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EL FUTURO DE LA TELEVISIÓN PÚBLICA

Broncano, el nuevo culebrón de TVE

David Broncano, en el plató del programa 'La Resistencia'.

Pues no. A la tercera tampoco ha sido la vencida. El programa de David Broncano no ha recibido el apoyo del consejo de administración de RTVE, al obtener tan solo cuatro votos favorables, tres negativos, una abstención y una ausencia. En la reunión de este jueves no ha estado presente –ni ha delegado su voto– la anterior presidenta, Elena Sánchez Caballero, de modo que el Consejo quedaba en ocho miembros, de los cuales uno, el apoyado por Unidas Podemos José Manuel Martín Medem, se ha abstenido. A favor se han pronunciado Concepción Cascajosa y Ramón Colom propuestos por el PSOE, Juan José Baños por el PNV y Roberto Lakidain por Podemos, y en contra los tres del PP. Al no lograr mayoría absoluta, ni un empate en el que podría decidir el voto de calidad de la actual presidenta interina, la propuesta ha sido rechazada, y la posible llegada del programa de David Broncano ha quedado en suspenso.

Solo será posible si en una próxima reunión del organismo la propuesta fuera reformulada en otros términos. Conviene recordar que, en ese caso, sería la cuarta vez en que se votaría, ya que fracasó en la de hace tres semanas, hace ocho días ocurrió lo mismo, y tampoco ha salido adelante este jueves. En definitiva, un auténtico culebrón insólito en la historia de TVE.      

Dudas razonables, preguntas incómodas

En la propuesta que, según todas las fuentes consultadas, se presentaba a votación hay aspectos que suscitan dudas razonables y preguntas que pueden resultar incómodas para RTVE. Una de ellas es si sería trasladable a una emisión gratuita y en abierto lo que es un indudable éxito en una cadena privada de pago. En este sentido conviene resaltar que se dirigen a públicos tan distintos como diferenciados, no solo por el número de posibles espectadores, ya que La Resistencia se emite en una cadena cuya media obtiene un 1,5 % de audiencia, mientras La 1 de TVE se sitúa alrededor del 10.

Pero más allá de lo cuantitativo, es evidente que se trata de públicos distintos por franja de edad, más envejecida en la cadena pública respecto a la de pago, y con perfiles más tradicionales, a los que pueden chirriar contenidos poco habituales, y básicos en el programa como los referidos al sexo. Si, como parece, la productora ve reconocida la libertad de producción y creativa, sin otra cortapisa que un vago diálogo para llegar a un consenso sobre los contenidos, podría ocurrir que, o bien el programa se desnaturalice respecto al que se contrata, o que la mera traslación no obtenga el apoyo de la nueva audiencia. 

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Así parece, a tenor de las cláusulas de cancelación conocidas hasta ahora. En primer término, se trata de un espacio contratado para ir inmediatamente después del telediario de la noche, de lunes a jueves, y con una duración de entre 70 y 80 minutos que han de iniciarse entre las 21.30 y las 21.45, lo que obligará, inevitablemente a reducir el informativo un mínimo de diez minutos respecto a su emisión actual, justo cuando lleva ocho meses por delante del de Telecinco. Cierto que el número de programas por temporada será de alrededor de 155, lo que permitirá a TVE su no emisión cuando coincida con transmisiones deportivas, que tan buena audiencia proporcionan desde hace más de un año.    

Otro aspecto espinoso reside en el blindaje en el caso de que las audiencias no sean buenas. En principio, el programa no podrá salir del horario fijado durante la primera temporada. Será en la segunda cuando, si en la anterior estuviera por debajo de la media de la cadena,  podrá ser desplazado a la madrugada, pero solo en el caso de que no supere el 7,5% durante cuatro meses consecutivos. Con esos mismos parámetros, TVE podría rescindir el contrato, con un preaviso de dos meses, lo que en la práctica garantiza a la productora llegar a término, pues bastaría con que un mes subiera de la cifra citada para proseguir con su servicio. En consecuencia, la primera cadena de la televisión pública dejaría en manos ajenas los resultados del horario de mayor audiencia de la jornada ya que los programas estelares que se emitan tras el de Broncano estarán condicionados al arrastre positivo o negativo de su predecesor. 

Por último, resulta cuanto menos chocante que se firme un contrato de emisión a partir del próximo septiembre, bajo una presidencia interina de seis meses, que habrá de llegar a su final coincidiendo con el estreno, tal y como ha puesto de relieve la propia Concepción Carbajosa en su primera comunicación a los trabajadores de RTVE: "Es una necesidad urgente que la Corporación cuente con una gestión no sujeta a interinidad que pueda planificar su futuro. Sería razonable y esperable que se iniciara el proceso de renovación por las Cámaras de Congreso y Senado de los miembros del consejo de administración que por plazos corresponde", en alusión a la vacante creada tras la dimisión de Pérez Tornero, y a los cinco consejeros más que, por sorteo, tendrían que haber cesado con el final del pasado marzo. Si se llegara a este improbable acuerdo parlamentario durante estos seis meses, sería el nuevo consejo de administración, con seis miembros renovados, el que elegiría un nuevo presidente estable.  

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