La expansión de mosquitos apunta a un pico de contagios de dengue y fiebre del Nilo este verano en España

Foto de Archivo de un mosquito tigre.

Las enfermedades transmitidas por mosquitos han ido en aumento en la última década, y lo que empezó siendo algo extremadamente residual empieza a preocupar, especialmente en el sur de Europa. Esta semana el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) lanzó un mensaje de inquietud porque se espera un récord de contagios por dengue debido al brote sin precedentes que sufre Sudamérica de esta enfermedad. La fiebre del Nilo también ha ido en aumento en los últimos años y las lluvias de primavera han dejado un caldo de cultivo para la proliferación de mosquitos en Andalucía y Extremadura, donde habitan los insectos que transmiten este virus

Los expertos del ECDC hicieron hincapié en que el cambio climático ha expandido enormemente por toda Europa las especies de mosquitos que transmiten estas enfermedades. Se mueven por todo el continente en camiones y barcos, y, gracias a los inviernos más suaves que hay ahora en Europa y los veranos más largos, se cumplen condiciones para su supervivencia en los lugares más inhóspitos para estos insectos. "En los últimos años hemos visto un aumento de infecciones locales de dengue y de virus del Nilo, especialmente en el sur de Europa. Hemos observado que hay más regiones afectadas y que sufren durante más meses del año porque el cambio climático crea condiciones más favorables para la prosperidad de los mosquitos", señaló el pasado martes Andrea Ammon, directora del ECDC, durante una rueda de prensa.

La principal preocupación de este órgano en 2024 es el dengue, un virus con síntomas similares a una gripe que lleva años en un auge, aunque todavía está lejos de ser un problema de salud pública. Se volvió a detectar en Europa en 2010, y en 2023 se dio un récord de casos, con 130 infecciones locales frente a las 71 del año anterior. Tres de esos casos fueron en España, pero las transmisiones locales son extremadamente raras todavía. Los casos importados ascendieron a 4.900 el año pasado en Europa y 398 en España, también un récord, aunque ningún fallecido. La alerta del ECDC para este año se basa en que hay un brote descontrolado en el Sur de América de con más de 7,5 millones de casos confirmados este año. Al mismo tiempo, nunca antes habían viajado tantas personas de estos países hasta Europa. Solo entre enero y marzo el continente recibió 5,7 millones de pasajeros de países con casos de dengue.

"Tenemos un récord de contagios en América y una recepción récord de turistas, dos datos que llevan a pensar que podríamos alcanzar un pico de dengue en 2024. La temporada de este virus es entre junio y septiembre", afirmó Céline Gossner, investigadora del ECDC. La experta en salud pública se refirió al caso específico de España. "El dengue no está establecido en España, pero sí el mosquito aedes albopictus, que lo transmite. También tenéis las condiciones climáticas idóneas, por lo que se dan las condiciones para que haya brotes locales. No sabemos si muchos o pocos", añadió la experta.

Además del dengue, el virus del Nilo ha ido en aumento en los últimos años, y este verano se espera que vuelva, probablemente con mayor intensidad. El primer caso en España se documentó en 2004, pero es desde 2020 cuando se ha observado un incremento preocupante de esta enfermedad. El año pasado se confirmaron 16 casos y fallecieron tres personas, con un pico de casos entre mediados de julio y mediados de septiembre. La región más afectada, por mucho, fue Extremadura, seguida de Andalucía. 

Estos mosquitos no vienen de África

El biólogo Mikel González trabaja en la Estación Biológica de Doñana (Huelva) estudiando los mosquitos y cree que este año se dan las condiciones para que haya una incidencia elevada de fiebre del Nilo. "Lo que más nos preocupa este año es que va a haber una inundación de los arrozales de Sevilla porque ha llovido, y los humedales son el lugar perfecto para la proliferación de los mosquitos que transmiten la fiebre del Nilo. Además, están cerca de zonas urbanas", afirma el entomólogo. El año pasado, la sequía severa en primavera provocó que no hubiese agua para los arrozales, pero este año estarán llenos al 50%. "De aquí a un mes, o mes y medio, empezarán a aparecer los mosquitos", añade.

González incide en que los mosquitos que transmiten la fiebre del Nilo no vienen de África, como algunos creen, sino que son los insectos autóctonos de España los que hacen de vectores e infectan a los humanos. La hipótesis que se maneja es que aves infectadas con esta enfermedad llegaron a la península y otras zonas del sur de Europa, los mosquitos autóctonos picaron a esos pájaros y después a los humanos, contagiando a personas en nada menos que 123 regiones europeas diferentes en 2023. El cambio climático impulsa esta expansión porque las temperaturas suaves en invierno y los veranos extensos disparan el número de insectos. "El mosquito nacional tiene cada vez más generaciones al año. Crían cada dos meses, y si hacen seis meses de calor, tienen tres generaciones por año. Pero si hay ocho meses de altas temperaturas, tienen cuatro", resume el experto.

Los mosquitos que mueven el virus del Nilo por España son principalmente el culex pipiens y el culex perexiguus, y la intensidad de las administraciones para monitorizar a estos y otros insectos se ha disparado en los últimos años por la preocupación sanitaria. Mikel González cuenta que si hace cinco años, los entomólogos tenían problemas para encontrar trabajo, ahora mismo hay proyectos por todo el continente para frenar estas enfermedades. Uno de los principales trabajos lo dirige el biólogo Jordi Figuerola, que prepara para final de este año un mapa extremadamente preciso de las zonas de mayor riesgo de picaduras en Huelva, Cádiz y Sevilla.

El caso del dengue es diferente, porque el único mosquito en España que lo transmite es el mosquito tigre, que el año pasado recibió mucha atención en la península porque se detectó por primera vez en Galicia, donde nunca antes había llegado. En España ya está presente en la mitad del país, sobre todo en la costa mediterránea, Andalucía y Extremadura.

Roger Eritja es biólogo de la Universidad de Barcelona y responsable de Mosquito Alert, una red española de seguimiento de mosquitos, y explica que este año hay que tener especial cuidado con este tipo de insecto, porque el auge del dengue en América podría disparar los casos en España. "La situación es preocupante porque podrían llegar viajeros de países como Brasil y provocar pequeños brotes en su vecindario", señala. Su consejo es reducir al mínimo la humedad en patios y jardines, porque el agua es la base de la vida de estos insectos. "En solo cubo de agua se pueden desarrollar miles de larvas, y en el pato de una maceta, decenas", concreta.

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El ECDC recomienda también evitar las piscinas y cerrar las ventanas o usar mosquiteras. Si se viaja a países con alta incidencia de dengue, piden también usar loción antimosquitos, incluso en las siguientes tres semanas a regresar a Europa, puesto que si la persona se ha infectado y es portadora del virus, evita así que mosquitos de España dispersen la enfermedad

El peligro de las garrapatas

Además de los mosquitos, los entomólogos prestan ahora mucha atención a las garrapatas, que en los últimos años también se han extendido mucho por el incremento de las temperaturas, y transmiten la temida fiebre hemorrágica de Crimea Congo, que en los últimos siete años ha matado a cinco personas en España. Mikel González explica que la expansión de las garrapatas está ligada de manera "clarísima" al cambio climático.

Menos peligro presentan otras plagas de verano como la mosca negra, que están en aumento en territorios como Zaragoza, Valencia o La Rioja, y cuya mordida puede requerir ir al centro de salud por infección. No obstante, este año parece que habrá muchas menos de lo normal, según Óscar Soriano, biólogo del Museo Nacional de Ciencias Naturales. "Este año observamos una infrapoblación de moscas negras porque la planta donde ponen sus huevos está sumergida en los ríos, y esta primavera ha sido muy lluviosa y ha arrasado con las larvas", comenta. Por último, en las últimas semanas se ha hablado mucho de una posible plaga de polillas, pero Soriano no comparte ese diagnóstico. "No realizamos un seguimiento concreto a la polilla, pero parece que está siendo un año completamente normal", señala.

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