigente de los Raid Jean-Michel Fauvergue o la conocida Claire O’Petit, del programa radiofónico Les Grandes Gueules, de RMC, una comerciante que ha saltado a la fama por sus monólogos antitasas.

Mediapart, socio editorial de infoLibre, ha analizado el pedigrí de estas varias decenas de candidatos destacados por el movimiento… al menos de aquéllos cuyo rastreo ha sido posible en internet, ya que el movimiento de Emmanuel Macron no ha considerado necesario facilitar sendas biografías a los medios de comunicación. La sociedad civil de LREM, partido presidencial “de centro”, está integrado sobre todo por directivos, médicos, abogados, ejecutivos del sector privado o colaboradores de candidatos. A priori no hay ni rastro de obreros y apenas un puñado de asalariados. La República en Marcha es la de la categoría socioprofesional superior (denominada CSP+), de los directivos dinámicos, de los notables locales. Un mundo formado por personas de situación económica desahogada o muy desahogada, similar al núcleo duro de los votantes de Emmanuel Macron.

La lista la engrosan un número considerable de directivos, fundadores de start-up, responsables de pymes y micropymes. En total, según nuestros cálculos, éstos conforman el contingente mayor. Son unos 60, es decir, algo menos de un tercio de los candidatos considerados sociedad civil.

Entre ellos se encuentran Bruno Bonnell, creador de Infogrames y Atari –actualmente, rey de los robots–, efímero responsable de la versión francesa, emitida en M6 en 2015, The Apprentice, el programa de televisión que dio a conocer a Donald Trump en Estados Unidos. También está David Simonnet, al frente de Axyntis, con 450 empleados; directivos de empresas más o menos grandes como Corinne Versini (rival política de Mélenchon en Marsella, fundadora de Genes’Ink, empresa de alta tecnología), Sabine Thillaye, Grégory Besson, Anne Genetet (residente en Singapur, como representante de los franceses en el extranjero) o Adrien Taquet, fundador de la agencia Jésus & Gabriel, responsable del eslogan de En Marcha, según Le Parisien. Otros dirigen empresas del sector aeronáutico, energético, inmobiliario, de las finanzas, del sector sanitario, etc.

Jean-René Cazeneuve es director general adjunto de Bouygues Telecom –grupo del que también ha salido Didier Casas– y consejero de Estado que asesora a Emmanuel Macron. Jacques Savatier también es un antiguo dirigente de La Poste.

Se contabiliza una quincena de creadores de start up, como Mounir Mahjoubi, expresidente del Consejo Nacional Digital y responsable de la campaña digital de Macron; Hélène de Meire, creadora de my-startup fiduciaire, una empresa de asesoría bursátil; Alexandre Zapolsky, fundador de Linagora, uno de los principales editores de software libre francés. Como presidente de la Federación Nacional de la Industria del Software Libre, es además el representante de la patronal en el sindicato profesional de las empresas de servicios digitales.

También van en las listas varios directivos del sector privado, como Pascal Chamassian, adjunto al director regional de Orange, muy presente en la comunidad armenia de Marsella; Cathy Racon-Bouzon, directora de Comunicación de la marca Kaporal; Bérangère Couillard, directora regional de IKKS. No faltan altos cargos del sector audiovisual y de los medios de comunicación, como Valérie Bougault, directora digital de Canal Plus; Frédérique Dumas, exdirigente de la filial de cine de Orange; Gilles Le Gendre, ex redactor jefe de Le Nouvel Économiste; Ophélie Lerouge, productora en Actarus film. Christian Gérin, productor del programa Faites entrer l’accusé, también formaba parte de la lista, pero su investidura quedó anulada el viernes por unos tuits calificados de antisemitas por la liga contra el racismo Licra.

Ni rastro de obreros

Asimismo, en las listas hay varios miembros de la patronal, como Sonia Strapelias, vicepresidenta de la Unión de Comerciantes y Artesanos (cuyo restaurante está en liquidación); el presidente de la Federación de Comerciantes de Francia, Olivier Damaisin; Élodie Jacquier-Laforge, delegada general de la Federación Francesa de Empresas de Guarderías (excolaboradora de una senadora) o Dominique David, delegada regional de la Unión de Industrias Químicas de Aquitania.

A día se hoy, se contabilizan unos 60 dirigentes del sector privado, responsables de Comunicación, jefes de proyecto, responsables de recursos humanos, comerciales, etc. También hay una decena de consultores de todo tipo (estrategia, dirección, etc.), expertos en comunicación y varios coaches como Sandrine Josso (asesora en nutrición) o Fabienne Colboc, “asesora en evolución profesional certificada por el centro internacional del coach”.

Otro destacado contingente lo componen médicos y abogados, colectivos que tradicionalmente aportan un buen número de parlamentarios. “Tienen tiempo, medios y, más concretamente, pueden adelantar los gastos de campaña”, explica Jonathan Chibois, antropólogo especialista en Parlamento. Figura una veintena de médicos (y cinco enfermeras) y otros tantos abogados. Entre ellos, abogados de diferentes colegios, Sacha Houlié, fundador de Jóvenes con Macron y especialista en derecho de la construcción o Laetitia Avia, de 31 años, abogada mercantil, exletrada del bufete Darrois. Otros sectores representados es el de los profesores (una treintena), docentes e investigadores y el de los responsables asociativos e ingenieros (una decena).

A decir verdad, el CV de los aspirantes a diputados no es muy sorprendente. Emmanuel Macron ha hecho campaña en un espacio político de centro, social-liberal, centrista y de derechas moderado. El ministro de Economía ha hecho de las start-up un modelo. Ha prometido “liberar energías”, suprimir cargas para las empresas y las “normas inútiles”. Pretende flexibilizar la legislación laboral, ha prometido la supresión del Régimen de la Seguridad Social de los trabajadores autónomos, pero también derecho al paro ampliado también para los no asalariados.

Los 19.000 candidatos LREM han sido seleccionados según su “conocimiento del programa y de su capacidad para defenderlo, su impregnación social, su capacidad operacional para hacer campaña”, precisó el presidente de la Comisión Nacional de Investidura (CNI), Jean-Paul Delevoye. Dicho de otro modo, son tanto pequeños dirigentes locales, conocidos en su respectivos territorios, que tienen tiempo, que han sido elegidos para hacer frente a los candidatos del PS, de Los Republicanos y del Frente Nacional.

El reverso de la moneda viene representado, en el casting, por el hecho de que se han seleccionado muy pocos obreros en activo y asalariados. Representan el 50% de la población activa, pero están casi ausentes de las listas de LREM. Tampoco hemos encontrado ningún obrero en activo y localizamos pocos asalariados (una secretaria municipal, un alcalde empleado de banca, una decena de demandantes de empleo y cinco agricultores).

“Las candidaturas son como el mundo Macron. Hay renovación, en el sentido de que los candidatos no han participado en política antes, pero no es renovación en términos de clases sociales”, dice el antropólogo Jonathan Cibois.

Preguntado en este sentido, el equipo de LREM asegura desconocer “la clase socioprofesional a la que pertenecen sus candidatos”, pero admite que “entre los expedientes recibidos, había una fuerte representación de dirigentes del sector privado”. “Esto no afecta sólo a En Marcha. La Asamblea Nacional no es a imagen y semejanza de la sociedad francesa”, avanza el partido del presidente. Por si fuese poco, el candidato debe adelantar, a título individual, el “coste de una campaña, por importe de entre 20.000 y 30.000 euros”. Un obstáculo que ha podido disuadir a los peor situados, destaca LREM.

Por último, la sociedad civil versión LREM la conforman también los numerosos colaboradores, o excolaboradores, de políticos. Hasta la jubilación, el caso más emblemático era el de Gaspard Gantzer, portavoz de Hollande en el Elíseo, nombrado candidato inicialmente por Rennes –lo que desencadenó la bronca y enfadó tanto al ministro de Defensa Jean-Yves Le Drian que tuvo que renunciar–. También se puede citar a Gabriel Attal, asesor de la ministra Marisol Touraine, Antoine Pavamani, excolaborador de Manuel Valls y Jean-Marie Le Guen…

Otro caso destacable es el de los candidatos que han saltado del mundo de la empresa a la política, como Benjamin Griveaux, portavoz de Emmanuel Macron, exvicepresidente del departamento de Saône-et-Loire y pluma de Marison Touraine, convertido en director de comunicación y de relaciones institucionales del grupo Unibail-Rodamco, líder europeo del sector inmobiliario de empresa; Mickael Nogal, ex de Strauss-Kahn que acaba de dejar su puesto como director de relaciones institucionales de Orangina o Hugues Renson, candidato en París frente al LR Jean-François Lamour, exconsejero de Jacques Chirac actual delegado general de la Fundación EDF. La lista definitiva de los candidatos de LREM se conocerá la próxima semana.

Traducción: Mariola Moreno

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